La población de demonios de Tasmania silvestres sigue disminuyendo debido al tumor facial que los afecta. Así lo revela un estudio realizado por el Zoológico de San Diego, la U. de Tasmania y otras instituciones de Estados Unidos y Australia y que publica el Journal of Applied Ecology. Tras la aparición de la enfermedad, los ejemplares han disminuido en un 80%. La enfermedad mata a todos los animales infectados dentro de 6 a 12 meses tras contraerla, y no existe una cura o vacuna conocida. El primer caso se registró en 1995.