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Más autonomía a embajadores:

China reforma su diplomacia para ampliar su presencia global

martes, 13 de febrero de 2018

Bloomberg
Internacional
El Mercurio

Beijing parece estar dejando atrás su política de "ocultar" su fuerza y "esperar" su oportunidad.



El servicio exterior de China está en medio de una reforma que busca hacer de Beijing un actor global más eficaz, según cuatro fuentes al tanto del tema.

Parte del plan estipula que la mayoría de las entidades gubernamentales dejen de reemplazar al personal en las embajadas chinas el próximo año, otorgando a los embajadores un control directo sobre sus misiones, indicaron dos de las fuentes, que pidieron reserva de su identidad, porque no están autorizadas para hablar con los medios.

La reestructuración promete crear un cuerpo diplomático con más autoridad, más capacitado para representar los intereses chinos, al tiempo que supervisa más de una docena de acuerdos comerciales, proyectos de infraestructura y gestiona créditos a otros países. La Cancillería tendrá veto sobre las decisiones financieras y de personal en las embajadas, dijeron las fuentes.

La reorganización impulsada por el Presidente Xi Jinping desecha la estrategia que por décadas ha tenido el partido: "ocultar" su fuerza y "esperar" su oportunidad. Parte de la reforma es un plan de inversión para comercio e infraestructura de US$ 500 mil millones, para ejercer su poder en el extranjero.

La estrategia plantea un desafío directo al Departamento de Estado de EE.UU., que se ha visto afectado por renuncias, vacantes sin llenar y severos recortes presupuestarios.

El plan chino partió en enero del año pasado, cuando un comité encabezado por Xi instó al Ministerio de RR.EE. a "reforzar una coordinación unificada" y a "formar un cuerpo estrictamente disciplinado, profesionalmente excelente y políticamente resuelto". El Presidente también promovió al principal diplomático del país, el consejero de Estado Yang Jiechi, al poderoso Politburó en octubre; el primer ex funcionario de la Cancillería que llega a ese nivel en dos décadas.

"A medida que China es cada vez más un actor internacional serio, quiere evitar los riesgos de que algún empleado o personero de gobierno provoque algún tipo de problema internacional. Cualquier cosa, desde salir y emborracharse y tener un mal comportamiento hasta representar la política exterior china en una forma independiente", indicó Susan Shirk, ex subsecretaria asistente de Estado para el este de Asia.

"Puedo imaginar que estos cambios serían realmente buenos para la moral de los diplomáticos chinos en un momento en que la moral en el servicio exterior de EE.UU. está muy baja", agregó Shirk, quien ahora encabeza el Centro de China del Siglo XXI en la Universidad de California, en San Diego.

Los intereses de los diplomáticos chinos se han centrado tradicionalmente en cosas como el comercio y la inversión o en impedir que las naciones occidentales se entrometan en las prácticas de derechos humanos u otros asuntos internos de China. Desde hace tiempo comparten tareas con los ministerios de comercio, aduanas, seguridad, ciencias, educación y cultura.

En África, por ejemplo, el Ministerio de Comercio controla la distribución de gran parte de la ayuda externa de China. En cambio, el gobierno estadounidense permite que el Departamento de Estado y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional supervisen el dinero.

"Diferentes departamentos de la embajada han funcionado bajo distintos ministerios", precisó Gao Zhikai, ex diplomático residente en Beijing, quien fue intérprete de Deng en la década de 1980. "No solo no conversan entre ellos, su foco también es completamente diferente".

El hecho de dar autoridad a la Cancillería podría debilitar entidades como el Ministerio de Comercio que han contribuido a que Beijing establezca sus intereses en todo el mundo. Pero el gobierno cree que el riesgo vale la pena. Los líderes chinos creen que se necesita una estructura diplomática más consolidada, sobre todo después de que en octubre Xi dijera a la cúpula del PCCh que China se "aproxima al centro de la escena mundial", señaló una de las fuentes, citando instrucciones internas.

La Ruta de la Seda

Aunque las decisiones políticas mayores se seguirían tomando en Beijing -como la respuesta del Ministerio de Comercio a las medidas comerciales de EE.UU.- el plan es un cambio relevante para China, que había tratado de mantenerse en segundo plano después de que Deng Xiaoping empezó a buscar la inversión extranjera hace 40 años.

Xi, en el poder desde 2012, ha llevado a la nación por una vía más abierta, defendiendo la globalización en Davos, adoptando un rol importante en las conversaciones sobre el clima y lanzando su Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, para construir carreteras, vías férreas, puertos y tuberías a través del territorio eurasiático e incluso más lejos.

Antes de empezar su segundo período, Xi esbozó su visión para completar el ascenso de China como potencia mundial para 2050, incluido un ejército "de clase mundial". Y para que eso no lleve a un conflicto con potencias establecidas, como EE.UU., se necesita diplomacia.

La reforma prescindirá del personal de la embajada que no pertenezca al Ministerio de RR.EE., indicaron las cuatro personas. El Banco Popular de China (el central) aun así va a enviar representantes al extranjero, precisó una de las fuentes. El Ejército también mantendrá un estrecho control de sus enviados, agregó una de las personas.

Aunque es difícil comparar la envergadura de las actividades diplomáticas chinas y estadounidenses -por la escasa información presupuestaria de China y prácticas contables disímiles- está claro que ambos van en direcciones opuestas. China presupuestó unos US$ 8.500 millones para asuntos externos el año pasado, casi el doble de 2013. La Casa Blanca, mientras, acaba de presentar un drástico recorte de 32% en el financiamiento de su política exterior.

"En el pasado, la influencia de China era débil y su voz no se valoraba a nivel internacional", dijo Gao. Mientras su fuerza crece, "las embajadas y consulados chinos serán más importantes y llegarán a ser los representantes de la influencia política y diplomática de la nación", aseguró.

Fondos

El presupuesto chino para asuntos externos casi se duplicó en cuatro años y en 2017 llegó a los US$ 8.500 millones.

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