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Arena fue desplazada por el terremoto de 2010 y por episodios de sequía:

Sto. Domingo intenta recuperar sus playas inundadas de piedras

domingo, 11 de febrero de 2018

Constanza Galdames Carrasco
Nacional
El Mercurio

Desde el inicio de este fenómeno natural, la cantidad de veraneantes no ha disminuido. Incluso, el interés por vivir en la zona se duplicó durante los últimos cinco años, según señaló el alcalde de la comuna, Fernando Rodríguez.



El terremoto de 2010, que habría cambiado corrientes y desplazado napas, y el calentamiento global que ha propiciado sequías y disminuido el sedimento que aporta el río Rapel, han favorecido que la arena de las playas del balneario de Santo Domingo fuera desplazada por piedras.

Así explica el fenómeno el alcalde de Santo Domingo, Fernando Rodríguez, para quien en todo caso estas playas con piedras no son un espacio perdido. "Pusimos decks (plataformas) y esterillas de madera para que la gente pueda estar y transitar por el balneario sur sin tener que pisar las piedras", señaló, enfatizando que estos elementos estarán todo el año para conformar un paseo peatonal en el balneario.

En un comienzo, el municipio retiraba los pedruscos todos los veranos, pero diferentes estudios concluyeron que volver al estado natural de la playa no requería hacer intervenciones. "Por eso se decidió convivir con las piedras y crear planes para facilitar el traslado sobre ellas", contó el alcalde.

El balneario sur, pese a tener pedruscos, cuenta con un sector de arena lisa en el cual se instalaron cerca de 300 reposeras y quitasoles, ambos elementos disponibles de manera gratuita por toda la temporada estival.

Veraneantes de Santo Domingo valoraron la iniciativa. "De todo lo malo que pasó con las piedras, esto lo encuentro genial", dijo Claudia Wunkhaus. También hay quienes creen que la playa está mejor que antes. "Está todo acondicionado para que los coches y las sillas de ruedas puedan bajar al mar, y eso la gente lo agradece", señaló Jocelyn Duarte, vendedora de un quiosco ubicado en la playa.

Aunque ningún experto se ha arriesgado a confirmar si el fenómeno es permanente o esporádico, el municipio habilitó la playa Marbella, balneario libre de pedruscos. Constanza Irarrázabal tiene casa en Santo Domingo y toda su vida ha veraneado ahí. Hoy disfruta en playa Marbella con sus hijos. "La otra playa era mucho más grande, pero esta quedó exquisita, los niños disfrutan y yo sigo viniendo feliz", indicó.

Marbella está ubicada en las cercanías del río Maipo, y para su acceso, el municipio incorporó buses de acercamiento gratuitos. "Si no vienes en auto, es difícil salir de acá. Así que los carritos de acercamiento son espectaculares", afirmó Oriana Ambos, vecina de la zona.

Según el último censo, en Santo Domingo viven 10.900 personas, cifra que aumenta a 18 mil los fines de semana y a 40 mil en el verano. Desde la presencia de este fenómeno natural, la cantidad de veraneantes no disminuyó; incluso, "en los últimos cinco años se duplicó el interés por construir y adquirir viviendas en Santo Domingo", detalló Rodríguez, quien atribuyó el alza a la tranquilidad que caracteriza al balneario.

"En enero disminuyeron en 14% los delitos respecto del año anterior", afirmó Yerko Díaz, capitán de la Subcomisaría de Carabineros de Santo Domingo, institución donde a la dotación permanente de 18 funcionarios se sumaron 10 efectivos por la época estival.

"Aquí ocurren de 9 a 10 robos en viviendas al mes. La cifra más baja en la provincia de San Antonio", afirmó Cristian Fuentealba, director comunal de seguridad pública. El municipio y policía impulsan una campaña de seguridad y autocuidado entre vecinos.

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