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La magia y la computación

jueves, 08 de febrero de 2018

Economía y Negocios Online


José M. Piquer Director de Tecnologías de Información y Comunicaciones Universidad de Chile

Arthur Clarke alguna vez dijo que para un hombre normal, una tecnología suficientemente avanzada era indistinguible de la magia. Con el avance vertiginoso de las tecnologías modernas, incluso para los humanos actuales e incluso para los expertos, en la realidad resulta difícil separar lo posible de lo mágico. Esto es peligroso cuando las tecnologías se usan en sistemas críticos o cuando afectan la vida de seres humanos.

Tal vez el espacio donde más peligroso se ha vuelto confundir magia con realidad es en las organizaciones de inteligencia y seguridad, donde tratan de utilizar todas las tecnologías posibles para espiar, infiltrar y sacar información de las organizaciones y personas sospechosas. Como muestra la información que ha circulado en torno a la operación Huracán y los polémicos mensajes de WhatsApp que supuestamente se obtuvieron de los sospechosos, resulta demasiado fácil pasar del dominio de lo posible a fantasías de todo tipo. Lo más preocupante es que hay versiones oficiales que contienen esas mismas falacias, y no veo a muchas autoridades cuestionándolas, como la idea de que habían podido decodificar los mensajes de WhatsApp y de Telegram al mismo tiempo, y luego que con sólo recibir un mail infectaba el teléfono con una aplicación maliciosa.

Es posible que toda esta información falsa se propague en conciencia, como una forma de distraer la atención y confundir. Pero si realmente las autoridades de gobierno y de seguridad creen en estas falacias, y tienen asesores de tecnologías sacados de cualquier parte y con dudoso curriculum, la verdad es que todo se vuelve muy preocupante. Uno no espera que el experto asesor en transplantes del ministerio de salud sea un curandero brasileño que opera a distancia con la mente. Al menos tendría que ser médico, y con una larga experiencia.

De la misma forma, creo fundamental que los organismos de gobierno dejen de asesorarse en tecnología con el amigo del hermano que nos arregló el notebook la última vez que se infectó con un virus. Es verdad que no hay tantos expertos en computación como deberían y la oferta de profesionales sigue siendo baja en comparación a la demanda. Pero en temas de esta relevancia, donde hay gente que irá a la cárcel dependiendo de mi aplicación, no podemos correr riesgos. Hay expertos en seguridad digital en Chile, en el mismo gobierno, en sus universidades del Estado y en algunas privadas. Incluso hay empresas de buen nivel dedicadas a estos temas. No es aceptable que se usen aplicaciones que nadie ha validado para generar pruebas que acusarán a gente de ser terroristas. ¿Cómo sabemos que esos datos son reales? ¿Quién garantiza que alguien generó esas conversaciones y los involucrados son todos inocentes?

La tecnología hoy es poderosa y revolucionaria, nos permite hacer cosas increíbles y nos cambiará la vida. Por eso mismo, debemos tomarla en serio. De la misma forma que nuestro director de informática no puede ser un troglodita al que no le creemos mucho y no le entendemos nada, nuestro asesor experto que desarrolla software para instituciones de seguridad nacional, no puede ser un amigo que conocimos en la calle recién y que es muy simpático.

De la misma forma que se requiere una coordinación central en el gobierno para las diferentes iniciativas para la digitalización del país, también se requiere una fiscalización central de las aplicaciones que se desarrollan para el gobierno, sobre todo aquellas de las que dependen vidas de seres humanos.
La tecnología no es magia, pero tampoco es un juego.

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