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Administración puso fin al permiso temporal de residencia:

Trump suspende estatus de protección para salvadoreños

martes, 09 de enero de 2018

María Paz Fernández Álvarez
Internacional
El Mercurio

Alrededor de 200.000 inmigrantes deberán abandonar EE.UU. en caso de que no consigan una autorización para vivir legalmente dentro de 18 meses.



El gobierno estadounidense puso fin ayer al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que beneficia a alrededor de 195.000 salvadoreños residentes en Estados Unidos y que los protege de ser deportados si llegan sin papeles al país.

El Salvador se convirtió en beneficiario de este programa en 2001, cuando sufrió dos devastadores terremotos, y la medida fue renovada durante los 15 años siguientes por las administraciones de George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017).

El gobierno de Donald Trump tomó otro camino. Argumentando que El Salvador ya no tiene las condiciones bajo las cuales fue extendido el Estatus de Protección Especial, dio un plazo de 18 meses para que los salvadoreños que no tengan los documentos de residencia regularicen su situación o abandonen Estados Unidos. Bajo la nueva orden, a partir del 9 de septiembre de 2019, quienes no cumplan con los permisos para quedarse podrán ser deportados.

La decisión se enmarca en las políticas migratorias impulsadas por la administración Trump, que el año pasado suspendió el TPS para 59.000 haitianos, 5.300 nicaragüenses y unos mil sudaneses.

El paso supone un gran golpe para la comunidad salvadoreña. Muchos de sus miembros acogidos al TPS llevan en Estados Unidos cerca de 20 años. Han hecho sus vidas en el país, comprado viviendas y formado familias. Según estudios publicados recientemente, son padres de unos 190.000 niños nacidos en EE.UU. y que por ello tienen nacionalidad estadounidense.

Sin embargo, El Salvador respondió de manera tímida, enfocándose menos en la amenaza de deportación y más en la prórroga de 18 meses. En una nota, el gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén agradeció a Estados Unidos por "este anuncio, el cual reafirma los fuertes lazos de amistad y de cooperación que mantienen como socios históricos".

La suspensión del beneficio podría tener además un fuerte impacto en la economía, ya que el 17% del PIB proviene de las remesas.

Según datos del Banco Central de Reserva de El Salvador, entre enero y noviembre del año pasado el país recibió US$ 4.518 millones en remesas, 10,1% más que en 2016. El 97,2% de esos fondos vinieron de Estados Unidos, y el restante 2,8 de otros 153 países, según el diario La Prensa Gráfica.

"La economía salvadoreña que ya está profundamente perturbada, será golpeada, al igual que parte de la economía estadounidense que emplea a muchos salvadoreños. El Congreso de EE.UU. debe tratar de manera integral el sistema de inmigración que está roto, pero hay pocas posibilidades de que tenga la capacidad de hacerlo en el corto plazo", explica Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, quien puntualiza que las políticas migratorias de Trump dificultan acuerdos legislativos.

18%
del PIB de El Salvador lo aportan las remesas.

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