Guillier reconoce dura derrota al obtener el 45% y califica de macizo el triunfo de Piñera
lunes, 18 de diciembre de 2017
Jaime Sánchez y Carlos Saldivia
Política
El Mercurio
Cómputos sorprendieron al senador y sus asesores, que prepararon por la tarde los ejes de un discurso que no tenían entre sus planes.
A las 19:40 horas, el candidato Alejandro Guillier entró al salón principal del hotel San Francisco acompañado de su esposa, sus hijos y parte de los integrantes de su comando a reconocer la derrota frente al Presidente electo, Sebastián Piñera. Mientras avanzaba a la tarima, lo saludó el senador Carlos Montes. "Es dura la derrota", le dijo al oído mientras se abrazaban. El senador independiente obtuvo el 45,43% de los votos, equivalentes a 3.156.956 sufragios, frente al 54,57% de Piñera, que aglutinó 3.792.747 sufragios. Guillier y su equipo estaban totalmente sorprendidos. Ni siquiera tenían un discurso preparado para pronunciar ante los resultados de anoche, frente a lo cual, antes de las 18:00 horas, el propio abanderado se reunió con buena parte de sus más estrechos colaboradores a delinear los ejes centrales de la intervención que realizaría minutos después. En el encuentro estaban su hijo Andrés Almeida; el publicista Juan Enrique Forch; el periodista Luis Conejeros, y el coordinador de la campaña, Álvaro Elizalde. "Hay que ser autocríticos. Hemos sufrido una derrota dura y en las derrotas duras es cuando más se aprende. Tenemos que levantar nuestro ánimo y salir a defender las reformas en que creemos", dijo Guillier ante los parlamentarios y autoridades que llegaron invitados hasta el hotel. En su intervención también habló de rearticular el proyecto de centroizquierda y felicitó a Piñera por lo que calificó como un impecable y macizo triunfo (ver frases). Terminado el discurso subió con su familia al segundo piso del hotel, despidiéndose de su equipo. "Faltó tiempo", le dijo una de sus coordinadoras, la senadora electa Yasna Provoste (DC). Reunión con presidentes de partido Ya desde antes de las seis de la tarde que entre los invitados se había instalado un fuerte pesimismo frente a los resultados. Lo mismo entre sus asesores. Tras el segundo cómputo del Servicio Electoral (Servel), de hecho, Guillier y su equipo comenzaron a armar el operativo, que terminó con la visita al comando de Piñera. Antes de partir al Hotel Crowne Plaza se reunió en el subterráneo de su centro de operaciones con los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, que se encontraban acompañados por un representante de sus colectividades en cada caso. En el encuentro no se realizó un análisis del resultado, más allá de que en el propio comando lo atribuían, entre otras cosas, a que probablemente una parte de los electores del Frente Amplio no acudió a votar y que, por el contrario, simpatizantes de Chile Vamos que no sufragaron en primera vuelta lo habrían hecho ahora. El candidato agradeció el respaldo de la Nueva Mayoría, pero se acordó realizar más adelante un análisis con mayor profundidad del resultado. Entre los dirigentes de los partidos, sin embargo, no pasó inadvertido que Guillier no realizara un reconocimiento al despliegue territorial de los partidos en su discurso. "Me sorprendió que no tuviera ninguna palabra de reconocimiento, que en segunda vuelta se sumaron con toda el alma", dijo el jefe de bancada DC, Roberto León. Diálogo con Presidenta y bastiones de apoyo Antes de conversar con Piñera, además, Guillier recibió un llamado de la Presidenta Michelle Bachelet, cuyo gobierno respaldó su postulación. Se habría tratado de un diálogo cordial y humano. En tanto, los lugares en que superó en votos a Piñera se concentraron en comunas de la zona sur de la Región Metropolitana. En Pedro Aguirre Cerda, por ejemplo, superó por 20 puntos al presidente electo, alcanzando un 60% de los votos. En San Ramón obtuvo un 55% y en San Miguel un 50,4%. Un caso similar ocurrió en El Bosque, La Pintana, Lo Espejo, San Joaquín y La Granja, además de las regiones de Aysén y Magallanes. Participación: la paradoja En el comando de Guillier monitorearon de cerca los niveles de participación, convencidos de que mantener los 6.700.746 electores que votaron el pasado 19 de noviembre -equivalentes al 46,70% del padrón- podría aglutinar a las fuerzas políticas de izquierda en torno a la candidatura de la Nueva Mayoría -incluido el Frente Amplio- y pavimentarle el camino a La Moneda. Así, a las 15:38 horas el candidato escribió un mensaje en Twitter, acompañado de un video grabado a bordo del avión que lo trajo de regreso a Santiago: "Llamamos a todo el mundo a entusiasmarse, a ir a votar". Las proyecciones del comando, a esa altura, apuntaban a que existía un 15% menos de participación respecto del 19 de noviembre. Se trataba de un aspecto que inquietaba en el oficialismo. La propia esposa de Guillier, María Cristina Farga, solo entregó un mensaje cuando llegó al mediodía a sufragar a la escuela Eduardo Frei Montalva, en Ñuñoa: "Hay que votar. No da lo mismo quién gobierne". La participación, sin embargo, terminó siendo mayor que la de primera vuelta: 7.026.096 de electores. A primera hora, además, había abordado la posición del Frente Amplio en la segunda vuelta: "Ha habido un masivo apoyo que yo agradezco, incluso ya público en los últimos días". 1 Fracasa operación legado Al involucrarse como lo hizo, el Gobierno apostó a transformar la segunda vuelta en un plebiscito sobre sus reformas, partiendo del hecho de que el 55% de los votantes del 19 de noviembre apoyaron opciones de centroizquierda. Ayer se demostró no solo que esos sufragios no eran sumables, sino que la polarización terminó favoreciendo a Sebastián Piñera, al movilizar a más gente a votar por él. 2 ¿Aportó el FA? Aunque Guillier no logró sumar todos los votos de izquierda y centroizquierda de la primera vuelta (le faltaron unos 400 mil), no es claro que todos los que no consiguió hubieran sido del Frente Amplio. De hecho, en bastiones de este último, su votación creció significativamente. Por ejemplo, en la comuna de Valparaíso (el enclave del alcalde Sharp), pasó de ser tercero, con 22 mil votos, a ser primero, con 65 mil; en el distrito 10 (de Giorgio Jackson), subió de 96 mil votos a 233 mil, y en Magallanes (la zona de Gabriel Boric) ganó, al pasar de 14 mil a 33 mil. 3 Debate ad portas Si la primera vuelta fue leída como una derrota de los sectores socialdemócratas y "laguistas", ayer se vio que los guiños a la izquierda hechos en segunda vuelta no fueron suficientes para construir mayoría. Y que, a su vez, las señales hacia sectores moderados (como la incorporación de Roberto Zahler o Manuel Marfán) resultaron tardías. Por ello, se viene ahora un debate duro en lo que era la Nueva Mayoría respecto de cómo perfilarse hacia adelante. Una opción es competir con el Frente Amplio, continuando la línea de izquierdización de los últimos años, a riesgo de terminar de alienar a los antiguos votantes de centro. La otra, intentar reencantar a esos sectores moderados que miraron con distancia el gobierno de Michelle Bachelet. El perfil de los parlamentarios elegidos en noviembre sugiere mayor simpatía por la primera opción, pero la magnitud de la derrota de ayer deja el punto en interrogante. 4 Peor que en 2010 Para la centroizquierda, la derrota que llevó a Piñera a La Moneda en 2010 fue traumática. Sin embargo, ahora es peor. Y no solo por los números, aunque también inciden: si Piñera se impuso a Eduardo Frei por tres puntos, esta vez derrotó a Guillier por nueve. Pero a ello se suma una debacle parlamentaria (solo controla algo más de un tercio de la Cámara; en 2010 tenía casi la mitad); graves crisis en la DC y el PPD, e incertidumbre total respecto de la mantención de la alianza. Además, en 2010 se iba a la oposición con un capital en el bolsillo: la popularidad de Bachelet, cercana al 80%. Hoy, ni ella ni ninguna figura del sector logran siquiera la mitad de ese apoyo.
