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Cristian Sieveking abandonó el Marathon des Sables:

"No terminar una carrera es un fracaso, más allá del motivo"

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Claudio Herrera
Deportes
El Mercurio

A los 63 años, con cientos de carreras en el cuerpo, varias de ellas temibles, el corredor mastica el primer "DNF" de su vida. "Nunca se deja de aprender", dice a modo de reflexión.



E l agua. No fue una caída ni un golpe de calor ni la temida fatiga. Simplemente el agua. "Es casi irónico abandonar por eso, pero se volvió inmanejable. El agua que nos dio la organización, que era envasada, tenía una cantidad de minerales altísima, con mucha sal, lo que me provocó náuseas. No vomitaba desde los 12 años y fue increíble el malestar. Me retiré al segundo día, no fue difícil tomar la decisión, porque iba pésimo, llegué casi desplomado al check-point ", relata Cristian Sieveking, que no logró completar la 1ª edición del Marathon des Sables en Perú (250 kilómetros en seis etapas), donde pretendía ubicarse entre los cinco mejores de su categoría.

Como corredor avezado y también organizador de eventos, Sieveking comprende que era imposible cambiar el suministro de agua a esa altura. "Una logística con miles de litros no se puede corregir. Advertimos de los problemas, pero ya no había vuelta atrás, era inusual la cantidad de corredores orinando sangre por los malestares. Un asesor nutricional en México analizó el líquido y concluyó que era peor que tomar electrolitos puros. Ahora cada vez que me inscriba en una carrera pediré la etiqueta del agua que utilizarán, nunca se deja de aprender", sostiene el atleta de Skechers, que en su bitácora tiene esta misma prueba en el Sahara y Badwater, entre otras.

-¿Esto lo humaniza?

"Nunca me sentí un súper humano. Siempre he pensado que el cuerpo durante las carreras se mejora, pero esto fue más allá, con un deterioro violento, seguir era suicidarme".

De cara a su primer DNF (did not finish), chapa con que se rotula a los abandonos en pruebas pedestres, Sieveking es rotundo: "No terminar una carrera es un fracaso, más allá del motivo y las causas. Uno lo puede adornar de mil maneras, pero las excusas no valen. Siempre he sido opositor a dejar una prueba, porque soy de los piensa que el cuerpo se recupera. Además, el terminar te permite conocer tu cuerpo, saber cómo reacciona ante la adversidad y ver con qué velocidad se recupera. Siempre he recomendado llegar a la meta bajo cualquier circunstancia, porque se puede caminar, descansar, dormir si es necesario, pero seguir te enriquece como corredor", explica.

En semanas con sensaciones fuertes, el fondista reflexiona: "Hace poco, en mi calidad de organizador de Volcano Marathon, tuve que retirar a un corredor porque tenía signos vitales muy malos en altura, él había cruzado el Atlántico a remo en 80 días, tenía mucha historia, pero le quité este sueño, le hablé por 45 minutos hasta que me entendió. Fue fuerte. Ahora me pasó esto en Perú; uno nunca deja de aprender".

60
abandonos registró la prueba multidías en Perú, mientras 222 corredores llegaron a la meta.

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