lunes, 11 de diciembre de 2017
Economía y Negocios
Manola Sánchez
Directora de empresas
En estos días cercanos a la elección presidencial me da vueltas en la cabeza la palabra empatía. Me sorprende el clima de odiosidad en que estamos, cómo las posiciones parecen extremizarse y no querer tener puntos de encuentro, cómo las conversaciones apuntan a cambiar las creencias de los demás y no a entenderlas y construir desde ellas.
Faltan puentes. Y esos puentes se construyen con empatía, que se define como la capacidad de entender las emociones del otro. Poder relacionarse con lo que sienten y cómo lo aplican en el proceso de toma de decisiones.
Posiblemente éste no sea el mejor momento para comenzar a ser empáticos, pero ojalá la próxima elección presidencial nos pille más maduros en este concepto.
La empatía ha ayudado a evolucionar mucho la forma en que se hacen negocios. Afines del siglo pasado sólo se concebía un negocio exitoso a través de la competencia a toda costa y maximización de utilidades. La realidad actual dista mucho de ello, ya que para que líderes de negocios consigan el éxito necesitan considerar su entorno y relacionarse directa o indirectamente con éste. Eso es lo que lleva al éxito.
Hace un par de años, Ford Motor empezó a pedir a sus ingenieros (en su mayoría hombres) que usaran el Empathy Belly, un simulador que les permitiera experimentar de primera mano los síntomas de un embarazo –dolor de espalda, presión sobre la vejiga, los 14 kilos más o menos de peso adicional-. La idea fue que comprendieran los problemas de ergonomía a los que se enfrentan las mujeres embarazadas al conducir. Ahora han comenzado a usar un “traje de envejecimiento” para que sientan las molestias de las articulaciones de los conductores de la tercera edad. Vende más Ford con estas medidas? No necesariamente, pero está claro que sus autos son un deleite para estos grupos humanos.
La empatía es una exigencia permanente para los líderes empresariales y las empresas que quieren ser relevantes hoy.
Incluso, según consigna Harvard Business Review, existe un indicador que distingue a las empresas más empáticas con sus stakeholders en el mundo: el Índice de la Empatía. En su versión más reciente, las empresas que lo lideraron fueron Facebook, Google, LinkeIn, Unilever y Netflix. Los creadores de esta medición han definido que se trata de destacar a las compañías más exitosas en la creación de culturas empáticas. Estas empresas retienen a las mejores personas, crean ambientes de trabajo diversos; con una fuerte correlación con productividad y ganancias por empleado. Los equipos con fuerte empatía son más productivos que los que no lo son.
La empatía es clave para enfrentar los enormes desafíos que están apareciendo (gane quien gane la elección presidencial)… como por ejemplo, la revolución digital de la que todos hablan. ¿Sabían que, según McKinsey en 2030 unos 800 millones de puestos de trabajo se habrán perdido por el avance de esta revolución?
