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Investigación | Con fuentes nacionales y extranjeras:

Publican historia del inicio del control de natalidad en Chile

domingo, 10 de diciembre de 2017

Maureen Lennon Zaninovic
Artes y Letras
El Mercurio

"Guerra en el vientre: Control de natalidad, malthusianismo y Guerra Fría en Chile (1960-1970)", es el nombre del libro del historiador Javier Castro Arcos, que aborda las políticas públicas hacia la fertilidad, fundamentadas en ideas malthusianas y que fueron trascendentales en la transformación estructural del país en materia demográfica.



Una de las premisas claves de la investigación "Guerra del vientre: Control de natalidad, malthusianismo y Guerra Fría en Chile (1960-1970)", del historiador Javier Castro Arcos -publicada recientemente por el Centro de Estudios Bicentenario-, es que a lo largo de esa década existieron en nuestro país redes de cooperación científica y de ingeniería social que adecuaron localmente, desde una articulación global, programas de control de la natalidad como fórmula para el desarrollo social y económico. Se trató, a juicio de este investigador, de una estrategia occidental filonorteamericana de orientación malthusiana, que tuvo como propósito frenar la explosión demográfica.

"En el siglo XIX aparece Thomas Robert Malthus con una teoría más bien económica de la población. A grandes rasgos, el postulado era que a mayor contención de la población se podría generar un mayor desarrollo económico", señala a Artes y Letras el historiador Javier Castro Arcos, autor de este contundente volumen de más de 500 páginas, que aborda un aspecto clave de la salud pública chilena en los años de la Guerra Fría. El especialista añade que en la década del 60 surge una perspectiva neomalthusiana: una derivación económica de las premisas de Malthus. "Se instala la idea de que un país desarrollado es el que contiene su natalidad. En nuestro país, un grupo de médicos fue a formarse a la Universidad de Harvard, gracias a contactos de la Gamble Foundation, y luego estos facultativos dan inicio aquí a un trabajo de anticoncepción. Además de Gamble, después se sumarán las fundaciones Rockefeller y Ford, todas ellas interesadas en la investigación, experimentación y difusión de los controles de natalidad en los llamados países del tercer mundo o en vías de desarrollo. Incluso, hubo misioneros norteamericanos, miembros de la Iglesia Metodista, que difundieron afiches, películas y dispositivos intrauterinos en Chile".

Castro continúa con su desarrollo histórico: "El médico más importante en los 60, de planificación familiar, fue el doctor Benjamín Viel, de la Universidad de Chile, quien además se formó en Harvard. Chile empieza a ser un generador de tecnología anticonceptiva. El anillo de Zipper, que inventa el doctor chileno Jaime Zipper, se vende en Egipto y en Corea. Posteriormente, la 'T' de cobre logra traspasar las barreras y consigue sumarse a una cruzada malthusiana de control de natalidad para el progreso".

Investigación acuciosa

Javier Castro Arcos se tituló de profesor de Historia por la Universidad Católica Silva Henríquez, además, cuenta con un magíster en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago y es doctor en Historia por la Universidad de los Andes. Como advierte a Artes y Letras, este libro le tomó un período intenso de investigación. "Buscar fuentes no fue fácil, sobre todo, buscar fuentes relacionadas con la historia de la salud y que abordaran esta temática. Primero revisé archivos del Ministerio de Salud en los años 60, del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Asociación Chilena de Protección a la Familia (Aprofa). Después, como mi investigación tenía importantes vacíos, viajé a Estados Unidos y revisé las bases de datos de las universidades de Texas y Harvard, de la Rockefeller Foundation en Nueva York y de la International Planned Parenthood Federation (IPPF). Creo que esta es una de las fortalezas del libro: una investigación bastante acuciosa y que espero continuar con un posdoctorado en la U. de Santiago, analizando el mismo tema desde una perspectiva latinoamericana, sumando los casos de Colombia y Perú".

El historiador Alejandro San Francisco celebra esta publicación, "ya que nos presenta el tema del control de la natalidad desde una perspectiva historiográfica inédita, centrándose en los 60".

-¿Cuáles son los orígenes ideológicos del control de la natalidad en Chile?

"Traté de sondear ese origen y así llegué a una vertiente de la medicina social. Parte en la década de los 30, donde hay un análisis de este tema más allá de lo biológico, cercano a la cuestión social. Salvador Allende se convirtió en uno de los íconos al escribir su tesis sobre la realidad médico-social e incorporar un discurso ideológico a partir de la realidad de la condición obrera. El doctor Víctor Matus también generó un debate con médicos católicos y médicos socialcristianos, y así surge un primer relato, una realidad preideológica, que luego va a seguir como un relato permanente en los 60".

-¿Qué importancia tuvo la Alianza para el Progreso en el fomento del control de la natalidad en Chile?

"La Alianza para el Progreso fue un programa de ayuda económica, política y social de Estados Unidos para América Latina. Fue un programa que buscó, primero, generar una propuesta para neutralizar el comunismo a partir de diversas variables, entre otras, poblacionales y demográficas. De esta manera, se condicionaron algunos préstamos, una inyección económica en los países donde la Alianza firmó acuerdos -entre otros, en Colombia y en Chile-, con el compromiso de nivelar la natalidad, usando la siguiente fórmula: a menor población, mayores capacidades para el desarrollo económico. La Alianza para el Progreso fue, sobre todo, un vaciamiento ideológico y paradigmático e incidió en la bajada demográfica chilena a fines de los 60".

-¿Qué relevancia tuvo en el control de la natalidad la aparición de la píldora anticonceptiva? ¿Cuándo llegó esta a Chile?

"La píldora no solo va a revolucionar a Chile, sino al mundo entero. En el caso de nuestro país, llega en 1962. Durante el gobierno de Jorge Alessandri llegan píldoras a través de diversas ONG. Me encontré con unos archivos en la Universidad de Harvard, donde comprobé que organizaciones protestantes, misioneras, dentro de sus cajas de donaciones, portaban píldoras y dispositivos intrauterinos que ingresaban, de alguna manera, 'colados', porque tenían el rótulo de donación y estaban libres de impuestos. La píldora llega primero a través de organizaciones religiosas, luego al centro de experimentación que tenía la U. de Chile en Quinta Normal y más tarde, se va a ir masificando con el Laboratorio Schering. Durante el gobierno de Frei se institucionaliza a través de Aprofa y el Ministerio de Salud. Se empieza a vender en las farmacias, y se empieza a correr la voz. Revistas como Ritmo, Ercilla y Paula comienzan a hablar del tema. A mediados de los 60 se hace masiva entre la juventud chilena y hay todo un debate, hay acusaciones de exceso, hay posiciones religiosas e incluso, posiciones políticas en torno a ella. Me llama la atención cómo el PC y el PS toman diferentes posturas en torno a la píldora. Para algunos era un arma del imperialismo. Por ejemplo, Mario Palestro y Volodia Teitelboim lanzan en el Congreso duras acusaciones en contra del imperialismo yanqui y critican la irrupción de la píldora como método para contener a los futuros revolucionarios. Hay otra vertiente, representada en salubristas como Tegualda Monreal, quien plantea toda una apología para demostrar que su uso no es negativo. Salvador Allende y Tegualda Monreal toman una posición más cercana al socialismo del Este, más abierta a su utilización".

-¿Qué cambios esenciales hubo en las políticas de control de la natalidad con la llegada de la Democracia Cristiana al poder, en 1964?

"Durante el gobierno de Eduardo Frei se abren totalmente las puertas a la píldora. El doctor Ramiro Molina y también otros médicos de la época cuentan que hubo una negociación entre los facultativos Benjamín Viel y Hernán Romero, entre otros, y se impulsa un lobby para que Frei apruebe que en todos los servicios públicos chilenos exista planificación familiar. El Presidente democratacristiano les dice a los doctores que si el cardenal Silva Henríquez lo aprueba, él también. Van donde el cardenal, se supone que van a tomar el té, pero terminan saliendo de la reunión a las tres de la mañana. La autoridad religiosa les dice que no les pidan a los sacerdotes que regulen cuestiones que los laicos tienen que decidir por sí solos. Finalmente, se da carta blanca a la planificación. Hay una negociación donde participa el cardenal Raúl Silva Henríquez y que más tarde, con la publicación de la encíclica Humanae Vitae, será bien compleja. La posición de Silva Henríquez es un poco ambigua. Aparece en programas de televisión, en Canal 13, hace declaraciones en la prensa que son ambiguas, es decir, señala que si bien la Iglesia se ha pronunciado, respeta la decisión de cada familia. Eso genera en Valparaíso una fuerte reacción contraria del obispo Emilio Tagle, quien sale en la prensa afirmando que la Humanae Vitae es la posición oficial que todos los católicos deben aceptar. Se genera un quiebre. El historiador Jaime Eyzaguirre escribe una columna de opinión, donde expresa 'sujetémonos a la autoridad, a la cabeza que es el Papa'. Hay una polarización en la Iglesia chilena que surge con la Humanae Vitae. El cardenal Silva Henríquez cuenta en sus memorias, escritas por Ascanio Cavallo, que más tarde se va a encontrar con el Papa Paulo VI, quien le dice 'me enterraste un puñal por la espalda'. Fue un dolor muy profundo porque la voz del Sumo Pontífice le enrostró su error".

"Mi tesis es que el control de natalidad en Chile es una de las fórmulas que con fuerza va a implementar el gobierno de Eduardo Frei Montalva como un posible salto al desarrollo, sobre todo tras la epidemia de abortos desenfrenados que se dieron antes de los años 60. Se produce un cambio cultural y social, que responde a una era de revoluciones. Las repercusiones de la píldora se ven hasta hoy. En la actualidad tenemos una de las tasas de natalidad más bajas de América Latina, cercana a 1,8".

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