El consumo en los adultos mayores: aumentan gastos en salud, alimentos y hogar
sábado, 09 de diciembre de 2017
Daniela Paleo
Economía y Negocios
El Mercurio
A medida que la edad avanza, la estructura de gastos experimenta un giro sustancial. Segmentos jóvenes son comparativamente más intensos en educación, recreación y transporte, mientras que los seniors se inclinan por alternativas más vinculadas al hogar, ya sea para comer, entretenerse o la mantención de la casa.
La forma de consumir en las distintas etapas de la vida, por cierto, tiene matices. No solo las prioridades de las personas cambian, sino también el poder adquisitivo y la realidad de cada generación, pues estas tiene necesidades distintas de acuerdo al escenario económico y estilo de vida. Por eso, examinar la relación que existe entre edad y gasto se ha hecho cada vez más importante en Chile. Un consumo que se ha ido asimilando con lo que ocurre en los países avanzados del hemisferio norte, según arrojan resultados de un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). "El importante aumento de la esperanza de vida y el gradual envejecimiento son factores que han comenzado a influir en forma determinante sobre el nivel y composición del consumo de las familias", afirma George Lever, director del Centro de Economía Digital de la CCS. Así, producto de una transición demográfica avanzada, se espera que el país vea aumentar en 22% su población mayor de 60 años entre 2015 y 2020, cuadruplicando la tasa de crecimiento general. Seniors gastan un tercio de lo que destinan los jóvenes en restaurantes y hoteles A mayor edad se aprecia que gastos como la alimentación, salud y artículos para el hogar adquieren relevancia, según el informe de la CCS, en tanto que otros como la educación, transporte, recreación, vestuario y calzado, la pierden (ver infografía). Los antecedentes sugieren que a medida que las personas transitan de una condición laboral activa a una pasiva y de arrendadora a propietaria de su vivienda, la estructura de gastos experimenta un giro sustancial. Al analizar en detalle el presupuesto generacional y uso de los ingresos involucrados, Lever señala que la canasta de gastos de los adultos mayores de 65 años tiende a concentrarse en bienes y servicios que son prioritariamente consumidos al interior de la vivienda, inversamente a lo que ocurre con las personas más jóvenes. "Aproximadamente un quinto (22%) del consumo total mensual de los seniors se concentra en alimentación, destacando carnes en general y pan. En las capas poblacionales más jóvenes, en tanto, este ítem representa una porción menor del desembolso total, de solo 9% en los menores de 45 años", precisa el economista. Este fenómeno, aclara Lever, más que indicar que las personas de menor edad consumen menos alimentos, sugiere que una parte relevante de este tipo de consumo corresponde a comidas preparadas en locales o casinos en el lugar de trabajo, por ejemplo. Por otro lado, entre quienes tienen bajo 45 años, el gasto en restaurantes y hoteles representa un 9% del gasto total, muy superior al 3% observado en los que superan los 65 años (un tercio menos que el segmento más joven). Sin embargo, el porcentaje de seniors que gasta en estos últimos dos ítems ha crecido en los últimos años, debido a una mejor posición en cuanto a su poder adquisitivo. Así lo asegura Octavio Vergara, director ejecutivo de Fundación Oportunidad Mayor, quien estima que cada vez hay más gente mayor que ha logrado acumular patrimonio y recursos importantes a lo largo de su vida laboral. "Según la encuesta de Calidad de Vida 2016, un 76,3% de las personas de la tercera edad tienen ingresos que les alcanzan justo u holgadamente para satisfacer sus necesidades. Ello los convierte en un grupo económicamente diferenciado y proactivo, lo que conlleva grandes oportunidades", precisa Vergara. Incluso, agrega que entre los sectores que pueden resultar beneficiados con este aumento de la población senior con mayor poder adquisitivo son el turismo, vestuario, viviendas inteligentes y domótica orientada a la vida independiente, salud y bienestar, cultura, formación, entretenimiento y ocio, transporte personal y autónomo, servicios financieros y bancarios. El 12% lo destinan a ítems relacionados con el hogar Otro gasto que presenta una marcada incidencia en la población de más de 65 años corresponde a los artículos para el hogar y la mantención de este, al que se le destina el 12% del total, en lugar del 5% de los segmentos con edades inferiores a los 45 años. Una parte central de esta categoría lo constituye el servicio doméstico, que aparece como el gasto individual más importante en las edades más avanzadas. "Considerando la natural disminución de las capacidades físicas en la fase superior de los adultos mayores, este tipo de gastos pasa a ser de primera necesidad, equivalente a lo que es el arriendo de la vivienda en las capas poblacionales más jóvenes", dice George Lever. Esto también se visualiza en su relación con las marcas, indica Javier Pastor, director consultor de BAVLab, al observar la evolución en los últimos 10 años (2007 y 2017), en que el adulto mayor ha optado por consumir marcas para su hogar que se caracterizan por su funcionalidad y cercanía. "En términos de relevancia, encontramos que la televisión es posiblemente uno de los principales entretenimientos de este segmento en la casa. Si en 2007 dos de sus diez marcas más relevantes eran cadenas de televisión, hoy hablamos de una relación de tres a 10", dice. Asimismo, desde BAVLab destacan la inclusión de las plataformas web de marcas tradicionales relacionadas con el hogar y que siempre han preferido. "Los mayores también se han insertado en la actualidad, y estos resultados nos hablan de cómo esta generación no queda atrás en la digitalización", sostiene Pastor. Salud: más de la mitad consume tres o más remedios habitualmente El presupuesto dirigido a la salud también muestra diferencias significativas entre generaciones. Los que tienen más de 65 años destinan 9,7% de su gasto mensual a prestaciones como consultas médicas, hospitalizaciones y cirugías. Entre los 75 y 80 años, esta categoría alcanza su máximo, con un 11,7% del total, según la CCS. El geriatra y past president de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, Rubén Alvarado, afirma que el 28,3% de los adultos mayores consume uno o dos medicamentos en forma habitual, un 38,7% toma entre tres y cinco, y un 17,3% ingiere seis o más. "El precio de cada remedio es variable, puede oscilar desde $5 mil hasta más de $20 mil, por lo que el gasto en la edad adulta en este ítem es importante. En todo caso, el total depende de si son o no medicamentos genéricos o bioequivalentes", precisa el médico. Asimismo, señala que un paciente mayor también debiera considerar en su presupuesto las visitas al doctor: "Un senior con buena condición de salud debería controlarse cada seis meses, mientras que uno con patologías crónicas estables cada tres o cuatro, y una persona de mayor riesgo debe requerir controles mensuales", recalca Alvarado. Por otro lado, el gasto en vivienda también presenta mayor incidencia a mayor edad (24% en el caso de las personas de más de 65 años frente al 20% en los menores de 45 años), aunque ello se explica principalmente por la mayor demanda en combustibles (para calefacción y otros usos domésticos), dicen desde la CCS. "Medida en relación con el gasto total o en vivienda, el consumo de combustibles en la población mayor es cinco veces superior", recalca Lever. Esta categoría representa del orden del 5% del gasto total en los seniors y de solo 1% en las personas bajo los 45 años, "lo cual es intuitivamente consistente, no solo por la mayor fragilidad física de las personas de más edad, sino también por el tiempo destinado a permanecer en el hogar", estima el economista de la CCS. Finalmente, en el caso de los servicios de comunicaciones también se aprecian diferencias, sobre todo en la telefonía fija. Esta última representa el 2,2% del total en la tercera edad, mientras que en los más jóvenes el uso de este servicio casi no existe, ya que para ellos la prioridad es la telefonía móvil. En la valorización de marcas, por ejemplo, Pastor dice que WhatsApp aparece recién en el puesto 24 entre los seniors como la primera marca tecnológicamente pura, siendo que esta es la "número uno para el total de la población". Menos actividades laborales y sociales Las categorías de bienes que reducen su incidencia en el presupuesto del adulto mayor son, en general, aquellas que se relacionan con una actividad laboral o social más intensa. Por ejemplo, aquí el gasto en vestuario y calzado, transporte, recreación y cultura, y educación tiene una sistemática pérdida de relevancia en el segmento senior , sobre todo en educación, en que los menores de 25 años son los que tienen la mayor carga al destinar un 25% de sus ingresos totales, ya sea en mensualidades de pregrado en educación superior o en institutos profesionales, centros de formación técnica y diplomados. Entre los 25 y 45 años este desembolso disminuye sustancialmente al 3,9% del gasto total, y tiende a desaparecer después de los 45 años. El transporte también pierde relevancia en la tercera edad, debido principalmente a una menor actividad laboral y una situación de ingresos más ajustada. En personas de 36 a 45 años este ítem alcanza su valor máximo, equivalente al 24% del total, en lugar del 9% promedio que alcanza en los estratos de la tercera edad. Al analizar en detalle este consumo se aprecia que la variación entre los distintos grupos etarios se explica por el gasto en vehículos y en servicios de reparación y combustible (bencina y diésel). En el transporte público, en cambio, si bien los gastos son relativamente homogéneos entre las diferentes generaciones, este también tiende a debilitarse a una edad más avanzada, ya que las personas mayores se desplazan menos, al salir poco de la casa. APROXIMADAMENTE UN QUINTO del consumo total mensual de los seniors se concentra en alimentación, destacando carnes en general y pan. Mientras que en los menores de 45 años este gasto equivale al 9% del desembolso mensual total.
