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Generación de valor compartido, un desafío que no puede esperar

jueves, 07 de diciembre de 2017

Economía y Negocios


Rosario Navarro
Vicepresidente Sonda y Consejera Sofofa

La semana pasada, en un encuentro con gremios regionales conversábamos acerca de las nuevas variables que debíamos tomar en cuenta respecto al rol de la empresa en el siglo XXI, y conveníamos en que los radicales cambios en los mercados y la sociedad, así como la crisis de confianza que deriva de estos, exigían por parte de una ciudadanía cada vez más empoderada, atributos y exigencias a los empresarios impensadas hace algunos años. Ya nos decía un estudio de Almabrands sobre confianza en las empresas que atributos como empatía, responsabilidad, honestidad y transparencia son cada vez más relevantes a la hora evaluar a una marca.

A pesar de que hay cierto consenso en torno a dicho diagnóstico, todavía persiste cierta indiferencia en el mundo privado, lo que se traduce en la creencia en que este tipo de variables no les afecta de forma directa, por lo que no dedican suficientes esfuerzos por contrarrestarlos. Las empresas suelen enfocarse en metas de corto o mediano plazo y no ven los riesgos asociados a estas nuevas variables.

Si entendemos que la empresa privada es uno de los pilares del desarrollo y crecimiento del país, uno de los agentes clave para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y finalmente, un elemento esencial para la superación de la pobreza y alcanzar el sueño de un país más próspero, amigable y sustentable, debemos pasar de ser meramente responsables a contar con una estrategia de sustentabilidad de largo plazo, tanto interna como externa, lo que exige contar con prácticas y políticas de sustentabilidad alineadas a la estrategia del negocio, instalando métricas para la medición, gestión y seguimiento de riesgos y oportunidades. Incluyendo en esta ecuación variables sociales, ambientales y considerando a los diferentes grupos de interés, siendo agentes activos en lograr un renovado clima de confianza mutua entre las distintas entidades públicas y privadas que interactúan en un escenario trazado por políticas públicas modernas, eficientes e inclusivas. Esto requiere estar abiertos al diálogo y a proponer ideas que apunten a avanzar hacia el desarrollo en un marco de libertad, democracia, respeto por los derechos humanos, el medio ambiente y la institucionalidad del país, factores que nos han permitido ser un ejemplo dentro de la región dentro de las últimas décadas.

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