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Índice completó 44 meses en terreno negativo y revirtió la promisoria recuperación que venía mostrando desde agosto.
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Confianza empresarial cae por incertidumbre electoral y se aleja de la zona de optimismo

martes, 05 de diciembre de 2017

Andrés Venegas
Economía y Negocios
El Mercurio




Estuvo a escaso un punto de pasar de nota roja a azul, pero pesaron más las interrogantes que abrieron la primera vuelta presidencial y la nueva composición de fuerzas que tendrá el Congreso a partir de marzo.

El Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE), que elaboran Icare y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), alcanzó los 47,01 puntos en noviembre. Esto implicó una disminución de casi dos puntos (1,95 unidades) en relación con el mes inmediatamente anterior (octubre).

Con este resultado, las expectativas empresariales no solo agudizaron su ya peor racha de pesimismo desde 2003 -acumulan 44 meses consecutivos en terreno negativo-, sino también revirtieron la promisoria tendencia de recuperación que venían mostrando desde agosto pasado.

Así, las perspectivas de los agentes económicos volvieron a alejarse de la zona de optimismo -el umbral de neutralidad es de 50 puntos-, nivel que estuvieron a punto de sobrepasar en octubre último, cuando el IMCE marcó 48,96 unidades.

En la medición de noviembre, la confianza empresarial cayó en los sectores industria (45,51 puntos; -1,28 frente a octubre) y minería (50,66 unidades; -11,55). A la vez, repuntó en los rubros comercio (53,86 puntos; +2,1) y construcción (36,97 unidades; +0,99). En todo caso, solo dos de ellos -comercio y minería- se encuentran en terreno positivo.

El peso del factor electoral

El economista Francisco Parro, académico de la Escuela de Negocios de la U. Adolfo Ibáñez, afirmó que el retroceso del indicador puede estar reflejando el impacto que tuvo el resultado electoral del pasado 19 de noviembre sobre el optimismo con que los empresarios miran el futuro de la economía.

"Las elecciones se mostraron más favorable de lo esperado hacia candidatos "progresistas", cuyos programas económicos asignan un rol preponderante al Estado como motor del desarrollo, en desmedro de la iniciativa privada", advirtió Parro. Además, agregó, "estos programas desconfían del crecimiento económico como instrumento para lograr mejoras sociales de los grupos más vulnerables".

Guillermo Tagle, presidente de Credicorp Capital Chile, dijo que se podría esperar que, despejada la incertidumbre de la elección presidencial, dependiendo del resultado, este índice podría tener variaciones significativas en un sentido u otro.

El también ex presidente de Icare dijo que la certidumbre respecto de políticas públicas en materia económica, la clarificación de la reforma tributaria y la existencia de un ambiente más favorable a la promoción de la inversión podrían hacer que mejore la confianza empresarial.

"En la medida que se vaya clarificando el panorama, se despejen las incertidumbres, se defina el panorama presidencial y empiece a funcionar el nuevo Congreso, se podrá percibir si efectivamente el ambiente será más favorable para el empleo, el crecimiento y la recuperación de nuestra economía", subrayó.

Soledad Recabarren, de Recabarren Asociados Consultoría Tributaria e integrante del Círculo de Finanzas y Negocios de Icare, atribuyó el deterioro de la confianza empresarial a una serie de factores, partiendo por el electoral: "Las elecciones presidenciales plantean posturas muy diferentes de la visión país, con programas muy generales que tienen poca claridad sobre las diferentes medidas que tomará cada uno de los candidatos en el evento de ser elegido".

También mencionó la baja del tipo de cambio, "que afecta los ingresos en época de exportaciones", y -en el caso de la construcción- el stock aún no vendido, "sin ver la posibilidad de desarrollar nuevas iniciativas y con una normativa ambiental que frena los megaproyectos de construcción".

PEOR RACHA
Marzo de 2014, recién asumido el actual Gobierno de la Nueva Mayoría, fue el último mes en que la confianza empresarial se ubicó en terreno positivo o zona de optimismo (sobre 50 puntos), llegando el IMCE a 51,88 unidades. Desde entonces acumula tres años y ocho meses seguidos en "rojo", es decir, bajo ese umbral de neutralidad.

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