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Mañalich: "He renunciado a cualquier posibilidad de participar en un eventual gobierno de Sebastián Piñera"

domingo, 03 de diciembre de 2017

El Mercurio
Constanza Capdevila y María Paz Infante

Respecto a versiones que circulan de que existen interesados en entrar a la propiedad de la clínica, afirma categórico: "Hoy, CLC no está a la venta".

dministrar caminando" -como explica- y con una grabadora al cuello que solo se saca para dormir. Ese es el estilo de Jaime Mañalich para enfrentar cualquier desafío laboral. Lo utilizó cuando trabajó en el Hospital José Joaquín Aguirre durante 15 años; también mientras fue ministro de Salud en el Gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera, y lo hace ahora que es gerente general de Clínica Las Condes (CLC).

Este médico cirujano de la Universidad de Chile -con especialidad en nefrología y un máster en epidemiología clínica en Canadá- no teme decir las cosas por su nombre.

"Con mi decisión de aceptar ser gerente general de la clínica no tengo ningún deseo y he renunciado a cualquier posibilidad de participar en un eventual próximo gobierno", afirma con seguridad.

Respecto a su retorno a la CLC, Mañalich detalla: "Andrés Navarro -el presidente del directorio- me llamó un viernes, y yo le dije que le contestaba el lunes siguiente. El jueves lo presentó al directorio, y aquí estoy. Todo se precipitó en una semana, y esto no tiene más historia", cuenta.

El edificio que alberga a esta clínica no le es ajeno. Entre 1995 y 2010 fue director médico de esta institución, y hoy vuelve con una clara misión: aumentar la eficiencia de la producción de servicios médicos; lograr que efectivamente las prestaciones que se ofrecen a los pacientes mejoren la salud de las personas, y generar una relación fluida, auditable y de confianza con los aseguradores, sean públicos o privados.

A pesar de su gran experiencia en el área médica y política, Mañalich llega a enfrentar uno de los momentos más complejos de la clínica. En enero reconocieron que arrastraban un error contable por más de $10 mil millones; en el marco de la misma crisis renunció Alejandro Quintana a la mesa directiva, y llegó Andrés Navarro a la presidencia, en reemplazo de Fernando Cañas.

-¿Por qué decidió ser gerente general de Clínica Las Condes en un momento tan complejo para esta institución, y también para la industria?

"Me llamaron, no lo pedí ni busqué. El estado de necesidad de CLC, en el contexto en el que está el país, es potente. Es un desafío grande, no tanto como ser ministro de Salud, pero grande".

-¿Cómo va a arreglar la situación de la clínica?

"Fui director médico durante 14 años y me tocó asumir en la primera gran crisis. Al año se incorporó Andrés Navarro, y trabajamos juntos durante todo ese período, y fuimos bastante exitosos. La clínica tenía un valor cercano a cero, y cuando Andrés Navarro dejó el directorio, su precio era US$ 300 millones. Hoy el valor libro es cercano a los US$ 530 millones".

"Este 2017 va a terminar como un año muy duro para la clínica. Hubo que pagar indemnizaciones, hubo que hacer el reconocimiento contable. Si la clínica es un gran transatlántico, este ha sido el año en el que hemos estado en el astillero, reparando las grietas. El pronóstico para 2018 es mucho más auspicioso. Están tomadas las medidas, no tenemos problemas de caja. Hay confianza de los accionistas, a pesar del derrumbe de la bolsa. La acción de CLC sigue en un valor interesante. Ha subido durante este año desde $30 mil a $38 mil, y llegó a estar en $41 mil".

-¿Cómo se logran revertir las pérdidas de CLC, que al cierre del primer semestre eran de $4.621 millones? ¿Cómo se mejora la situación financiera?

"Gran parte de lo que hubo que castigar contablemente durante el primer trimestre obedece a partidas del año anterior. Además, hemos tenido que asumir costos relevantes, en términos de indemnización y proyectos en desarrollo, como es el Centro de Peñalolén, con una inversión de US$ 14 millones e imposible de ser detenido".

"Por otra parte, es un deber no solo de CLC, sino de la industria, funcionar con estándares de eficiencia mucho más estrictos de lo que tenemos hoy. En el pasado las instituciones de salud gastaban y aumentaban sus costos y los traspasaban al seguro, y estos pagaban. Ese paradigma terminó. Hoy los aseguradores exigen más eficiencia a sus prestadores y tenemos una nueva responsabilidad, y eso está ocurriendo en esta entidad a pasos muy acelerados".

"Clínica Las Condes no tiene ninguna desesperación por salir a buscar un socio"

-¿Es efectivo que hay un fondo estadounidense, representado en Chile por Gonzalo Dulanto a través de la Sociedad Cerro Castillo, que estaría interesado en adquirir el control de la clínica?

"Alguien que diga que quiere adquirir el control de la clínica no entiende bien de qué está hablando. Si no se llega a un acuerdo, independiente a la situación accionaria, con el cuerpo médico que en esta clínica es muy potente y prestigiado, no hay ninguna manera de controlar. Al directorio, a la gerencia, no ha llegado ninguna proposición o propuesta formal, y tampoco ha existido ninguna reunión ni con la administración de la clínica ni con algún director de la sociedad anónima".

-Entonces, ¿no están a la venta?

"En lo que a mí me consta, y es lo que me señaló el presidente del directorio cuando me invitó a participar, la respuesta taxativa es que hoy CLC no está a la venta. Si uno soñara en el futuro y pudiéramos encontrar un socio estratégico en el extranjero, clínico, y no un fondo de inversión, que sepa hacia dónde va la medicina, que podamos hacer intercambio académico, para nosotros sería algo muy bueno. Pero primero hay que sacar el transatlántico del astillero. Clínica Las Condes no tiene ninguna desesperación por salir a buscar hoy un socio estratégico".

Relación con los médicos: "No hay ningún problema"

-¿Llegó para quedarse en Clínica Las Condes?

"Mi proyecto es tratar de ayudar a resolver una situación específica. ¿Cuánto va a durar? No lo sé. Es más bien un tema de metas que de plazos. Ojalá que no sea demasiado prolongado. Es una decisión definitiva, y probablemente esta es mi última actividad de contrato antes de jubilar".

-¿Cómo está su relación con el cuerpo médico de CLC, que tiene un porcentaje importante de la propiedad?

"Estoy sorprendido. Esperaba que fuera una cosa áspera. Durante mi período como director médico me tocó tomar muchas medidas que no fueron agradables para un sector de médicos de la clínica. Tras conversaciones y reuniones, me llama profundamente la atención que sin haber cumplido un mes de mi llegada, el ambiente en el mundo médico y en el directorio respecto a este cambio sea un tema totalmente resuelto, sin ningún problema".

-Cuando Alejandro Quintana decide dejar el directorio, luego de detectar el error contable, acusa la existencia de conflictos de interés dentro de la clínica. ¿Cuál su opinión al respecto?

"En cualquier industria de la salud se produce potencialmente un conflicto de interés entre los profesionales médicos y la administración. No creo que sea algo propio de una institución cuyos médicos son accionistas".

"No está prevista una inyección de capital"

-¿Debiera haber existido una mayor inyección de capitales en la clínica en los últimos años, y cómo ve esta situación en el futuro cercano?

"No está prevista una inyección de capital en la línea de emitir acciones por el momento. El directorio ha sido claro al respecto. Con el reordenamiento que estamos llevando adelante y las perspectivas que vemos para el próximo año, independiente de quién sea el próximo Presidente, podemos manejar la situación bien. No está previsto, en un plazo breve, o que hoy exista la necesidad urgente de salir a buscar capital para Clínica Las Condes".

-Una crítica a las clínicas es que los médicos de la clínica tienen que cumplir metas por solicitudes de exámenes y procedimientos. ¿Ocurre eso en CLC?

"No. Los contratos con los médicos son transparentes y publicables en su estructura, y no hay contemplado ningún incentivo de esa naturaleza. Es obligatorio entrar a un sistema de pagos no asociado a una sumatoria de prestaciones, que son aumentos de costos que no se traducen en mejoras de salud, sino que la solución de un problema médico cuesta tal valor en un paquete".

-Esta clínica ha crecido de manera importante en cuanto a infraestructura. ¿Estos "excesos de lujos y edificios gigantescos" podrían no ser un real aporte a la hora de solucionar los problemas de salud de sus pacientes?

"La pregunta es muy válida. El paradigma de que los hospitales públicos, que tienen que ser feos y viejos, hoy ya se ha roto, porque contrarresta con la evidencia. Los nuevos hospitales -el nuevo Félix Bulnes, el de Antofagasta, Puerto Montt, el de Maipú- son impresionantes en su infraestructura y arquitectura. Esa brecha debiera acortarse. Además, el hospital tiene que ser un lugar grato. Son miles las personas que circulan todos los días por sus pasillos, y deben existir lugares donde la familia pueda estar sola y conversar y llorar, donde recibir visitas. Que la experiencia sea de sanación".

"Este 2017 va a terminar como un año muy duro para la clínica. Si la clínica es un gran transatlántico, este ha sido el año en el que hemos estado en el astillero, reparando las grietas".

"En el pasado las instituciones de salud gastaban y aumentaban sus costos y los traspasaban al seguro, y estos pagaban. Ese paradigma terminó.

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