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Pasión, esfuerzo y perseverancia

viernes, 01 de diciembre de 2017

Economía y Negocios


Hernán Cheyre V.
Instituto de Emprendimiento
U. del Desarrollo

Recientemente la UDD entregó sus reconocimientos anuales a emprendedores destacados, premiándose en esta oportunidad a Alfonso Swett y David Assael en las categorías Consagrado y Emergente. El primero ha tenido una vasta trayectoria en el rubro industrial, y David es cofundador del sitio web de arquitectura más visitado del mundo (Archdaily). Dos vertientes, dos ámbitos de acción y dos generaciones completamente distintas. Sin embargo, al dar a conocer su “decálogo” para avanzar exitosamente en la ruta del emprendimiento, ambos resaltaron como denominador común la pasión, el esfuerzo y la perseverancia. Conceptos simples que muestran que para triunfar no hay recetas mágicas, y que el mayor secreto radica simplemente en tener las ganas y en estar dispuestos a transpirar en la cancha, sin estar siempre esperando la ayuda de terceros y un apoyo paternalista del Estado.

A pesar de todo lo que ha permeado el tema del emprendimiento en Chile –de acuerdo a las cifras del GEM, la proporción de la población adulta que declara estar realizando alguna actividad emprendedora en etapas iniciales se ha duplicado en la última década, ubicándose actualmente en torno a 25%-,persiste en la sociedad chilena una mirada que considera a los “emprendedores” como un agente distintos de los “empresarios” tradicionales. Algunos establecen una diferenciación dependiendo del tamaño del proyecto, otros en función de la antigüedad, pero sin perjuicio de cómo sean categorizados no cabe duda de que a fin de cuentas lo que hacen es lo mismo: arriesgan capital, crean valor a partir de oportunidades de negocio detectadas, y los excedentes obtenidos constituyen la retribución al riesgo y esfuerzos comprometidos. Testimonios y experiencias de vida como las de nuestros premiados Alfonso Swett y David Assael ilustran que tanto el camino recorrido como los principios aplicados en sus respectivas historias son de similar naturaleza, de manera que, como sea que se les denomine, son tipos de una misma especie.

La imagen del empresario tradicional que parece prevalecer en Chile tiene todavía resabios de lo que fue el nacimiento y expansión de algunas empresas a mediados del siglo pasado, que en virtud de prebendas, protecciones y tratos preferenciales recibidos de parte del Estado, lograron construir entidades empresariales de gran tamaño. Pero con el advenimiento de una economía de mercado competitiva y abierta al comercio internacional eso terminó, y actualmente todos los actores en las distintas industrias deben desenvolverse en un ambiente de fuerte competencia tanto con otros actores locales como con productores ubicados en el resto del mundo. Es cierto que hay sectores en los que falta por avanzar para tener una cancha más pareja, como tampoco se puede desconocer que hay casos en los que algunos operadores se han visto implicados en conductas que son incompatibles con esta dinámica. Pero lejos de invalidar el modelo, la lección de política pública que surge de lo anterior es precisamente la necesidad de fortalecer la competencia en los mercados, a través de instituciones que fiscalicen el comportamiento de los actores tradicionales, pero también generando condiciones para que nuevos entrantes puedan “desafiar” y poder disputarles un espacio a los incumbentes en los distintos negocios. Esa es la verdadera competencia que se debe buscar.

Para un país con fuertes desafíos en materia de productividad, activar esta palanca de crecimiento es un requerimiento fundamental, y para ello hay varias aristas que se debe enfrentar. Y una de ellas es precisamente facilitar la creación y expansión de las nuevas empresas, ya que las ganancias de eficiencia surgen especialmente cuando se facilita la reasignación de recursos productivos desde empresas que desaparecen en algunos sectores hacia otras que se crean en otros ámbitos, y cuando la operación a mayor escala genera eficiencias que las hacen más competitivas. Y en este contexto debe haber espacio tanto para los Swett como para los Assael de este país, que son muchos, y que están ubicados en los más diversos ámbitos de actividad y en las distintas regiones de Chile. Lo que se les debe ofrecer son condiciones para que puedan desplegar todo su potencial emprendedor con pasión, esfuerzo y perseverancia.

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