Marcela recibió un llamado en el que, después de varios segundos y dos "aló", se escucha una grabación de una supuesta ejecutiva bancaria. "Esa voz mecanizada me informó que el banco me haría devolución de unos intereses mal cobrados y que para hacer efectivo el reintegro de los fondos debía llamar a un número y actualizar mis datos. Me pareció raro que el banco quisiera devolverme plata; por lo general es al revés... así que llamé a mi ejecutiva y esta me advirtió que ni por nada lo hiciera, ya que se trataba de un tipo de fraude", contó. Su caso es similar a de muchas personas que han caído en el vishing , una nueva modalidad de ciberdelito. El término es una combinación del inglés voice (voz) y phishing , y la estafa se produce cuando el usuario llama al número falso en donde escucha un mensaje pregrabado que solicita el ingreso de los 16 dígitos de su tarjeta de crédito e información sobre la fecha de vencimiento. El vishing opera mediante la programación de llamadas telefónicas utilizando mensajes pregrabados o de un sujeto que telefonea para solicitar información financiera personal. Por ejemplo, el potencial afectado recibe una llamada de alguna organización "no legal" ofreciendo promociones de tarjetas bancarias o también supuestas "advertencias" en las que informan que su tarjeta está siendo mal utilizada, para lo cual debe contactar de inmediato al número que le indican. Marcan aleatoriamente a algunos números hasta que alguien contesta. Al interlocutor se le informa, por ejemplo, que su tarjeta de crédito está siendo utilizada fraudulentamente, que es preciso actualizar los datos personales, resolver un problema con una cuenta, o cualquier otro engaño similar. Una vez obtenida la información, el ciberdelincuente puede llevar a cabo compras y operaciones delictivas telefónicas o por internet. Los bancos, en general, han advertido a sus clientes de este delito -a través de sus páginas web o e-mails - para evitar que caigan en estos engaños. Asimismo ofrecen algunos consejos: Jamás entregar información o "dar respuesta" a requerimientos que no haya promovido . Pedir detalles sobre la identidad de quien llama; si este no puede acreditar quién es o de qué empresa habla, la persona debe asumir que ese representante no es válido. No debe sentir obligación de proporcionar información de su tarjeta bancaria por teléfono. En caso de duda debe ponerse en contacto con el banco y con el ejecutivo de cuenta, o llamar al teléfono del banco y notificar que han solicitado información financiera personal a nombre de la entidad. No hacer clic en enlaces sospechosos que haya recibido por correo electrónico. No anotar en lugares de fácil acceso datos personales como números de cuenta, contraseñas, números de seguridad o dirección ni enviarlos por correo electrónico. Las instituciones financieras no los solicitan por este medio. Sospechar de las ofertas de sorteos a los que no se suscribió, más aún si para participar en ellos le solicitan proporcionar información como números de tarjetas. Evitar el uso de computadores públicos o cibercafés para realizar operaciones financieras. Cambiar con frecuencia las contraseñas, utilizando, además de letras, números y símbolos en su combinación. Actualizar el antivirus y las herramientas antispyware en forma regular.