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Cómo se vivió la jornada en su comando:

Esperando a Guillier

lunes, 20 de noviembre de 2017

Claudio Cerda y Gazi Jalil F.
Nacional
El Mercurio

El abanderado de "Fuerza de la Mayoría" desayunó y votó en Antofagasta. Luego viajó a Santiago y, fiel a su estilo, jugó al misterio y prácticamente no se dejó ver hasta que apareció para dar su discurso.



Durante toda la tarde de ayer, el candidato Alejandro Guillier estuvo pero no estuvo. Dicho de otra manera, estaba cuando se decía que aún no había llegado al Hotel Fundador, el centro de operaciones de su comando. Y no estaba cuando corría el rumor de que ya había llegado.

Fiel a su estilo, Guillier jugó al misterio y prácticamente no se dejó ver ayer desde que llegó a Santiago, tras haber desayunado y votado en Antofagasta, las únicas actividades públicas que hizo en la mañana.

En el norte, la jornada del abanderado del bloque Fuerza de la Mayoría comenzó cerca de las 07:45 horas, cuando su comitiva pasó a recogerlo al departamento que comparte con su hermano Francisco y un hijo de este, cerca del balneario municipal. A las 08:05 iniciaba su primera actividad oficial, participando en un desayuno en la población Vista Hermosa con estudiantes universitarios beneficiados con la gratuidad. Vestido con una chaqueta café y un pantalón en el mismo tono, Guillier enfrentaba tranquilamente las primeras consultas de la jornada de la decena de periodistas que lo esperaban afuera de la vivienda.

En una pequeña habitación en un segundo piso, junto a tres jóvenes, el candidato buscó marcar un sello sobre una de las áreas que abordará en un eventual gobierno. "Como ya tenemos esta gratuidad, muchos esperan que esto siga expandiéndose y que lo económico no sea una limitante para cumplir el sueño de estudiar", le decía uno de los estudiantes a Guillier durante el desayuno.

Cerca de las 10:30 horas, media hora después de lo programado, el senador llegaba al Liceo Domingo Herrera Silva, en el sector centro norte de la ciudad, donde votó en medio de los vítores de sus partidarios para después dirigirse al aeropuerto y abordar un vuelo a la capital.

Y eso fue todo, porque la tarde en el Hotel Fundador, en pleno centro de Santiago, fue plácida y calurosa. Mientras se esperaban noticias de Guillier, se encarpó el acceso lateral del hotel, se instaló una pantalla gigante y se organizó un catering . Los adherentes fueron llegando de a poco y no alcanzaron las 200 personas en su mejor momento, cuando se empezaron a conocer los primeros escrutinios.

El ambiente era tibio y solo se animaba cuando las cámaras de televisión se encendían para transmitir en directo. Entonces flameaban las banderas y se escuchaban los gritos, que se silenciaban apenas terminaba el despacho.

Por ahí llegó el actor Alejandro Goic y casi a las 20:00 horas, cuando la tendencia de los votos ya era clara, apareció Arturo Barrios, el encargado territorial de la campaña, que fue recibido con aplausos y abrazos, como si ya se estuviera celebrando un triunfo, pese a que la votación de Beatriz Sánchez aún era una sombra cercana a Guillier.

Barrios no sabía dónde estaba el candidato, como tampoco lo sabía el diputado Juan Pablo Letelier, que llegó después. Nadie supo indicar, además, por dónde iba a entrar el senador: si por la puerta principal o por una lateral, y no había ninguna información al respecto incluso cuando los resultados ya eran claros y el resto de los candidatos ya había hablado.

Mientras esperaban a su abanderado, miembros de su comando inflaban globos, repartían banderas y ayudaban a instalar un escenario en calle Serrano para celebrar el paso a segunda vuelta. Pero Guillier no aparecía.

Finalmente, se informó que el candidato estaba en el hotel y que saldría por la puerta principal. Entre el ejército de periodistas, fotógrafos y camarógrafos, había un equipo de la productora que grababa imágenes para la nueva franja.

Hasta que apareció. Alejandro Guillier, junto a su mujer María Cristina Farga, salieron hacia calle Serrano y entre la multitud se dirigieron al escenario montado en la calle. Lo seguían políticos de su coalición y varios ministros, como Pablo Squella, Heraldo Muñoz y Jaime Campos.

Sin embargo, la presencia de Guillier apenas duró cuatro minutos, que fue lo que se demoró en dar su discurso. Luego abandonó el lugar y tan rápido como llegó, ya no estaba. En el escenario solo quedó un grupo de cumbia que al poco rato solo tocaba ante un modesto público, de no más de 50 adherentes, que bailaban "La peineta".

La presencia de Guillier apenas duró cuatro minutos, que fue lo que se demoró en dar su discurso. Luego abandonó el lugar y tan rápido como llegó, ya no estaba. En el escenario solo quedó un grupo de cumbia que al poco rato solo tocaba ante un modesto público, de no más de 50 adherentes, que bailaban "La peineta".

Mientras esperaban a su abanderado, miembros de su comando inflaban globos, repartían banderas y ayudaban a instalar un escenario en calle Serrano para celebrar el paso a segunda vuelta. Pero Guillier no aparecía.


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