El regreso a la calle
sábado, 18 de noviembre de 2017
Miguel Laborde
Nacional
El Mercurio
Europa y Norteamérica podrían aprender algo de las ciudades latinoamericanas, comentó Deyan Sudjic, director del Museo del Diseño de Londres y uno de los críticos urbanos más citados del mundo. Lo dijo en el festival Hay Arequipa, que reunió a creadores y pensadores que, como Sudjic, analizan tendencias. Se declaró bastante esperanzado. Ve que la gente está volviendo a la calle luego de un ciclo occidental de casas con jardín y encierro, con el mínimo de contacto físico con otros seres humanos y el máximo de compras por internet. Advierte un retorno a la vida urbana y cree que esta tiene a Ciudad de México o Buenos Aires con una vitalidad ejemplar, gracias a los generosos espacios americanos en los cuales se despliega una arquitectura de origen europeo. Considera que vivimos un ciclo de consumo inútil, que comenzó en Estados Unidos en los años 30 del siglo pasado, con graves consecuencias por sus toneladas de desperdicios. Un período en que nos hemos alejado de las palabras y, en cambio, nos dedicamos a los objetos, nuevos y brillantes fetiches, con los cuales atestamos nuestras casas. Como las ardillas, recogiendo las brillantes bellotas que dan seguridad de pasar el invierno. Pero, piensa que nuestra relación con las cosas ha cambiado. La Olivetti del abuelo, el sillón de la tía, nos acompañaban. Ahora son desechables y saldrán de las casas antes de que nos inspiren algún sentimiento. Sudjic recuerda con nostalgia el tiempo en que urbanistas, arquitectos, diseñadores creaban, con orgullo, lugares, espacios y productos que mejorarían la calidad de vida. Cultura hoy reemplazada por una centrada en la moda efímera y la celebridad, la comida rápida y el paquete turístico. Cuando, a su juicio, no hay lujo mayor que el alivio de no necesitar tanto... Así como ve el retorno a la calle -con vías peatonales, ciclovías, más parques-, también advierte señales positivas en relación a su uso; por ejemplo, que el auto, ya no signo de estatus por su masificación, disminuirá de número en las calzadas, lo que favorecería a las hoy congestionadas urbes de América Latina. La expansión del auto eléctrico, además, bajaría los niveles de contaminación. Ve a los propios urbanistas de nuevo recorriendo las calles, luego de décadas en que muchos de ellos, en sus despachos, intervenían lugares que nunca habían recorrido. No llora sobre la leche derramada. Destaca que la población en esta parte del mundo se multiplicó por cinco en apenas 75 años, y que, siendo "la ciudad el organismo más complejo del mundo", no era fácil absorber el hecho de que gran parte, además, se desplazara del campo a las ciudades. Por lo mismo, considera que es la propia región la que debe encontrar su camino urbano; como, por ejemplo, con las propuestas del chileno Alejandro Aravena. A la hora de definir nuestras ciudades, su originalidad y sus atributos, Sudjic volvió a lo mismo: reitera que se caracterizan por "la pasión por vivir en la calle"....
