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El Louvre bajo una cúpula

sábado, 18 de noviembre de 2017


Reportaje
El Mercurio

El edificio diseñado por Jean Nouvel en Abu Dhabi busca ser el primer museo universal del mundo árabe. La frase parece no quedar en el eslogan, cuando bajo una cúpula que parece flotar a ras de mar, se exhiben grandes obras de interés artístico, histórico, cultural y sociológico; antiguas y contemporáneas, provenientes de todo el planeta.



No es una copia del Louvre parisino, ni su cúpula remite a la pirámide vidriada que I.M.

 Pei le adosó al monumento francés en 1983.
 El Louvre Abu Dhabi, inaugurado la semana recién pasada, fue concebido por el arquitecto Jean Nouvel inspirado en el entorno excepcional de Saadiyat, la isla de 27 km2, situada a 500 metros de la isla de Abu Dhabi, donde se desarrolla un sinnúmero de proyectos destinados al turismo masivo y a promover la cultura en el emirato más grande de los siete que forman los Emiratos Árabes Unidos. El proyecto que pretende ser "el primer museo universal del mundo árabe", según su eslogan, entrega una experiencia arquitectónica intensa al servicio de abrir un diálogo entre las culturas. "Un edificio con una estética acorde con su función de santuario para las más preciosas obras de arte", ha dicho el arquitecto, premio Pritzker 2008.

 La construcción enfoca la atención en su cúpula de 180 metros de diámetro y 7.500 toneladas de peso, con un techo formado por una trama que simula hojas de palma entrelazadas -las que tradicionalmente se usan como material de techos en la zona-, a la manera de un treillage de mallas de acero que dejan entrar la luz y también la brisa, elemento importante para una zona que habitualmente supera los 30 grados, con lo que produce una confortable semisombra, al tiempo que reduce el consumo energético.
 Nouvel explicó que su proyecto "buscó el efecto de un ágora", ya que en este patio central bajo la cúpula aflora una treintena de edificios como cubos blancos con alturas que van desde los 4 a los 12 metros, donde ubicó 23 galerías y espacios de exhibición -todos conectados por pasillos-, un museo infantil, restaurantes, salas de conferencia, centro de investigación, con lo que buena parte del complejo disfruta el confort de esta semipenumbra. "Quiero pensar en el conjunto como una medina árabe, con sus calles estrechas que separan las casas", explicó.

La "ciudad museo" como la han llamado, se extiende por casi 64.000 m2, de los cuales 6.000 están dedicados a colecciones permanentes adquiridas por LAD, y 2.000 a exposiciones temporales, con piezas en préstamo provenientes del Louvre y de otras 12 importantes instituciones francesas como el Pompidou, el Orsay o el Quai Branly, las que en general serán expuestas durante un año, antes de ser reemplazadas por otras enviadas desde París.
Los favoritos del "guardián" 
Por su catálogo de obras, que reúne una enorme diversidad de épocas y estilos, hay quienes lo han descrito como un museo totalizador en miniatura. Entre ellas, un gran Cristo bávaro del 1500; obras de Manet; "Composición en rojo, amarillo, azul y negro", de Mondrian. "Les enfants luttant" de Gauguin, "El lector subyugado", de Magritte, y "El buen samaritano", de Jacob Jordaens.
 "Retrato de una dama", de Picasso, y "Virgen y el niño", de Bellini, del 1400. Una obra de Gustave Caillebote, y "Antropometría", de Yves Klein. También piezas de Da Vinci, Rothko, esculturas de Ramsés II y Giacometti, además de fotografías de Man Ray. 

Una colección que busca "destacar los valores permanentes que nos unen", según señaló la directora del proyecto Louvre Abu Dhabi, Céline Hullo-Pouyat, y que consecuente con lo que se ha presentado, como el Primer Museo Universal del mundo árabe, también ha unido en una de sus vitrinas un Corán del siglo VI, una Biblia gótica y una Torá de Yemen. 

La idea de los intercambios entre museos franceses y el de Abu Dhabi tuvo detractores desde el principio, en 2007. Entre ellos, Didier Rykner, director de La Tribune de l'Art, el sitio francés dedicado a la actualidad de museos, crítica y patrimonio, quien encabezó la oposición por la posibilidad de que se dañaran en el traslado y también por la venta de ciertas obras consideradas un patrimonio nacional, lo que le valió ser llamado el "Guardián del templo". 

Quien se "oponía totalmente a este proyecto" responde hoy desde Francia sobre cuáles son, a su juicio, finalmente las principales obras que se exhiben en el museo. 
-Es muy subjetivo. Pero entre las obras más interesantes mencionaré intencionalmente aquellas que no debieron jamás haber sido consideradas por France Muséum, ya que son obras patrimoniales para Francia y no deberían ser recomendadas por conservadores franceses para un museo extranjero. ¿Cuáles?
-La Fíbula de Domagnano, del siglo V, por tratarse de un objeto que los antiguos responsables del Louvre querían para el museo; "Naturaleza Muerta", de Jérémie Plume, porque es la única conocida de este artista y tenía su lugar en el Louvre. El cuadro de Laurent de La Hyre que fue encargado por el Palacio Cardinal, y que por la sola razón de esta proveniencia debería estar en un museo francés. Los decorados que hizo Emile-Jacques Ruhlmann para los Campos Elíseos, que jamás debieron salir de Francia, y "Ange à l'encensoir", de Strigel, porque el Louvre no tiene obras de ese artista. 
Texto, Paula Donoso Barros. Fotografías, Louvre Abu Dhabi by Roland Halbe.

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