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Nutrición y estrés:

Alimentación para una mente sana

martes, 14 de noviembre de 2017

Por Valentina Pacheco
Bienestar
El Mercurio

Aunque ningún alimento puede eliminar el estrés por completo, algunos de ellos sí ayudan a prevenirlo o atenuarlo. Lo importante, en la mayoría de los casos, es cuidar las porciones.



El estrés mantiene a los órganos en un constante estado de alarma. En una baja dosis, activa y motiva a la acción, pero si es mucho, puede ser paralizante o llevar a las personas a un estado de pérdida de control.

-En situaciones de estrés es fácil caer en la comida porque es inmediata, fácil y hace sentirse querido -comenta la doctora Patricia Cordella, psiquiatra de la Universidad Católica y presidenta de Sociedad de Estudios de Trastornos Alimentarios. Comer, acota, se asocia con el placer y el bienestar, por lo que puede ser una herramienta útil pero a la vez peligrosa, capaz de llevar a las personas a problemas de obesidad.

Con todo, si bien la actividad física suele ser una de las herramientas más recomendadas para manejar el estrés, una alimentación correcta también es de mucha ayuda, siempre que contenga carbohidratos, vitaminas y grasas saludables. Además, ciertos alimentos son capaces de mejorar el sistema inmune y bajar la presión arterial, ayudando así a prevenir el estrés.

-Hay que dejar en claro que no existe la evidencia de alimentos que de frentón eliminen el estrés: la alimentación sana es un elemento coadyudante. Hay ciertos alimentos que pueden prevenir el estrés porque contienen antioxidantes, vitaminas, minerales y fibras. Esto equilibra la balanza hacia factores antiinflamatorios que protegen el cuerpo a largo plazo -comenta María José Escaffi, nutrióloga de Clínica Las Condes. 

Carbohidratos: Todos incitan a la mente a producir más serotonina, hormona que promueve la sensación de bienestar y en casos de estrés actúa como calmante. Se deben preferir los complejos, presentes en el pan de grano, pastas, cereales y harina de avena, cuyos azúcares demoran más en ser digeridos, lo que mantiene activa la producción de serotonina. Los carbohidratos simples, que están en dulces y alimentos refinados, pueden usarse, pero de manera limitada, por su alto aporte calórico.

Naranjas: Aporta vitamina C, que puede controlar los niveles de las hormonas del estrés y refuerza el sistema inmune. También ayuda al cuerpo a retomar rápidamente su estado normal después de un cuadro estresante.

Salmón y atún: El Omega-3 que se encuentra especialmente en estos pescados puede prevenir ataques de estrés y depresiones, junto con reducir el riesgo de sufrir paros cardiacos. Se recomienda comer tres raciones de pescado, al menos dos veces por semana.

Almendras: Son un shock de vitamina E y B, que fortalecen el sistema inmune y calman el cuerpo en momentos de estrés o depresión. Comer ¼ de taza todos los días es suficiente.
Espinaca y otros vegetales verde oscuro: La falta de magnesio en el cuerpo puede causar dolores de cabeza y fatiga, síntomas propios del estrés. Un plato de espinaca ayuda a tener altos niveles de magnesio en el cuerpo, al igual que otros vegetales verdes.

Pistachos: Estos frutos secos son una buena fuente de grasa saludable. Comer un puñado de pistachos todos los días puede ayudar a bajar el colesterol, evitar la inflamación de las arterias, prevenir la diabetes y proteger al cuerpo de los efectos del estrés. No se recomienda comer más, porque tienen muchas calorías.

Té negro: Tomarlo puede ayudar a recuperarse de eventos estresantes con mayor rapidez, ya que disminuye los niveles de cortisol, la hormona que impulsa el estrés.

Palta: La mitad de una palta tiene más potasio que un plátano.

Vegetales crudos: Pueden ayudar a manejar el estrés eliminando la tensión y relajando la musculatura.

Leche: El calcio que posee la leche ayuda a eliminar la ansiedad y los repentinos cambios de humor. Se recomienda preferir leche descremada o baja en grasa.

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