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Toda una vida

sábado, 28 de octubre de 2017

Texto, Soledad Salgado S. Producción, Paula Fernández T. Fotografías, José Luis Rissetti.
Decoración
El Mercurio




En marzo pasado el abogado Roberto Ossandón Irarrázabal mandó una invitación muy especial. No era por su cumpleaños ni por compromiso de trabajo, sino una convocatoria para festejar el fin de los tan anhelados arreglos de la casa que la familia mantiene en Zapallar desde comienzos de 1900; una icónica construcción frente a la municipalidad con un parque precioso que, con el paso del tiempo, había perdido su esplendor.

-Llegaron 193 familiares directos a la "Ossandatón". Había que celebrar el cambio, porque de verdad fue brutal. La casa estaba en muy mal estado. Fue un encuentro muy bonito, pusimos mesas alrededor del templete, carritos de churrascos.

Roberto es quien ha liderado durante el último tiempo el rescate de este patrimonio zapallarino que comenzó cuando su bisabuelo, Carlos Ossandón Barros, le encargó la construcción de este inmueble de aires italianos al arquitecto Ricardo González Cortés -autor del Ministerio de Justicia y el edificio del Tricel-. Una casona que ha seguido en manos de los Ossandón Valdés albergando anécdotas familiares, como la visita de Margaret Thatcher para conocer el jardín, sus dalias y algunos objetos preciados que están desde los inicios, como la imponente Virgen del hall de recepción que fue regalo de una antepasada que era monja carmelita. Sin embargo, también muchos elementos y muebles que vestían la propiedad se fueron repartiendo a los herederos o quedaron en desuso por malos cuidados. "La alfombra que hoy está en el living era del comedor. La encontramos con unas primas enrollada en el subterráneo llena de moho, la mandamos a reparar con un especialista y salvamos una parte de ella", explica.

A pesar de que la tarea era titánica -sacó más de 20 camionadas de mugre, plantas muertas y escombros- dice que nunca pensaron vender la casa. "Eso podría matar a mi papá y a sus hermanos", dice. En el fondo sabía del potencial del lugar y que, con dedicación, recuperaría el esplendor que vivió a manos de su bisabuelo y después cuando la heredó su abuelo, Roberto Ossandón Guzmán, un hombre enamorado de las antigüedades, quien compró en distintos remates las esculturas de mármol que hoy, gracias al desmalezado y a nuevas plantaciones -con la asesoría paisajística de Tere Moller-, se lucen por el jardín.

Los cambios realizados por Roberto también implicaron estucar la casa por fuera, recuperar las maderas que estaban podridas -gran parte provenía de la demolición del Monasterio de las Clarisas-; de hecho, rehízo algunas zonas con carpinteros que dominan el oficio. Uno de los desafíos fue dar con el tono original, una mezcla de café y negro que hace resaltar vigas, marcos y puertas. Roberto tenía claro que tanto su bisabuelo como su abuelo fueron enamorados de Zapallar; personajes que hicieron mucho por la comuna (colegio, plazas, rampas, etc.) y que, por lo mismo, la casa debía tener una segunda oportunidad.

-Piensa que mis bisabuelos viajaban en tren a Calera, después tomaban otro que los dejaba en Catapilco y allí los esperaban diligencias con las que llegaban hasta Aguas Claras. Los caballos eran el medio de transporte para llegar a la casa. Después mi abuelo, que tuvo 10 hijos, hacía dos viajes en auto para poder dejar a toda la familia instalada.

Ahora, la casa puede ser reservada por su padre y tíos, y por la generación de él, sus hermanos y sus primos, pagando una determinada suma para su mantención. Si bien no cuenta con los muebles originales ni con antigüedades muy finas dado el uso intenso, buscando por aquí y por allá lograron ambientar sus interiores con la sobriedad que merece la construcción; solo se mantiene el dormitorio que ocupaba su bisabuela con camas de madera y palos altos.

-Tengo varias ideas. Remodelar la cocina, por ejemplo, y rearmar un parrón del jardín que se eliminó por las termitas -dice. Hoy aquellas columnas de madera están en el estacionamiento esperando ser usadas, al igual que la vieja campana con que se anunciaba la hora de almorzar.

La casa forma parte de un listado de locaciones patrimoniales del Ministerio de Cultura para filmaciones a nivel internacional.

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