La transformación que ha vivido en la cárcel el otro atacante del Monticello
sábado, 21 de octubre de 2017
JULIO JEREZ REYES
Nacional
El Mercurio
Gracias a sus condiciones artísticas y culturales, Stive Munir Abuamsha se ha ganado la consideración y el respeto de la población penal en la cárcel de Rancagua.
En la cárcel de Rancagua se le conoce como el "Monticello" o el "Mensajero". Alto, delgado, con una frondosa y larga barba, si no está vistiendo atuendos típicos de su cultura, se le ve con ropa de buena factura y zapatos de marca. Stive Munir Abuamsha no pasa inadvertido entre sus compañeros de encierro, que este hombre de origen palestino hace más llevadero cuando toca su laúd a quien quiera escucharlo, lo que le ha significado la consideración y el respeto entre la población penal. Sus dotes artísticas, además de los buenos modales y la simpatía, amplia cultura y buena conversación de las que da cuenta distan ampliamente del descontrol que exhibió en los hechos que lo tienen en la cárcel. El 6 de junio pasado, Abuamsha (40) protagonizó un bullado incidente en el Casino Sun Monticello, donde tras haber permanecido una semana en el recinto perdió $15 millones que le había dado su familia para que regresara a Palestina. Al no poder seguir jugando, intentó robar fichas de otros clientes, y cuando fue reducido por un guardia, este recibió un impacto de bala. Detenido y formalizado por robo con violencia y porte ilegal de arma de fuego, entre otros delitos, fue considerado un peligro para la sociedad y se decretó su prisión preventiva por un lapso de 90 días. Un mes después su caso sería eclipsado por otro tiroteo en el mismo casino protagonizado por el veterinario Osvaldo Campos, quien mató a dos crupieres e hirió a otras cuatro personas, para luego suicidarse, al haber perdido también $15 millones. Aunque el 12 de septiembre se cumplió el plazo de detención de Abuamsha, este fue ampliado a solicitud del Ministerio Público por otros 60 días debido a diligencias pendientes, como un informe psiquiátrico encargado al Servicio Médico Legal (SML). El defensor público Víctor Providel pidió también diligencias, relacionadas con los días previos al incidente. Providel ha conversado en cuatro oportunidades con Abuamsha y afirma que hoy está tranquilo y recordando de a poco los hechos que lo condujeron a la situación que enfrenta. "Agradece estar vivo, porque el desenlace podría haber sido peor", afirma. El 30 de octubre pedirá suspender la causa para realizar exámenes clínicos que clarifiquen la condición del imputado y, antes, buscará lograr su libertad, porque considera que ya no es un peligro y cuenta con una red de apoyo, por lo que no existiría el peligro de fuga. Basa su defensa en un informe de agosto del SML, que precisa que Abuamsha actuó como un "ludópata patológico con grave distorsión en el control de impulsos y una seria disociación de las conductas de autocontrol", que se reflejó en su reacción por "recuperar" lo que consideraba suyo y que "el casino le quitó". Asegura que "ha tenido un comportamiento intachable en la cárcel, se le ha permitido seguir profesando su religión e ingresar el laúd, en el que es un experto, y eso le ha aliviado el encierro", agregando que es una persona "absolutamente distinta" a la que entrevistó en el calabozo del tribunal.
Víctor Providel dice que el palestino "no le encuentra mucho sentido a lo que realizó".
