Quisimos saber si estaba bien o mal mirado tener a una pareja en el mismo trabajo, y para ello se lo preguntamos a 220 encargados de comunicaciones, recursos humanos y asuntos corporativos de organizaciones chilenas.
El 17% indicó que contratar a una pareja, o mantener a una que se forma en el trabajo, es negativo ya que causan situaciones incómodas para el resto de la organización. Un 21% dijo que era positivo para el ambiente ya que no se sentían tan restringidos, y un 62% planteó que dependía del contexto y de la pareja. Es decir, hay una pequeña mayoría que ve con buenos ojos la libertad amorosa en el trabajo.
Con respecto a las políticas de “amor” en sus trabajos, un 64% indicó que no existían, el 21% dijo que sí pero que eran “implícitas”, y solo el 15% señalo que eran explícitas y que incluso eran sancionadas. Lo interesante fue que dos tercios estuvo de acuerdo en que las redes sociales han facilitado el "coqueteo" entre colegas, y que muchas veces las iniciativas online terminan en nuevas parejas o casos de infidelidad.
Conclusión: si las empresas no ponen normas, las redes sociales van a terminar regulando por ellas.