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Alejandra Krauss

"La humildad es una gran aliada, la arrogancia, una muy mala compañera y la negociación es un arte"

martes, 17 de octubre de 2017


Oficina con vista
El Mercurio




Estudió Derecho en la U. de Chile. ¿Qué mentores tuvo en su vida académica? Sin duda el Decano de la época, mi profesor don Antonio Bascuñán Valdés fue determinante en que me apasionara por el Derecho. También debo mencionar a mi papá, Enrique Krauss (...), con él di mis primeros pasos trabajando como procuradora en su Estudio y después me incorporé como abogada. Mi pasión y vocación de búsqueda de justicia se la debo a él.

Ha tenido que negociar leyes importantes en el Congreso, ¿cuáles son sus habilidades negociadoras? Para enfrentar estas negociaciones, lo esencial es la convicción en que estas leyes son necesarias, eso permite transmitir de muchísimo mejor manera las convicciones. También ha sido esencial el trabajo multidisciplinario y en equipo. Se desarrolla mucha capacidad de aprender de otros e incorporar otras visiones. La humildad es una gran aliada, la arrogancia, una muy mala compañera y la negociación es un arte. Y obvio, que nada es personal.

¿Qué es lo más difícil de formar equipos? En general, no tengo dificultad en armar y trabajar en equipo, confío mucho en los otros. Probablemente la mayor dificultad que he encontrado es que se sumen a los tiempos y estilos que yo tengo al trabajo que lidero. Pero siempre doy tiempo para que ello ocurra y, en general, he tenido suerte.

Fue ministra del gobierno del Presidente Lagos y ahora de la Presidenta Bachelet. ¿Qué sensibilidades aprendió de trabajar con uno y otro?  Son dos grandes maestros que he tenido en política (...). Del Presidente Lagos aprendí la necesidad de liderar para cambiar las estructuras injustas que aún permanecen en nuestro país, y de la Presidenta Bachelet que jamás se debe renunciar a nuestros sueños e ideales por muy difíciles que ellos sean.

Su padre también fue ministro en dos gobiernos (Frei Montalva y Aylwin). ¿Cuál es el mejor consejo que ha recibido de él para su rol actual? Saber que estos cargos son esencialmente temporales y, por lo mismo, servirlos con convicción e ideales, pero nunca aferrarse a ellos.

Tiene 7 hijos ya grandes y siempre trabajó, ¿cómo logró administrar los tiempos cuando sus hijos crecían? Para ello fue clave y esencial mi marido, no lo habría podido hacer sin él. Además, tuve ayuda de personas extraordinarias como la "Maya", Amalia Pino, que por varios años, cuando mis niños eran pequeños, los cuidaba. Hice la opción de ejercer libremente mi profesión, lo que me permitió desarrollarme profesionalmente y conciliar familia y trabajo, opción que para mí era fundamental e irrenunciable.

Fue nombrada ministra a los 60 años, edad de jubilación de las chilenas, ¿cómo ve a las mujeres de su generación que siguen trabajando? A las mujeres de mi generación -particularmente respecto de quienes hemos tenido trayectorias personales y profesionales similares- las veo absolutamente vigentes, llenas de proyectos y desafíos, realizando grandes aportes. (...) Creo que seguiré trabajando por varios años más, paulatinamente iré traspasando responsabilidades, y de esa manera podré darme más tiempo para gozar en plenitud mi tiempo libre.

¿De qué manera se relaja? Fundamentalmente los fines de semana, dándome espacios para la familia, en especial gozando el ser abuela y cuidando mi chacra, regalo que recibí de mi familia cuando cumplí 60 años. Tener una chacra era un sueño que debía cumplir. Cocinar es un placer extremo al que no he querido renunciar.

"Estos cargos son esencialmente temporales, hay que servirlos con convicción, pero nunca aferrarse".

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