Dólar Obs: $ 981,71 | -0,07% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.079,21
IPC: 0,60%
Los AngeLes

El nuevo centro de las tendencias

martes, 17 de octubre de 2017

Por Juan Luis saLinas T.
Moda
El Mercurio

El eterno verano de Los Angeles está seduciendo al mundo de la moda. La ciudad más grande de California gana terreno frente a Nueva York como el destino de los diseñadores jóvenes y de los influencers, al tiempo que se transforma en el escenario para que las grandes marcas presenten sus desfiles.



Se llama Yael Aflano, tiene 39 años y es la creadora de Reformation, una de las marcas estadounidenses que, según el web site especializado Business of Fashion (BoF), tiene una de las mayores proyecciones en la industria de la moda. Esta etiqueta, además de contar con una pléyade de seguidoras como Rihanna, Taylor Swift o la top model Karlie Kloss, es una de la promotoras de Los Angeles como la nueva capital de la moda estadounidense. Reformation ofrece ropa ecosustentable (su lema es: "hacemos ropa matadora que no mata al medio ambiente") y solo produce 40 prendas por cada uno de sus diseños, pero trabaja con un ritmo acelerado. La firma, que centra su mercado en su plataforma online, lanza nuevas colecciones semanalmente que son ideadas, producidas, fotografiadas y distribuidas desde su gran cuartel general en la ciudad más poblada del estado de California.

En la última década, el negocio de la moda ha tenido un crecimiento exponencial en la Costa Oeste estadounidense y Los Angeles se ha convertido en punto neurálgico. La ciudad sinónimo de alfombras rojas, mansiones de estrellas, playas, surf, skaters y clínicas de cirugía plástica, hoy rivaliza con Nueva York no solo en el interés de los seguidores de tendencias, sino también se ha puesto en la brújula de los creadores. Además de Reformation, en Los Angeles tienen su centro de operaciones marcas como los jeans reciclados Re/Done, la línea de moda de la antigua estilista de las estrellas Rachel Zoe, las colecciones de Jenny Kayne y de la bloguera danesa Anine Bing, que triunfa con básicos de estilo bohemio y toques californianos. Aquí también comenzaron etiquetas consideradas emblemas de la nueva vanguardia estadounidense como Rodarte (que luego de presentar sus colecciones en Nueva York ahora lo hacen en París) y Jeremy Scott (el hombre tras la etiqueta italiana Moschino). También talentos más alternativos como Johnson Hartig con su etiqueta Libertine y Scott Sternberg de Band of Outsiders, quien mantiene su estudio en Los Angeles y hace un año aseguraba en WWD que la ciudad era "una burbuja que te permite funcionar al margen de las leyes del circuito tradicional; si trabajara en Nueva York, el punto alternativo desaparecería".

La escena fashion de Los Angeles también se está nutriendo con una camada de diseñadores emergentes. Algunos ejemplos: la línea mezclilla Phlemuns, firmada por James Flemons, quien empezó su carrera en Nueva York; la diseñadora María Korovilas, la mexicana Gladys Tamez, quien ha creado sombreros para Lady Gaga y el proyecto Noon Goons, que se inspira en las culturas juveniles endémicas del sur de California: el punk, el skate, y el surf.
 
Más allá de la mezclilla

Hasta hace dos décadas, la señal más californiana que se podía notar en la moda estadounidense era más comercial que estética. Primero, fue el éxito de la industria denim con marcas como Guess o J Brand. Luego vino el interés de los jóvenes por las camisetas de algodón de American Apparel, firma que presumía de diseñar y confeccionar todas sus prendas en el centro de Los Angeles. Más tarde llegó el fenómeno fast fashion de Forever 21, marca que partió en 1984 con una pequeña tienda de 80 metros cuadrados en el barrio de Highland Park de Los Angeles.

Que el universo de la ropa de mezclilla y del fast fashion estadounidense tuvieran su base de operaciones en California tuvo una razón estratégica: la proximidad de las fábricas. El 33% de la producción textil made in USA se reparte entre Los Angeles y el Condado de Orange (más del doble que en Nueva York), lo que permite a las firmas locales supervisar el producto rápidamente. Hoy esa ventaja también la están aprovechando marcas sofisticadas y con técnicas artesanales. Otro punto que está interesando a los creadores más jóvenes es el bajo precio de los arriendos para los talleres y las tiendas, que muchas veces cuestan la mitad que en Nueva York.

La cercanía de las fábricas y los arriendos bajos no son la única razón del florecimiento de la nueva escena de moda en Los Angeles. El interés que las últimas temporadas han mostrado grandes marcas y diseñadores por la ciudad también ha ayudado. El primero que puso a Los Angeles en el radar de los seguidores de tendencias y de la moda más exclusiva y vanguardista, fue Hedi Slimane, quien en 2007 decidió radicarse allí. Entonces, el creador, que redefinió el código estético masculino de la primera década de 2000 con sus colecciones para Dior Homme, dejó Francia para ensayar su faceta de fotógrafo y satisfacer su obsesión por la escena rockera en Los Angeles. Cuando en 2012 regresó a la moda y asumió la dirección creativa de Saint Laurent, en lugar de volver a París tomó una decisión que entonces fue muy criticada: trasladó a parte del equipo creativo de la firma a California. El imaginario estético de Los Angeles inevitablemente definió las colecciones que firmó para la casa de modas francesas hasta su alejamiento de la firma a comienzos del año pasado. El propio Slimane era pródigo en los elogios a su ciudad de adopción. En una entrevista a The New York Times declaró: "Hay algo casi encantado sobre Los Angeles, una vibrante mitología que encuentro muy inspiradora".

Hedi Slimane abrió la puerta para que otros creadores miraran a Los Ángeles como escenario para lanzar sus creaciones. En enero de 2014, la neoyorquina Diane Von Furstenberg apostó por la Costa Oeste para celebrar el 40º aniversario de su emblemático wrap dress y montó una exhibición de su trayectoria en el Wilshire May Company Building de Los Angeles (sede de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas). En 2015 Nicolas Ghesquiere, director creativo de Louis Vuitton, presentó su colección Crucero en Palm Springs, específicamente en la casa de Bob y Dolores Hope, una del arquitecto John Lautner que enfrenta al desierto de California. Tom Ford, quien tiene su mansión en Los Angeles, durante 2015 presentó sus dos colecciones de temporada. Luego marcas como Burberry y Stella McCartney también programaron desfiles ahí. En febrero de 2017 Tommy Hilfiger presentó su colección en Venice Beach. Al parecer, siguió el consejo de su nueva musa, Gigi Hadid, quien se crió junto a esas playas. En mayo pasado la emblemática casa Dior cruzó el Atlántico, para mostrar la colección resort con las idílicas montañas de Santa Mónica como telón de fondo. En el backstage la diseñadora de la marca Maria Grazia Chiuri comentaba: "Cuando piensas en Los Angeles, piensas en Hollywood, en los Oscar, la alfombra roja... Pero, sinceramente, creo que la gente ama este lugar porque te sientes en contacto con la naturaleza".

En la primera fila de su desfile estaba la italiana Chiara Ferragni, quizá la influencer más importante del negocio de la moda, quien lleva dos años instalada en Silver Lake, el nuevo barrio de moda de la ciudad.

Los Angeles es el lugar donde está iniciando su carrera una nueva camada de creadores estadounidenses.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia