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Investigación de la U. de Chile y la U. de Concepción:

El canto de las ballenas podría salvarlas de una colisión mortal

miércoles, 04 de octubre de 2017

Alexis Ibarra O.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

A través de patrones sonoros es posible determinar por dónde circulan y su especie. A futuro esto serviría para advertir a los barcos de su presencia.



"Las ballenas tienen dialectos regionales. Una ballena azul del Pacífico sur oriental tiene un canto distintivo que escuchas desde Chile hasta las islas Galápagos. Y es diferente al que escuchas de una ballena azul antártica", dice la oceanógrafa inglesa Susannah Buchan, investigadora del Centro COPAS Sur-Austral de la U. de Concepción y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA).

Esta especialista en bioacústica lleva 10 años "escuchando" el mar en el marco de sus estudios de conservación y manejo de recursos naturales. Lo hace a través de hidrófonos, especie de micrófonos sumergibles que captan el sonido de las olas, el viento, explosiones, terremotos y la rica biodiversidad marina.

"Tenemos cientos de horas de grabaciones, pero procesar todo ese material es un trabajo muy, muy lento", advierte.

La Oficina Naval de Investigación de la Armada de EE.UU. (ONRG) la puso en contacto con el equipo de Néstor Becerra, académico del Depto. de Ingeniería Eléctrica de la U. de Chile. Es especialista en análisis de señales sonoras, ha trabajado en reconocimiento de voz y análisis acústico para la minería, y en la detección de actividad volcánica. Con esta unión de experiencias están generando un software que permita identificar rápidamente el canto de una ballena y determinar de qué tipo es.

"Usamos deep learning , aprendizaje de máquinas, y el análisis de las señales acústicas para encontrar patrones que determinen el canto de una ballena y de qué tipo es. En general, este se encuentra entre los 10 a los 20 Htz, es decir, una frecuencia más baja que el umbral de audición humana. Sin embargo, el canto de apareamiento sí es audible", aclara Becerra, quien está analizando con su equipo las cientos de horas de grabación de Buchan.

Luego, generarán un sistema que automáticamente identifique la presencia de los cetáceos en el océano. "La forma tradicional de saber si hay ballenas es mediante la observación con binoculares, pero es un método caro y que requiere tener a una persona o vigía dedicado a eso. Con este sistema instalas hidrófonos en lugares estratégicos y pueden captar datos por un año. Y si están conectados podrían generar alarmas en tiempo real", dice Buchan.

Según Becerra, también se pueden usar los hidrófonos ya instalados de la red internacional CTBTO, tres de ellos en Juan Fernández, y que tienen como finalidad detectar los ensayos nucleares ilegales. En el futuro, la idea es que se cree una red de hidrófonos ubicados en lugares estratégicos, como el golfo Corcovado, la costa del Biobío, frente a Valparaíso o en Iquique. "Si están en línea hasta podemos crear una aplicación, como la que existe en Boston, y que alerta a las embarcaciones sobre la presencia de ballenas en tiempo real para así evitar colisiones. La idea no es restringir y detener la actividad económica, sino que se tomen mayores precauciones, ya que este tipo de accidentes causan mortandad", dice el ingeniero.

También hay que destacar la importancia de la contaminación acústica de los mares, la que afecta los ecosistemas. "Las especies marinas han evolucionado en un medio en que el sonido se propaga mejor que la luz. Por lo que es más útil usar el oído que la vista. En los últimos doscientos años el nivel de ruido que hay en los mares se ha incrementado y esto impide, por ejemplo, que dos ballenas que están a decenas de kilómetros puedan 'hablar' y llegar a reproducirse", agrega Buchan.

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