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Pedro Alemparte, gimnasta de 12 años:

El niño prodigio que sigue a Tomás González

lunes, 25 de septiembre de 2017

Diego Aguirre Diez
Deportes
El Mercurio

Acaba de ganar cinco medallas -tres de oro- en un Sudamericano Infantil de la disciplina, y a su corta edad se alza como uno de los grandes proyectos de la gimnasia nacional.



Pedro Alemparte, gimnasta de apenas 12 años, acaba de llegar junto a sus padres del Sudamericano Infantil de Gimnasia, que se realizó en Mar del Plata, Argentina.

En la cita, el joven deportista estuvo intratable. Consiguió cinco medallas: tres de oro (anillas, barras paralelas y barra fija) y dos de plata ( all around y por equipos).

En su casa, Pedro se muestra tímido y reservado. El mayor proyecto de la gimnasia chilena no parece sorprendido por sus logros. "Es muy tranquilo", dice Maite Larrazábal, su madre. Eso sí, una teoría que explica su escasa demostración de emociones, luego del extraordinario triunfo en el país trasandino, se liga al hecho de que el niño prodigio de la gimnasia ya parece estar habituado al éxito: a su corta edad, ya suma un total de 14 medallas sudamericanas.

"Es un orgullo llevar la camiseta de Chile", dice Pedro, quien a pesar de sus años no siente nervios al momento de realizar sus temerosas rutinas. "Llevo tanto tiempo entrenando, que ya sé lo que tengo que hacer", cuenta sin titubear.

La vida como gimnasta de Alemparte partió cuando tenía seis años, pero no precisamente en un club. "Subía a todo lo que se le cruzaba: árboles, postes de luz y muros de escalada", afirma su madre.

Sin saber cómo continuar saciando su habilidad física, Pedro descubrió su camino al ver una rutina de Tomás González en una Copa del Mundo, en 2010, cuando el mejor gimnasta chileno de todos los tiempos se consolidaba mundialmente. Su mamá recuerda: "Después de ver ese video, Pedro me dijo 'eso es lo que quiero hacer', y de ahí que no paró más".

Luego, solo vinieron éxitos para el alumno del Verbo Divino, que comenzó a entrenar en el Club Manquehue a cargo del entrenador moldavo Ruslan Svitchi, quien sigue junto a su pupilo. "Es un chico muy talentoso, además de tener un biotipo perfecto para ser gimnasta. Desde que llegó sabíamos el potencial que tenía, y su evolución ha sido tremenda", afirma el adiestrador europeo.

En el Manquehue también entrenaba el gran motivador de Pedro, Tomás González. "Me daba consejos", dice el joven, quien no se achica consultado por los desafíos que tiene a futuro: "Me gustaría ser mejor que él".

Disciplina y sacrificio

Pedro entrena seis días a la semana. Tres horas y media después de clases, aunque los martes y jueves también lo hace en las mañanas. "Tiene horarios especiales en el colegio esos días", dice su padre, Miguel Alemparte.

Su agenda de entrenamiento parece agotadora, sobre todo para un niño. "Desde los siete que prioriza sus entrenamientos, en vez de ir a cumpleaños de amigos, por ejemplo. Sentimos que tiene grandes ambiciones: más que mirar solo a Tomás González, él está mirando al mundo. Es muy autoexigente", reflexiona su madre.

Su progenitor advierte los sacrificios que ha hecho su hijo. "Una o dos veces al año va a entrenar a Estados Unidos. Este verano fue por tres semanas y lo hizo solo. A esa edad no es fácil. Pero él quiere ir siempre. Nunca lo presionamos en ese sentido", explica Miguel.

Proyectar al precoz deportista es inevitable para su técnico. "Llevamos cinco años con él, y se necesitan ocho mínimo solo para formar. Él ya debería empezar a entrenar dos horas más, pero sabemos que con el sistema educativo chileno es complicado", aclara Svitchi.

El moldavo concluye: "Hay que ir paso a paso, pero ya sueño con verlo en los Juegos Olímpicos de París 2024".

'' Tomás González me daba consejos cuando lo veía en el club Manquehue. Mi meta es llegar a ser mejor que él". PEDRO ALEMPARTE, gimnasta nacional.

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