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Contra virus e infecciones:

Los adultos mayores deberían aplicarse al menos dos vacunas todos los años

lunes, 25 de septiembre de 2017

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Además, hay otro par de inmunizaciones que cualquier persona sobre los 65 años puede recibir para proteger su salud.



P ara Antonio Soto ya es una especie de tradición: cada mes de abril acude al consultorio cercano a su casa a vacunarse contra la influenza. A sus 89 años se mantiene sano y, salvo una hipertensión que está bajo control, no tiene grandes problemas de salud. "Con ese pinchazo me siento más seguro", reconoce.

Aunque ha habido inviernos en los que no ha escapado de un resfrío, ahora sabe que aquella vacuna no evita una gripe, sino que hace que en caso de contagiarse de influenza, esta sea menos agresiva.

"En algunos casos se produce una reacción posvacuna, que asemeja una gripe que puede ser manejada con buena hidratación y paracetamol", explica el doctor Gerardo Fasce, geriatra de la Clínica Universidad de los Andes y miembro de la Sociedad Chilena de Geriatría y Gerontología.

Anualmente, la vacuna contra la influenza se administra de manera rutinaria y gratuita a todos los adultos mayores de 65 años.

"En esta población, la influenza puede tener mayor riesgo de complicaciones e incluso de muerte", agrega el doctor Carlos Pérez, infectólogo de la Facultad de Medicina de la U. Católica y de la Red de Salud UC Christus.

"La más frecuente es la trivalente, pero este año se incorporó una vacuna tetravalente (combate cuatro cepas de la enfermedad). Son vacunas seguras que no implican mayor riesgo y no tienen efectos colaterales, salvo que la persona sea alérgica al huevo".

Junto a esta vacuna, existen otras que son menos conocidas, pero que los especialistas recomiendan recibir cuando ya se pasaron las seis décadas de vida y que no siempre están presentes en la memoria colectiva, pese a los beneficios que proporcionan. De hecho, el tema formó parte del último congreso de la Sociedad Chilena de Geriatría.

Una de ellas es la antineumocócica, que combate una bacteria que es la causa más frecuente de neumonía y otras infecciones respiratorias en adultos mayores, como la sinusitis y la otitis.

Existen dos tipos de vacunas: la tradicional es la polisacárida, que actúa sobre 23 serotipos que causan cerca del 85% de las infecciones. Esta forma parte del Programa Nacional de inmunizaciones, por lo que es gratuita. "Se puede colocar en cualquier momento del año y la indicación es repetir la dosis cada cinco años", explica Fasce.

La otra opción es más reciente y se trata de una vacuna conjugada, que incluye 13 de los serotipos más frecuentes y que actúa como coadyuvante a la anterior, generando una mejor respuesta inmune.

"Esta basta colocarla solo una vez. Está disponible de manera particular (cuesta alrededor de $60.000), pero este año se entregaron algunas gratis a nivel público y esperamos que se incorpore pronto al programa para que su acceso sea universal", dice Pérez.

Otra vacuna que también se espera sea incorporada al programa de inmunizaciones es aquella que combate el herpes zóster: se trata del mismo virus que causa la varicela o peste cristal; causa una infección que afecta al 5% de la población.

"No tiene alta mortalidad pero sí afecta la calidad de vida, en especial si se produce una neuralgia posherpética, que genera un dolor crónico", explica el doctor Fasce.

Su valor también es cercano a los $60 mil. "Su protección no es muy alta pero de todas maneras ayuda. Eso sí, no debe usarse en personas inmunodeprimidas", advierte el doctor Pérez.

Y así como en la infancia todos los niños reciben la vacuna tresvírica, contra el tétanos, la difteria y el coqueluche (o tos convulsiva), los adultos debieran revacunarse cada diez años, ya que su protección se va perdiendo con el tiempo.

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