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Dr. Carlos Stott, presidente de la Sociedad Chilena de Otorrinolaringología:

"El ideal sería que todos los pacientes puedan costearse un tratamiento adecuado"

lunes, 25 de septiembre de 2017


Ediciones Especiales
El Mercurio





El especialista analiza la actual situación en materia de audición, en cuanto a pacientes, prevención e infraestructura.

La audición es uno de los sentidos más importantes en la vida de un ser humano. De ahí que conocer las maneras de prevenir eventuales enfermedades o males que la puedan afectar o saber el tratamiento adecuado luego de visitar a un otorrinolaringólogo resulta fundamental. Según el Dr. Carlos Stott Caro, presidente de la Sociedad Chilena de Otorrinolaringología, en Chile se ha avanzado bastante en estas materias en los últimos años, aunque todavía queda mucho por mejorar.

-En términos generales, ¿cómo podría catalogar los tratamientos que existen en Chile para los males auditivos?

"Estamos bien en muchas cosas, pero al debe en otras. En el país existen todos los instrumentos para manejar adecuadamente problemas auditivos con herramientas de alto contenido tecnológico. El problema es el acceso que tienen los usuarios a dichos instrumentos.

En materia de audífonos diría que estamos bien, pues existe una política de Estado que establece que todos aquellos mayores de 65 años pueden tener acceso a estas herramientas. Asimismo, todos aquellos recién nacidos con problemas auditivos el Estado también les garantiza que puedan tener acceso a implantes. El problema se produce porque en el medio queda toda una gama de pacientes que no tienen la posibilidad de tener acceso a estos beneficios y, por ende, están desprotegidos.

Toda la llamada clase media que funciona con Fonasa y que tienen un acceso de entre 800 mil y un millón de pesos, tiene dificultades para, por ejemplo, poder costear un implante que tiene en promedio un valor total de entre 20 y 30 millones de pesos entre operación, hospitalización y rehabilitación. Las propias Isapres están reticentes a pagar estas prestaciones por los altos costos que involucran. El ideal sería que todos los pacientes con problemas auditivos tengan acceso o puedan costearse un tratamiento adecuado para un órgano sensorial que es vital, ya que el oído nos permite relacionarnos, comunicarnos y ser socialmente y laboralmente útiles.

En materia de equipamiento de clínicas y hospitales creo que hemos avanzado muchísimo en la especialidad de otorrinolaringología. En los últimos años han habido esfuerzos importantes y nosotros como sociedad los valoramos. De parte de todos los gobiernos se ha ido mejorando la cobertura, se han construido hospitales, se han aumentado las dotaciones de especialistas, pero en ocasiones las necesidades avanzan más rápido que las capacidades para resolverlas, lo que no quiere decir que en líneas generales sí se haya avanzado mucho".

PRINCIPALES PROBLEMAS

-¿Cuáles son las principales enfermedades que afectan a los chilenos en materia de audición?

"En orden de magnitud en cuanto a número, a medida que ha mejorado nuestra salud la población ha ido envejeciendo. Por ello nuestra población mayor o la tercera edad es la que sufre en mayor medida la pérdida de algún grado de audición en lo que se conoce como presbiacusia. Le siguen en número todas aquellas personas que pierden su audición en el transcurso de su vida adulta ya sea por una infección, traumatismos o algún otro tipo de enfermedades. También está aquella pérdida de audición que se da por nuestro sistema de vida y que tiene que ver con los traumas acústicos a los que está expuesta toda la población sin importar la edad ni la condición social. Se trata de un trauma que es silencioso y que no duele pero que genera que de manera paulatina, gente joven, por ejemplo, vaya perdiendo la capacidad de oír.

Estos traumas auditivos tienen buena parte de su origen en el uso de audífonos dentro de la oreja que son usados a altos volúmenes y por períodos prolongados de tiempo.

También suma a este tipo de traumas la contaminación acústica a la que se ve afectada parte de la población de las grandes ciudades. Siempre en esta materia nuestra legislación es bastante estricta en materia de protección para los trabajadores que laboran en industrias que generan ruido, pero creo que es tarea de las familias y de la sociedad el hecho de prevenir que nuestros adolescentes escuchen música a niveles tan elevados.

Por último, están todos aquellos niños que nacen con problemas auditivos. En esta materia se han hecho grandes esfuerzos públicos y privados para que cada niño que nazca tenga una detección inmediata de si tiene algún problema auditivo o no. Es importante que esto se haga al nacer porque si no se toman medidas como un implante o un audífono antes de dos años, las posibilidades de que estas personas desarrollen una vida normal se reducen drásticamente".
 
-¿Qué recomendaciones podría dar para prevenir enfermedades o afecciones que con el tiempo puedan repercutir en una mala audición?

"A lo que ya mencioné de que los jóvenes o cualquier persona no escuche música con audífonos muy fuerte y evitar los lugares de la ciudad con gran contenido de contaminación acústica, agregaría la consulta inmediata al médico ante alguna infección o una otitis, ya que cualquiera de estas afecciones mal cuidada puede desembocar en una potencial pérdida auditiva. Además, todo niño debe tener algún control anual con su pediatra y si este sospecha de alguna duda con respecto a algún problema al oído lo derive a un especialista. Ahora que viene el verano el ingreso de agua de mar o de agua con cloro de una piscina no afecta la salud auditiva, lo que no pasa, por ejemplo, con el uso de los famosos cotonitos de algodón. Estos fueron hechos para limpiar los repliegues del pabellón auricular, pero no para ingresar por el conducto hacia adentro, lo que hace que la cera se vaya introduciendo más en el oído generando tapones de cerumen".



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