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El mercado de los bots :

Caer en la tentación de comprar "me gusta" y seguidores en redes sociales produce frutos momentáneos

martes, 19 de septiembre de 2017

Andrea Manuschevich
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Pagar por popularidad en las redes sociales se traduce en un autoengaño que aumenta la desconfianza entre las personas.



A través de su cuenta @realDonaldTrump, el Presidente de Estados Unidos ha hecho de Twitter la plataforma principal para comunicarse con los internautas. Si bien por ahora Donald Trump está lejos de alcanzar los 89 millones de usuarios que siguen a Barack Obama, sus seguidores han crecido enormemente en el último tiempo y ya van en 38 millones. Sin embargo, según la herramienta Twitter Audit (que verifica la autenticidad de las cuentas) solo el 45% de ellos serían verdaderos. Es decir, el otro 55% sería un ejército de bots , programas informáticos que imitan el comportamiento humano y se hacen pasar por usuarios reales.

Existe un mercado donde, con una tarjeta de crédito, es posible comprar "me gusta" y seguidores en las redes sociales, y así aumentar su popularidad sin esfuerzo. Por ejemplo, www.socialshop.co es uno de los tantos sitios que ofrece el servicio para distintas plataformas, donde incluso se pueden comprar comentarios con frases armadas para Instagram, retuits en Twitter y suscriptores a YouTube. En Rusia, incluso existen máquinas expendedoras en los centros comerciales que venden "me gusta".

Granjas de clics

Donald Trump no sería el único que habría caído en la tentación de comprar adeptos virtuales. "Es bastante común. Tanto así que se ha vuelto una preocupación para las redes sociales. En Facebook, el 11% de las cuentas son falsas, lo que no es menor", advierte Sebastián Goldsack, profesor de Publicidad en la Universidad Católica, quien cree que esta es una práctica frecuente entre algunos políticos, personajes públicos y marcas.

"Lo que pasa en las redes sociales es similar a lo que ocurre cuando vas a una fiesta y no hay nadie. Probablemente no vas a querer entrar. Uno piensa, si la cuenta tiene tan pocos seguidores no vale la pena ser uno de ellos", dice Miguel Huerta, docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.

Aunque parezca atractivo, los expertos no recomiendan invertir en las "granjas de clics", donde miles de celulares de manera automática se dedican a marcar la opción con el pulgar hacia arriba en posteos de distintas plataformas. Aunque a veces también son personas reales a las que se les paga por crear y administrar cuentas.

"Pero pagar por esto no garantiza atraer a más usuarios reales. Hay que producir contenido, comentar y tratar de gustar al resto. El que no tiene actividad, pasa inadvertido", agrega Huerta.

Goldsack no le ve ninguna consecuencia positiva a esta práctica. "Aunque te puedas ver beneficiado de manera inmediata con más seguidores, es un engaño tanto para ti como para el resto y estás tratando de influir en la opinión de los demás de esta manera. La idea es que tú o tu marca valgan por lo que realmente son", dice el experto. "Ya vivimos una crisis de desconfianza. No demos más razones para desconfiar".

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