"Hay que ser flexibles y tener un plan b"
martes, 19 de septiembre de 2017
Por sofía beuchat
Oficina con vista
El Mercurio
Vive hace 40 años en Nueva York, pero trabaja con Chile. ¿Ha notado diferencias en el estilo de negociar entre Estados Unidos y nuestro país? Sí y no. Tenemos mucho en común, pero a la vez somos culturas muy distintas. En Chile se hacen más reuniones; acá el proceso de toma de decisiones es más rápido. El business es más formal, no te topas tanto en lo personal con la gente con la que haces negocios. Pero esto cambia incluso dentro de Estados Unidos, dependiendo de la industria con la que te vincules y la zona del país. Y, al mismo tiempo, la globalización hace que cada vez todos nos parezcamos más. El colegio Gabriela Mistral Campus en Queens, que cumple un año, es uno de los logros más significativos de la fundación que usted dirige. ¿Qué fue lo más difícil al sacar adelante este proyecto? Al comienzo nos topamos con gente que no sabía bien quién era Gabriela Mistral ni la importancia que tuvo en las Américas, en la diplomacia, en la educación. Lograrlo tomó tiempo. Pero lo más importante, al pensar un proyecto, no es solo idearlo o implementarlo, sino tener claro cómo hacerlo sostenible en el tiempo. El proyecto debe ser realista en cuanto a cómo se hace y también en qué es lo que puede entregar. Conseguir fondos es un desafío para toda fundación. ¿Cuál ha sido su estrategia? Eventos, campañas, recibimos donaciones. En 2015 publicamos una edición bilingüe del libro "Desde Chile al mundo: 70 años del Premio Nobel de Gabriela Mistral", en el que trabajamos ad honorem, cuyas ventas apoyan la fundación. Pero lo más importante es un trabajo bien hecho. Cuando tienes eso, la gente se entusiasma y decide apoyarte. ¿Qué desafíos ha enfrentado como directora de entidades culturales y de acción social? En cualquier cargo hay desafíos. En mi caso, uno de los más grandes es querer hacer más: ves que hay mucha necesidad. Para enfrentar estos dilemas, soy partidaria del trabajo en equipo: los logros son de todos los que trabajamos juntos en un proyecto. Con esta visión, los desafíos se vuelven más manejables y se hace más fácil llegar a una solución para los problemas, porque generas más colaboración y más compromiso. ¿Qué consejo le daría a quienes quieran iniciar una fundación? Que hagan trabajo voluntario por un tiempo, para entender bien cómo funciona una fundación, además de ver si uno realmente se puede comprometer con un proyecto de este tipo. Hacer una fundación es un trabajo a largo plazo y, para muchas personas, es un desafío lograr ser constante. ¿Cómo ha aprendido a delegar y cómo busca gente que le de la confianza para ello? Hay que hacer la tarea de buscar a la persona adecuada y tomarse el tiempo que eso requiere. Si bien no hay una receta, me parece importante tener fe en que las elecciones que se toman son correctas. En esto los algoritmos y cálculos matemáticos funcionan solo hasta cierto punto; hay que seguir la intuición. Y también ser flexible, tener un plan B, porque en la vida todo se va permanentemente ajustando. ¿Qué frase, acción o texto de Gabriela Mistral ha inspirado su trabajo? Toda su obra inspira. Pero rescato especialmente una carta que escribió en 1948. Con base en esa carta nació la Unicef. En un párrafo dice: "Muchas de las cosas que hemos menester tienen espera. El niño no. Él está haciendo ahora mismo sus huesos, criando su sangre y ensayando sus sentidos. A él no se le puede responder mañana. Él se llama ahora". *
