Es uno de los últimos creadores de la antigua alta costura. Discreto y modesto, Azzedine Alaïa (1940) ganó fama por sus creaciones que se amoldaban al cuerpo femenino y por manejar la aguja con la precisión de cirujano. Y también por moverse siempre a su ritmo: nunca presentó colecciones siguiendo el calendario oficial, sino cuando las consideraba listas. Ahora, tras seis años de ausencia, la semana de la alta costura parisina volvió a disfrutar de su talento; además, se estrenó un documental que repasa su carrera y en Londres el fotógrafo Richard Wentworth realiza una muestra con imágenes de su taller de costura.