La educación debe reinventarse para sacar mayor provecho de la tecnología
domingo, 10 de septiembre de 2017
M. Cordano
Educación
El Mercurio
Los avances informáticos no van a significar una pérdida de trabajo, sino una oportunidad que, si es bien aprovechada, ayudará a introducir habilidades cada vez más requeridas por el mercado laboral.
Cuando por primera vez aparecieron los cajeros automáticos, muchos pensaron que su masificación significaría el fin de quienes trabajaban en un banco. Aunque esto no ocurrió, en la práctica, las máquinas dispensadoras sí trajeron cambios: quienes antes trabajaban entregando dinero tuvieron que reinventarse y asumir nuevas tareas, como hacerse cargo de la introducción de las nuevas tarjetas de banda magnética. Con este ejemplo abrió su charla sobre tecnología y productividad el economista y profesor asociado de la Universidad de Maryland, Sergio Urzúa. Esto en el marco del Summit País Digital, encuentro que esta semana abordó los cambios asociados a la aplicación de tecnología en distintas áreas de la sociedad. "¿Somos los humanos reemplazables? La respuesta es no. Cuando uno mira la historia económica respecto de cambios tecnológicos de esta magnitud, al final del día se crean más empleos de los que se pierden", indicó tras hacer referencias a la Revolución Industrial. Algo similar sucede con la educación, continuó Urzúa. Esta no dejará de existir, pero la sociedad sí va a empezar a exigir que apunte a tareas más complejas y no solo a labores rutinarias. "Cuando se les pregunta a los empleadores qué tipo de habilidades requieren hoy de los jóvenes, los encuestados dicen que no les interesan las habilidades específicas porque se pueden entrenar. El conocimiento es importante, pero no fundamental. Lo que sí andan buscando son estas habilidades blandas, socioemocionales. Los empleadores no están en busca de robots, andan buscando seres humanos que puedan interactuar con la tecnología. Y lo que es interesante de este proceso, es que eso va a requerir que algunas de las habilidades que tenemos un poco escondidas o relegadas desde el punto de vista del sistema educacional, cobren mayor importancia". Para ello, más que dar acceso a la educación por el simple hecho de darlo, es necesario asegurar su calidad, planteó Urzúa. En vez de solo capacitar porque sí, la propuesta del economista es generar alianzas público-privadas que permitan fomentar de manera directa el trabajo en equipo y la comunicación. Aliados Un ejemplo dado a conocer en el encuentro fue la alianza entre IBM Chile y la red educacional Crecemos. "La educación actual es una basada en la era industrial: todos tenemos que aprender lo mismo, a la misma velocidad y al mismo momento, sabiendo que todos somos distintos y que tenemos distintas capacidades en distintas áreas", planteó Francisco Thiermann, gerente de IBM en Chile, antes de explicar cómo funciona el sistema educacional personalizado que están probando con esta red. Gracias a la inteligencia artificial, el sistema reconoce los conocimientos y la materia que todavía está pendiente según cada alumno. En función de eso, les va creando lecciones personalizadas. "Los niños interactúan directamente con este agente. Le hacen preguntas y reciben respuestas; van interactuando con el contenido y dependiendo de las habilidades de cada uno, en algunos casos se les muestra material de forma escrita y en otros en forma de conversación". Esta manera de abordar la tecnología no como un enemigo, sino como un aliado, es la misma que propuso la socióloga Catalina Araya, directora de Educación de la Fundación País Digital. Su propuesta es que desde pequeños se acerque a los niños al mundo de la programación, para que así estos dejen de ser solo usuarios y comiencen a ser creadores, volviendo a la tecnología una herramienta para potenciar esas habilidades a las que también aludió Sergio Urzúa. "La programación es creatividad, trabajo en equipo, resolución de problemas, aprendizaje a través del ensayo y error. Es aprender a segmentar los problemas en distintas soluciones", indicó Araya.
