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Presiones políticas y falta de apoyo desde La Moneda, la trama tras la salida del equipo económico del Gobierno

domingo, 03 de septiembre de 2017

Equipo EyN Domingo
El Mercurio

Durante una semana, el equipo económico y el segundo piso de La Moneda se enfrentaron por el sello que marcaría los últimos seis meses de gobierno.

l lunes 27 de agosto, minutos antes de cruzar a La Moneda para participar en la ceremonia de firma del proyecto de ley de matrimonio igualitario, encabezada por la Presidenta Michelle Bachelet, el hasta ese momento titular de Hacienda, Rodrigo Valdés, se refirió por primera vez al rechazo del proyecto minero Dominga. Concretamente, respaldó las críticas realizadas días antes por el subsecretario de la cartera, Alejandro Micco, y el entonces ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, a la decisión adoptada por el Comité de Ministros, presidido por el titular del Medio Ambiente, Marcelo Mena. "Constato que algunos no tienen el crecimiento dentro de las prioridades más altas", acusó.

La guerra entre el equipo económico y La Moneda estaba desatada.

A comienzos de año, Valdés recibe información que Interior estaba operando contra Dominga

Pero la historia que terminó con la renuncia de Valdés, Micco y Céspedes no comenzó el lunes 21 de agosto con el rechazo del recurso de reclamación presentado por la empresa Andes Iron -sociedad matriz de minera Dominga, ligada a las familias Délano y Garcés-, sino que en marzo de este año, cuando la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Coquimbo desaprobara el estudio de impacto ambiental del proyecto minero que implicaría una inversión de US$ 2.500 millones.

A principios de año, en una reunión del comité económico, Valdés recibe la información de que La Moneda, y concretamente el Ministerio del Interior, estaba operando contra Dominga. Entonces, el economista llama al ministro Mario Fernández y le pregunta por la situación; pero este lo niega. Sin embargo, el 7 de marzo se concreta el rechazo.

Dos semanas después, el 20 de marzo, uno de los miembros del comité de ministros económicos, el ex ministro del Medio Ambiente Pablo Badenier, presentó su renuncia a Bachelet, molesto por el revés sufrido, en circunstancias de que las señales previas habían sido otras y su instrucción era la de trabajar por viabilizar el proyecto. En su reemplazo asumió el entonces subsecretario, Marcelo Mena. En el primer gobierno de Bachelet, la entonces ministra del Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, lo nombró como "gerente del aire", cargo en el cual permaneció solo 60 días, para luego volver a la vida académica, llegando a transformarse en el director del Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello. Por su anterior paso por el gobierno se explica la cercanía con la actual jefa de gabinete de la Presidenta.

En paralelo, se reflotaba en la prensa la información publicada en 2015 por La Segunda y el portal Ciper, respecto de la compra de un terreno de media hectárea, en la comuna de La Higuera -a doce kilómetros de donde se emplazaría Dominga- por parte de la hija de la Presidenta Bachelet, Sofía Henríquez, por un monto de $6,5 millones. Fue la propia Mandataria quien reconoció que el bien raíz había sido adquirido por ella, "con fines recreativos", todo gestionado por su nuera Natalia Compagnon.

El silencio administrativo que apuró la votación

La decisión de la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo fue apelada por Andes Iron, buscando que fuera el Comité de Ministros el que le diera luz verde al proyecto. De hecho, las señales entregadas a los ejecutivos de la firma desde el Gobierno apuntaban a eso. Por esta razón, el titular del proyecto evitó interponer la acción de silencio administrativo que la ley le otorgaba y cuyo plazo se había cumplido el miércoles 9 de agosto, lo que llevaría la disputa al Tribunal Ambiental.

Desde que existe la evaluación ambiental de proyectos en Chile, nunca un titular de proyecto ha solicitado el silencio administrativo. "Para Mena, esta situación habría sido una derrota de proporciones, por cuanto habría sido acusado de inoperancia, arrastrando políticamente al Gobierno y a la Presidenta Bachelet, por no haber tenido la capacidad de resolver un tema de la magnitud de Dominga", asegura una fuente desde el segundo piso de La Moneda.

Ante el riesgo inminente de que la empresa solicitara el silencio administrativo, porque el plazo ya se había cumplido, Mena convocó el viernes 18 de agosto al Comité de Ministros para el lunes siguiente a primera hora. Ese lunes, el ministro Céspedes solicitó prorrogar la decisión por 48 horas, lo que fue rechazado por Mena. Tras esto, el titular de Economía se abstuvo de votar, acusando que no hubo tiempo de revisar todos los antecedentes.

El segundo piso de La Moneda desestima esa versión y señala que Céspedes conoció el detalle de los informes que se iban a votar el lunes 21 de agosto. De hecho, aseguran que asesores de todos los ministros convocados a la reunión -Economía, Agricultura, Salud, Medio Ambiente, Minería y Energía- estuvieron reunidos el viernes anterior por más de cuatro horas en dependencias del Ministerio del Medio Ambiente. De acuerdo a esta fuente, Céspedes estaba tratando de ganar tiempo para lograr convencer al ministro de Agricultura, Carlos Furche, con quien ya había conversado ese fin de semana. Con ese voto era viable aprobar el proyecto, pero su intento fue infructuoso.

La jugada del titular de Economía ese lunes 21 de agosto fue la chispa que encendió el polvorín. Céspedes desató la crisis y arrastró a Valdés y a Micco.

Intervención para evitar un nuevo caso Caval

Desde el entorno del renunciado equipo económico aseveran que la decisión de acelerar la definición y el rechazo al proyecto Dominga recae en Ana Lya Uriarte. Las fuentes consultadas resaltaron como factor determinante la cercanía de la jefa de gabinete de la Mandataria con el ministro Mena. Dicho vínculo habría sido aprovechado por la abogada para presionar por el rechazo del proyecto con un único objetivo: esquivar la posibilidad de que Bachelet se viera afectada por un caso Caval 2.0. La compra de la Mandataria de un terreno a su nuera Natalia Compagnon en la zona cercana al proyecto levantaría un manto de dudas respecto del eventual enriquecimiento del que se podría beneficiar tras la aprobación del proyecto minero.

Sin embargo, desde su círculo descartan esta versión. "No tuvo participación en la convocatoria, ni en la evaluación de Dominga", aseguran.

Pese a que la decisión de Céspedes de abstenerse de votar no fue consensuada con Hacienda, su jugada fue calificada como "valiente". De hecho, Micco aprovechó una actividad pública el miércoles 23 de agosto en Concepción para dar cuenta que respaldaban su actuar.

Las declaraciones del subsecretario tuvieron el visto bueno de Valdés. Sin embargo, el propio jefe de la billetera optó por no pronunciarse personalmente sobre el tema hasta conversar con la Presidenta Bachelet.

Aleuy rompió acuerdo de no seguir escalando el conflicto

Luego de la intervención de Micco hubo un acuerdo interno en el Gobierno para no seguir escalando el conflicto. En el equipo económico sostienen que ello fue roto por el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, en una entrevista concedida a T13 Radio, lo que fue agudizado por otras dos intervenciones: una columna de Furche en La Tercera defendiendo su votación contra Dominga y los tuiteos de Mena ese fin de semana.

Es entonces cuando Valdés decide enfrentar a la prensa ese lunes a primera hora y plantear abiertamente su malestar con el rechazo al proyecto.

La jugada de Valdés fue mal vista por la Mandataria y su respuesta fue demoledora. Al día siguiente, en una actividad programada desde principios de agosto en Curicó, le entregó su apoyo irrestricto a Mena. "Necesitamos que el crecimiento vaya de la mano con el cuidado del medio ambiente. Esto no es un asunto de gustos personales, sino que una necesidad objetiva del país", dijo Bachelet.

A esa altura, el manejo de la crisis estaba a cargo del segundo piso de La Moneda, que asesora a la Mandataria, lo que explicaría el silencio de la vocera Paula Narváez y la nula intervención del ministro del Interior, Mario Fernández, autoridad encargada de controlar la crisis en su rol de jefe del gabinete ministerial.

La señal entregada por Bachelet fue vista por Valdés como la gota que rebasó el vaso. Ese martes, reunidos en La Moneda, Valdés le habría pedido a la Mandataria que lo empodere o presentaría su renuncia.

En dicha reunión, Valdés habría solicitado la salida de Mena, como una forma de compensar lo que calificaba como una quitada de piso de la Presidenta. Bachelet se negó a esa posibilidad y le pidió 24 horas para analizar la decisión.

El miércoles a primera hora, Valdés visita nuevamente a Bachelet y se confirma su salida. La jugada de la Presidenta fue vista como una forma de ganar tiempo para buscar a sus reemplazantes.

Fuentes al interior de Hacienda reconocen que el caso Dominga fue el corolario de una serie de episodios en que Valdés no fue apoyado por el segundo piso de La Moneda. Esto se evidenció en la respuesta de palacio en algunas de las polémicas en que se vio envuelto con la ex ministra del Trabajo Ximena Rincón, por el proyecto de reforma laboral, o con la actual titular, Alejandra Krauss, por pensiones.

Este jueves, de forma inédita, Valdés llamó a un punto de prensa para anunciar su renuncia al cargo, antes de que lo hiciera oficial Bachelet. "Una serie de consideraciones impiden que pueda continuar cumpliendo mi rol como ministro de Hacienda, las razones específicas quedan en el seno de las conversaciones que he tenido con la Presidenta", declaró antes de cruzar por última vez desde Teatinos 120 a La Moneda.

El 21 de agosto, el entonces ministro Luis Felipe Céspedes desató una reacción en cadena, que terminó con la renuncia del equipo económico.

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