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Eyzaguirre: "Esperemos que nuevamente el sentido común y la voluntad de colaboración público-privada vuelvan a prevalecer"

domingo, 03 de septiembre de 2017

María Soledad Vial y Mariana Penaforte
El Mercurio

Una readecuación en materia fiscal, austeridad en el gasto y una reingeniería para aprovechar el cambio del ciclo económico son parte de sus objetivos al volver a Teatinos 120. Metas que no serán fáciles, reconoce, en medio de elecciones.

areciera que el tiempo no hubiera pasado. Solo una informal foto suya junto a Michelle Bachelet destaca en el tradicional enchape de madera y da cuenta del cambio. Lo demás está casi igual que cuando dejó este despacho hace 11 años; hasta el escritorio mira de frente a la puerta, como él lo puso durante el gobierno de Ricardo Lagos. Así también lo dejó Rodrigo Valdés, su amigo y ex colega que abandonó a fines de esta semana el gabinete en medio de la tensión que impuso el rechazo al proyecto minero Dominga, decisión que compartieron la Presidenta y su círculo más cercano. Fue la gota que colmó los continuos forcejeos que el ministro vivió puertas adentro y afuera de la coalición oficialista, y del propio Gobierno.

Los detalles, Nicolás Eyzaguirre los deja en reserva y no cede en eso. Se mide en esta coyuntura que sabe delicada, de las más delicadas que haya vivido este gobierno, al que llegó como ministro de Educación, en una gestión criticada por el mundo privado, el mismo que lo había celebrado en este ministerio al que ahora vuelve. No se les olvidará su frase "de los patines".

-Hace tres años, usted llegó casi investido de precandidato presidencial...

"Nadie en su sano juicio que acepta el Ministerio de Educación puede pensar que le va a ir bien. Fue por sentido del deber, no porque pensara que era una plataforma, un trampolín, como han dicho algunos. Los que son muy ambiciosos creen que tú te comportas como ellos".

-Con apuestas altas se puede aspirar al premio mayor...

"No soy apostador".

Eyzaguirre asegura que no tiene ambiciones personales, sino sentido del deber, principios. "Si las cuestiones que he tenido que hacer me han desfavorecido o favorecido, no forma parte de mi mundo circundante, como me enseñó el profesor Jesús González en el Verbo Divino", dice más reflexivo. "Mi única conversación conmigo mismo es: "¿has sido fiel a tus principios?". La lealtad es uno de esos principios, y en el mundo de la política no es la más fácil. Así que a veces siento que soy fácil presa de los cocodrilos", agrega, y se ríe.

No sabemos a quiénes se refiere con cocodrilos, pero seguramente aparecerán pronto al olor de la discusión presupuestaria o del reajuste a los empleados públicos. Son sus pruebas de fuego en esta nueva fase que quiere abrir, la de la "readecuación".

-¿Qué tan distinto es Nicolás Eyzaguirre hoy respecto del que se fue de Hacienda en 2005?, ¿está consciente de que muchos empresarios piensan que usted ha cambiado mucho, pero para peor?

"Lo que otros consideren es un problema de los otros".

-Según su experiencia, ¿qué tanto influye el jefe en la gestión de un equipo?, ¿podemos esperar lo mismo de la dupla Eyzaguirre-Rodríguez en el gobierno de Bachelet, que lo que produjo en el gobierno de Lagos?

"Las circunstancias son completamente distintas, las personas nos vamos oxidando, y aunque quedan solo seis meses, tienen estas características coyunturales similares a las que ya vivimos. En ese sentido, tenemos algún camino recorrido para hacer la reingeniería de una retoma de la cancha por parte del sector privado en el esfuerzo del crecimiento".

-Asumió diciendo "crecimiento, crecimiento, crecimiento": ¿puede cumplir esa meta un ministro que señaló que las bajas cifras de este gobierno son producto de la "mala pata"? ¿O su pronóstico es que ahora se viene un período de "buena pata"?

"Yo no dije que las cifras bajas de este gobierno sean "mala pata", dije que se está revirtiendo el mal ciclo, y eso traerá mejores cifras. La "mala pata" es que no las vamos a disfrutar en plenitud. Son dos cosas muy distintas".

"Esto no es un tema de "patas", no lo creo yo, lo creen los mercados internacionales, los mineros con quienes estuve en la cena de la minería, las bolsas no solo de Chile...".

-Los expertos dicen que la chilena está anticipando el cambio de gobierno, ¿cómo se toma eso?

"Cuando observamos que las bolsas de Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Chile han subido en magnitudes equivalentes, ¿se le puede atribuir al cambio de gobierno de Chile o es evidente que es un factor distinto?".

-¿Qué dice usted? El precio del cobre ha repuntado y es muy importante para Chile, pero no cambiará la marcha de la economía por sí solo.

"El ciclo de las materias primas y del comercio mundial se está recuperando. Frente a estas nuevas circunstancias hay que adaptar las políticas, se requiere una readecuación que es políticamente muy difícil, porque tus partidarios quedan un poquito acostumbrados a expandir el gasto fiscal, los beneficios sociales, las obras públicas. La ingeniería política ahora es mayúscula, porque lo que corresponde es comenzar la consolidación fiscal en un año de elecciones".

-¿Entonces, el mensaje del "crecimiento" se los mandó a los partidarios del gobierno, a la Nueva Mayoría?

"Digo lo que creo, no le estoy mandando un mensaje a nadie en particular. No soy un recién llegado, fui ministro de Hacienda seis años, una de las cosas más importante es saber leer bien los ciclos y no confundirlos con cuestiones permanentes. Chile respondió a la crisis del "29 cerrando sus fronteras, pero el proteccionismo se instaló por décadas".

"Es extremadamente difícil convencer a tu coalición de que esto no es contra sino con el sector privado"

-¿No se confunden sus partidarios? Se acaba de ir todo un equipo económico y su titular, el ex ministro Valdés, se despidió lamentando no haber podido convencerlos de la importancia de crecer".

"La política económica tiene que ser responsable, acomodarse a los distintos ciclos. Si vas subiendo una cuesta y pisando el acelerador, pero comienza la bajada y sigues acelerando, te estrellas. Hay que sacar el pie del acelerador".

"Voy a ser un continuador de las políticas del ministro Valdés, que dijo claramente que tocan un presupuesto y un reajuste más austeros, sacar un poco el pie del acelerador y no continuar un conjunto de regulaciones que prosperaban en un ambiente de desconfianza hacia el sector privado, que sube cuando la inversión está baja".

-Si hay continuidad total, ¿por qué fue necesario que el ministro Valdés saliera?

"El ministro renunció, no es que fue "necesario que saliera". Tengo un profundo agradecimiento por el tremendo esfuerzo que hizo, por su entrega, además de la admiración por su capacidad intelectual y humana, mi relación continúa y es de una profunda amistad y cariño".

"Creo que le tocó la parte más difícil. Con desaceleración económica, caída de la inversión, una protesta muy fuerte de la sociedad en contra de los empresarios por las colusiones, es extremadamente difícil convencer a tu coalición de que esto no es contra sino con el sector privado. Él dio esa pelea de manera muy encomiable, y eso desgasta".

-Más que a la Nueva Mayoría, da la impresión de que no logró convencer a la Presidenta o que no recibió el respaldo que esperaba. Usted que es amigo de ambos, ¿cómo explicaría lo que pasó?

"La Presidenta siempre lo respaldó, pero objetivamente las luchas para evitar la proliferación de regulaciones y de beneficios sociales excesivos van desgastando, y llegó un momento en que dijo, mis energías vis a vis los obstáculos, ya no se compatibilizan. Es momento de pasar la posta para otro que comienza a correr más fresco".

-¿Para hacerse cargo del incendio? Asume en medio de una crisis en el gobierno...

"¿La pregunta es si siento que me dejó la papa caliente? No, siento que él llevó la papa caliente con tremenda dignidad y estoicismo por el tiempo que le fue posible".

"La Presidenta no ha tenido ningún tipo de vacilación"

-¿Qué lecciones saca de esta crisis?, ¿cómo evitar que se sucedan otras ahora que el gobierno está en sus descuentos?

"¿Han seguido el efecto de las crisis en países más desarrollados que nosotros?, ¿la cantidad de equipos económicos que salen? Ahora que las cosas comienzan a mejorar, esperemos que nuevamente el sentido común y la voluntad de colaboración público-privada vuelvan a prevalecer. Eso no termina conmigo, el próximo ministro de Hacienda tendrá que seguir articulando esas confianzas".

-Esta tensión por el modelo de desarrollo es antigua, la vivió el gobierno de Lagos, el primero de Bachelet, pero nunca había pasado que la Presidenta no respaldara el camino seguido por su ministro de Hacienda.

"No acepto esa conjetura. La Presidenta no ha tenido ningún tipo de vacilación, siempre ha respaldado a su ministro de Hacienda. Se los dice alguien que acaba de aceptar ser ministro de Hacienda, imagínense si yo tuviera dudas de eso, sería suicida".

"Esto no es crecimiento o medio ambiente, crecimiento o protección social, crecimiento o inclusión; es crecimiento "y"".

-¿Usted habría intentado retener una inversión de US$ 2.500 millones como Dominga?

"Hay que hacer todos los esfuerzos por conciliar crecimiento y medio ambiente".

-¿Y usted, de qué se siente más cerca?

"De las dos cosas, pero obviamente voy a tener una sensibilidad particularmente marcada respecto de los efectos en el crecimiento. Aunque creo que el crecimiento a costa del medio ambiente es pan para hoy y hambre para mañana".

-¿Esa visión de que se debe conciliar crecimiento y medio ambiente quedó debilitada?

"Siempre habrá tensiones, los países serios tienen que construir instituciones. Un comité de seis ministros, posiblemente no es la mejor forma de conciliar intereses, y puede haber otras, podemos discutirlas, pero no sobre un proyecto particular que, dado el marco institucional, se rechazó conforme a Derecho".

"No estamos gobernando para los inversionistas. Lo apropiado para los chilenos y chilenas es hacer consolidación fiscal; si eso da más confianza a los mercados, tanto mejor".

"Voy a ser un continuador de las políticas del ministro Valdés... no continuar un conjunto de regulaciones que prosperaban en un ambiente de desconfianza hacia el sector privado".

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