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EL LUCHADOR CUBANO LOGRÓ EL BRONCE DEFENDIENDO A CHILE EN EL MUNDIAL DE FRANCIA:

La medalla más emotiva de Yasmani Acosta

miércoles, 23 de agosto de 2017

Rebeca Ampa
Deportes
El Mercurio

En su primera participación con los colores nacionales, el deportista de 29 años y que desde 2015 vive en el país se adjudicó una inédita presea. Un repaso a las peripecias que debió enfrentar en su camino.



Vuelve a sonreír, aunque no ha sido fácil el camino del cubano Yasmani Acosta (29 años), quien en abril de 2015 tomó la decisión más difícil de su vida al quedarse en Santiago, mientras integraba la delegación de la isla que competía en el Panamericano de Lucha.

Acosta siempre había permanecido a la sombra del extraordinario luchador cubano Mijaín López -campeón olímpico en Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016-, ya que por las reglas del deporte, cada federación solo puede enviar a un representante a las competencias más relevantes, como los Mundiales o los JJ.OO.; y para su mala suerte ambos coincidían en la misma categoría. Vino al país en 2015 porque López estaba lesionado.

Aquí se volvió a encontrar con su gran amigo, Andrés Ayub, quien más de una vez le había aconsejado que se viniera a vivir a Chile. Un gesto de desprendimiento del luchador nacional, porque sabía que de hacerlo, él sería el más afectado, ya que competían en el mismo peso.

Fueron largos meses de incertidumbre y sacrificios que el nacido en Cuba debió sortear en su afán de encarrilar su carrera. Felizmente, a comienzos de año, la dirigencia de la federación de su país aceptó ceder sus derechos a su par en Chile, algo que esta disciplina permite -aunque no esté nacionalizado-, y empezó su aventura como "chileno", pero solo en torneos fuera del circuito olímpico, ya que para ello sí necesita su carta de naturalización.

Y ayer la vida le dio su recompensa: una medalla de bronce en el primer Mundial del que toma parte con los colores nacionales.

"Lloré bastante, encima mi papá vino de España a verme. No lo veía hace nueve años. En ese momento me abracé a Eugenio Montero (técnico isleño que trabaja para la federación local), también con Raúl Trujillo, que estaba ahí porque dirige a Óscar Pino (el también cubano que ganó el otro bronce de su categoría) y me conoce desde niño. Él sabe todo lo que he pasado", cuenta Acosta a "El Mercurio" desde París.

Fueron cinco peleas las que el representante nacional debió enfrentar hasta la decisiva por el tercer lugar del podio ante el ucraniano Mykola Kuchni, a quien venció 2-0. En semifinales cayó en forma ajustada (2-1) frente al estonio Heiki Nabi; quien luego perdería en la final contra el turco Riza Kayaalp.

"Salí a pelear la medalla ante el ucraniano muy presionado, sabía que si perdía me volvía a Chile con las manos vacías. Subí ansioso al colchón. Y se dio, felizmente. No ha sido fácil llegar hasta acá, trabajo mucho todos los días, pero pienso seguir luchando y esforzándome por cumplir mi sueño", concluye.

"Si logré una medalla en mi primer Mundial, también lo podría hacer en unos JJ.OO. Ojalá me ayuden para darme la nacionalidad por gracia. En tanto, seguiré trabajando como guardia de seguridad".

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