Temer privatizará gigante energético Eletrobras por US$ 6.300 millones
miércoles, 23 de agosto de 2017
José Tomás Tenorio Labra
Internacional
El Mercurio
El Ministerio de Energía del gobierno brasileño anunció su plan de vender el control de la compañía, el grupo del sector eléctrico más grande del país y Latinoamérica, como parte de un programa de privatización del Mandatario.
Con el fin de reducir el déficit fiscal del Estado brasileño, el gobierno del Presidente Michel Temer tomó una de sus medidas más audaces al poner en venta a la estatal Eletrobras, la mayor empresa de energía del país y de Latinoamérica, en una operación con la que se espera ingresen a las arcas fiscales unos 20.000 millones de reales (US$ 6.300 millones). La privatización fue anunciada por el Ministerio de Minas y Energía de Brasil, que la justificó por la "ineficiencia acumulada" de la empresa. El valor de mercado de Eletrobras no supera los 20.000 millones de reales, mientras que sus deudas se ubican ampliamente por sobre ese valor, alcanzando los 35.000 millones de reales (US$ 11.000 millones), según el diario O Globo. La medida contempla la reducción de la actual participación del Estado de un 51% de las acciones ordinarias a un 47%, mediante la venta de nuevos bonos en la bolsa que esperan atraer capital con mayor facilidad mediante los inversionistas privados. El gobierno brasileño aumentó la semana pasada su meta de déficit fiscal para 2017 a 159.000 millones de reales (US$ 50.200 millones), lo que supone un alza de casi un 15 % sobre su previsión inicial, ante la reducción de las perspectivas de crecimiento por parte del mercado y una menor previsión en la recaudación. El plan del gobierno contempla privatizar decenas de plantas de energía (entre hidroeléctricas, termoeléctricas, eólicas y solar), las distribuidoras de seis estados, y el área de transmisión de energía que abastece a casi la mitad del país. Excluidas de la privatización, hasta ahora, quedan la Central Nuclear de Angra, la hidroeléctrica de Itaipú y una serie de programas sociales, entre ellos Luz para Todos. Y si bien aún no se define cómo será el proceso de privatización, el Ministerio de Energía anunció que se inspiró en casos anteriores, como el de la fabricante de aviones Embraer y la minera de hierro Vale. A su vez, el ministro de esa cartera, Fernando Coelho Filho, aseguró que la privatización debería estar concluida para mediados de 2018, para que no sufra interferencias por las elecciones presidenciales de octubre de ese año. El anuncio fue acogido con euforia por los mercados. Las acciones en la Bolsa de Sao Paulo ganaron un 2,3%, con lo que se superó el umbral de los 70.000 puntos por primera vez desde inicios de 2011. Las acciones ordinarias de Eletrobras se dispararon a 48,87%, siendo este el mayor avance que han experimentado desde 1993. La ex Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien fue ministra de Energía en el gobierno de Lula da Silva, criticó duramente por Twitter la decisión del Ejecutivo, señalando que se pone en riesgo la seguridad energética del país y que los ciudadanos tendrán que pagar "cuentas de luz estratosféricas". Pero los expertos no opinan lo mismo. "El gobierno tiene un historial horrible en lo que es administración, por lo que si el sector privado soluciona ese problema, la operación puede terminar siendo muy lucrativa y puede generar dividendos para el gobierno", dijo a "El Mercurio" el economista de la consultora financiera SQL, Flavio Abdenur. El de Eletrobras no es el único plan de privatización del gobierno. Hoy presentará una agenda de 58 proyectos que serán puestos a la venta. Entre ellos hay terminales portuarios, carreteras y aeropuertos, con los que se esperan inversiones de por lo menos unos US$ 13 mil millones. El analista político brasileño de la Universidad de Columbia, Diogo Costa, cree que la medida es "una señal de que el gobierno está en camino de hacer la economía brasileña más moderna y eficiente" al mismo tiempo que "se está buscando un modelo exitoso que lleve a mayor productividad, a menor costo". "Las privatizaciones son vistas como una forma útil de traer inversores al sector, para así remover los obstáculos que le prohíben a Brasil ser una potencia económica", dijo a este diario Costa. La empresa se encarga del 31% de la generación energética brasileña y sus líneas de transmisión recorren un total de 70 mil km en el país.
