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General (r) Héctor Orozco (91) entró a cumplir condena

Doctor Orozco y su hermano preso en Punta Peuco: "Esta no es justicia; es venganza"

miércoles, 23 de agosto de 2017

Lilian Olivares
Nacional
El Mercurio

Durante el régimen militar estuvieron separados por las ideas. Hoy dice que el general retirado no siente nada porque ni siquiera comprende que ingresó a la cárcel especial para militares.



"Mi hermano estaba en juicio hace mucho tiempo... esto se había postergado. Además que está en condiciones absolutamente deplorables, no conoce a la gente, no conoce a nadie".

Quien habla es el doctor René Orozco Sepúlveda (87), el nefrólogo que se hizo popular como presidente del Club Deportivo Universidad de Chile (1991-2004).

Se refiere al general (R) Héctor Orozco Sepúlveda, que el lunes ingresó a cumplir condena a Punta Peuco por dos homicidios calificados ocurridos en diciembre de 1973. El general retirado fue director de la DINE y de Televisión Nacional.

"Le voy a contar algo, que ya sabe toda la familia así que no hay problema: De repente se olvidó que tenía a su mamá", dice Orozco en tono de intimidad.

-Mi mamá -prosigue- murió casi a los 106 años, mi papá, casi 20 años antes. Vivió 21 años con nosotros. Mi hermano venía a buscarla todos los sábados. De repente no vino a buscarla más porque se olvidó. Estaba con un deterioro mental ya muy serio. Llevarlo preso en esas condiciones, ya la justicia se transforma en venganza, que es lo que está pasando.

-¿Cómo se enteró de que lo habían llevado a Punta Peuco?

-En las noticias de la noche. Por la televisión me enteré. Un poco más y se lo llevan desnudo, para humillarlo más.

-¿Tiene alzhéimer?

-Es un deterioro muy severo. Él no se comunica con nadie. Esta no es justicia, es venganza. Y cerrando Punta Peuco se van a terminar de vengar con todos los viejos que están ahí. Mire, la justicia no tiene que ver con venganza, no es propia de una sociedad humanizada. Que se castigue a las personas en el momento en que no se dan ni cuenta, deja de ser justicia. Y sin embargo, son los mismos que están festejando la matanza de embriones. Hay algunos que ni siquiera han respetado su juramento hipocrático.

-¿Con quién vivía el general Orozco?

-Vivió con su esposa hasta hace 4 o 5 años, en que falleció. Se quedó con una niña (cuidadora) viviendo, y un hijastro, que es de Viña, venía una o dos veces al mes y le veía todas las cosas legales. Mi hermano había perdido a su hija en un accidente de auto. Se olvidó de los más próximos, de su madre y después de su hermano (él). Llevaba una vida muy triste.

"Yo nunca pertenecí a un partido político"

Afirma que durante el régimen militar se separaron mucho con su hermano, aunque no se distanciaron.

-Yo soy de los pocos chilenos que pelearon contra la dictadura del proletariado y después contra la dictadura militar. El ex senador Otero evitó que me exiliaran. Él trabajó conmigo cuando fui vicerrector en la Universidad de Chile, cuando Francisco Cumplido era rector titular. Nos quitaron todas las sedes regionales...

-¿Usted pertenece o perteneció a algún partido?

-A ninguno, nunca. Ni cuando fui estudiante, y siempre fui líder. No les quería dar trabajo a los tribunales de disciplina, porque me habrían echado al día siguiente. Mi papá era radical. Vivíamos en Antofagasta y él fue presidente de la ANEF y de la CUT de Antofagasta. Un día, el presidente del Partido Radical me llamó por teléfono y me dijo: "doctor, usted es muy conocido, ¿no quiere ser...?" Y le contesté: "No, para conocer cosas sucias ya conozco el fútbol".

-¿Cómo entiende usted la razón por la cual su hermano fue condenado?

-Él me contó que fueron unos líderes de izquierda que iban en la noche a dispararle al regimiento donde mi hermano era comandante nomás en ese tiempo, hasta que los pillaron. Y usted sabe, en el Ejército se cumplen órdenes. Yo pienso que durante la dictadura usaron el sistema del terror para combatir el marxismo y se equivocaron. Supe muchas cosas. Desgraciadamente, la mitad de las cosas que puedo contar no las puedo contar porque mi juramento de médico lo impide. Y cualquier cosa que uno dijera, dirían que uno está excusando los asesinatos.

"Él no siente nada de lo que le está pasando"

-¿Cómo cree que tomará esta situación su hermano?

-Él no siente nada de lo que le está pasando. Más bien, en una de esas, hasta quizás pueda reconocer a algunos de sus compañeros que tuvo en el Ejército, y si así fuera se pondría contento de encontrarlos -comenta con su imperdible sentido del humor que utiliza para aliviar los hechos que le duelen-.

-¿Piensa ir a visitarlo a Punta Peuco?

-Yo tengo tres marcapasos. Camino poco. Tengo el corazón bien cableado. Seguramente voy a ir a verlo si Punta Peuco sigue y no lo tienen viviendo en un calabozo de cemento... Así se cubriría de gloria mi ex alumna de Medicina, la actual Presidenta Michelle Bachelet.

"Ninguna muerte es para celebrar ni justificable"

El doctor Orozco tiene una balanza sobre su escritorio. Dice que se la regaló un amigo hace ya mucho tiempo.

-Siempre hay dos pesas en la balanza: culpable, inocente.

Y relata que a los 14 años le gustaba mucho leer y estudiar. Entonces, leyó entero el Antiguo Testamento.

-Esto se lo cuento porque aquí hay un asunto filosófico: ayer (el lunes), la Presidenta celebraba la ley de aborto en tres causales. Pero los médicos no nos podemos hacer cómplices de eso. Entonces, hay un castigo por un lado, y por otro, como gobierno, se celebra la muerte dentro del útero. Ninguna muerte es para celebrar ni justificable.

"Justicia, sí; venganza, no"

¿Y cuándo sale esto?, pregunta el doctor Orozco al referirse a su entrevista. Se alegra al saber que será hoy.

-¡Ah, qué bueno que salga mañana (hoy)!, porque para mí esto es una cuestión de principios: justicia, sí; venganza, no.

Declara que acaba de estar en su casa el hijastro del general retirado. Le estuvo contando que los viejos compañeros de su hermano en el regimiento lo habían recibido en Punta Peuco con mucho afecto. Y que cuando se despidió de su hijastro, el general retirado le dijo: "Mañana me voy".

"Que se castigue a las personas en el momento en que no se dan ni cuenta deja de ser justicia. Y cerrando Punta Peuco se van a terminar de vengar con todos los viejos que están ahí".

"Seguramente, voy a ir a verlo si Punta Peuco sigue y no lo tienen viviendo en un calabozo de cemento... Así se cubriría de gloria mi ex alumna de Medicina, la actual Presidenta Michelle Bachelet".

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