El martes de esta semana, 84 trabajadores del Sindicato Interempresa de Empresas Schiappacasse comenzaron una huelga que ya se prolonga por más de 72 horas y que ha paralizado por completo a la compañía de traslado y almacenaje de vehículos. Sin embargo, no solo los 350 empleados de las cuatro plantas de la empresa, en Santiago y regiones, se han visto afectados por esta movilización. Schiappacasse es la compañía encargada de almacenar y distribuir gran parte de los autos nuevos que ingresan al país, para luego distribuirlos entre los concesionarios. La completa paralización de las actividades ha provocado que en estos tres días de huelga ningún auto, de los 500 diarios que lo hacen regularmente, haya salido desde sus kilométricos estacionamientos, lo que ha generado retrasos en la entrega a las automotoras y, por ende, a sus nuevos dueños. Vehículos de todos los precios y todas las marcas han sido inmovilizados por la falta de acuerdo entre los trabajadores y sus empleadores, quienes negociaron sin éxito durante dos meses para lograr un mayor aumento de sus salarios y los bonos de movilización. La empresa actualmente, además de sufrir la presión de sus trabajadores, vive difíciles momentos con las concesionarias, quienes cobran multas de $15 millones por día, por la no entrega dentro de los plazos, en especial en agosto, un mes tradicionalmente bueno para el sector.