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La votación se realizará la primera quincena de diciembre:

La Corte Suprema enfrentaría una compleja elección de su nuevo presidente

domingo, 23 de julio de 2017

CINTHYA CARVAJAL
Nacional
El Mercurio

A las dos primeras antigüedades, Patricio Valdés y Héctor Carreño, se les tendría que extender el plazo de jubilación; mientras Carlos Künsemüller no estaría interesado. La otra opción es Haroldo Brito.



A cinco meses de que se realice la elección del nuevo presidente de la Corte Suprema, durante la primera quincena de diciembre, aún no existe certeza de quién será el sucesor del ministro Hugo Dolmestch.

En el máximo tribunal, la tradición es que el nuevo presidente, que estará durante los próximos dos años en este cargo (hasta enero de 2020), sea escogido por antigüedad. Aunque ha habido excepciones (ver recuadro).

Sin embargo, como hace años no se veía, la elección está entrampada. La razón es que las dos primeras antigüedades, Patricio Valdés y Héctor Carreño, jubilarán antes de este período, por lo que se tendría que extender su permanencia en el Poder Judicial.

La ley contempla qué se debe hacer en estos casos. Según el artículo 80 de la Constitución, los jueces cesarán en sus funciones al cumplir 75 años de edad; o por renuncia e incapacidad legal sobreviniente o en caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente sentenciada.

La norma relativa a la edad no regirá respecto del presidente de la Corte Suprema, quien continuará en su cargo hasta el término de su período.

En el caso del ministro Valdés, que debiera jubilar el 13 de febrero de 2018, el tiempo de extensión de permanencia en el cargo sería de un año y 11 meses, por lo que se ve más complejo que los supremos opten por él.

Este escenario ya se vivió en 2011, cuando se debía resolver quién sucedería al ministro Milton Juica.

La primera prioridad por antigüedad la tenía el entonces ministro Nibaldo Segura. Pero, por su estado de salud -sufrió dos infartos y fue operado- el magistrado se marginó de esta elección. A este último le seguía el entonces vocero Jaime Rodríguez Espoz, pero jubilaba en mayo de 2012; es decir, cuatro meses después de una eventual presidencia.

De haber sido elegido se tendría que haber extendido su jubilación por un año y siete meses, como se hizo con Mario Garrido Montt en 2001.

Los supremos finalmente optaron por Rubén Ballesteros, que no tenía este problema.

Las dos cartas

En el caso del ministro Carreño, la extensión sería de un período más breve, ocho meses. Esto, ya que cesa en sus funciones el 16 de abril de 2019.

De hecho, algunos ministros consultados estarían dispuestos a votar por él, en caso de que esté disponible para presidir al máximo tribunal, ya que es un juez de carrera y consideran "injusta" la acusación constitucional que debió enfrentar en la Cámara el 2014, por el caso Sename, la que fue rechazada.

A Carreño le sigue en antigüedad el ministro Carlos Künsemüller, quien ya les habría manifestado a sus colegas en conversaciones de pasillo que no quiere ser presidente del máximo tribunal chileno, aunque no lo ha hecho de manera formal.

Así, se llegaría en el escalafón al ministro Haroldo Brito, quien recientemente se cambió a la Cuarta Sala (Laboral), luego de que la Sala Penal lo inhabilitara para conocer causas del sistema antiguo de justicia por su relación con Lya Cabello, la fiscal judicial de la Corte Suprema, que debe realizar pronunciamientos en estos procesos como parte.

A pesar de ello, Brito es uno de los candidatos fuertes de esta elección.

El gremio de jueces ve con buenos ojos esta posibilidad.

Según los ministros consultados, de no resultar electo en diciembre próximo, se ve como una carta más segura para el bienio de enero de 2020 a enero de 2022.

La votación de los 21 ministros

Cuando se fije la fecha de la elección, en diciembre próximo según la ley, los 21 magistrados en ejercicio, deberán votar en forma secreta por un supremo.

Una vez que todos entreguen sus votos, el relator procederá al conteo y luego dará el resultado.

Si tras la primera votación no hay mayoría absoluta (11 preferencias), los ministros deberán volver a elegir, hasta que alguno de los postulantes reúna las menciones requeridas.

Se presume que este año la elección podría estar más reñida, por lo que tampoco se descarta que pueda surgir durante estos últimos meses otro candidato de consenso.

PLAZOLos presidentes de la Corte Suprema parmanecen dos años en el cargo.

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