El color como esencia del cuadro
jueves, 20 de julio de 2017
María Soledad Ramírez R.
Cultura
El Mercurio
La artista utiliza capas y capas de pintura, para luego rasguñar la tela o el papel y dar textura a sus obras.
"Dejé de usar los pinceles", constata, con cierto asombro ante su propia evolución, la artista Magdalena Montero. Son la brocha gorda, el rodillo, la espátula y otros utensilios sus compañeros de taller; los instrumentos con los cuales logra la densidad requerida para crear sus pinturas al óleo -algunas de gran formato en tela o un papel de gran grosor-, de colores intensos y relieves prominentes. Ahora expone 26 de sus trabajos recientes en la muestra "Huella", en la sala de exposiciones del Centro Cultural de Las Condes (Apoquindo esquina Nuestra Señora del Rosario), hasta el 30 de julio. "Es una pintura trabajada por capas, seis o siete, en la que me demoro, porque tengo que esperar a que se vayan secando las capas de óleo. Luego, en el proceso de raspaje, van reapareciendo las primeras capas sobre las últimas. Por eso tienen mucha textura", explica la artista. En su trabajo el color es "esencia, pilar y soporte del cuadro", como escribe en el panel de ingreso a la exposición. "Tengo una afinidad con el color muy grande; me transmite muchas cosas. Necesito plasmar mi pintura con el color", agrega Montero. El paisaje del norte la ha influenciado. "Siempre me han llamado la atención esas extensiones infinitas, con los suelos arenosos. En el norte hay todo un cuento del color y la atmósfera. Pero más allá de esto, hay un proceso interno propio, donde voy rehaciendo aquello y llego, finalmente, a lo mío, que es una pintura abstracta". Señala que le cuesta dar por concluida una obra, pero que la muestra la deja conforme. "Hay un hilo y una unidad en todo mi trabajo, entre los óleos en papel y las telas; se arma bien. Y si no fuera así, no lo podría exponer, porque soy muy estricta con eso, si un cuadro no me convence al 100% no lo muestro".
