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Una situación que estaría cambiando:

Diferencias de crianza son la principal razón de por qué las mujeres se ejercitan menos

lunes, 17 de julio de 2017

Andrea Manuschevich
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La falta de estímulo en la infancia hace que las niñas no desarrollen el hábito de ejercitarse, por lo que en la adultez terminan siendo más sedentarias que los hombres.



"Entre tres y cuatro veces a la semana entreno con un grupo de crossfit . En total somos diez y solo tres somos mujeres. En el gimnasio donde trabajo también uno puede ver muchos más hombres que mujeres", cuenta Denise Covos, entrenadora y coordinadora del centro Biomachine.

Agrega además que en su trabajo suele ver que las mujeres, aunque al comienzo se motivan bastante en hacer ejercicio, tienden a abandonarlo con más frecuencia que los hombres. "Varias lo dejan porque no tienen la costumbre y no logran soportar el dolor físico que esta actividad conlleva. Se dan por vencidas, luego buscan algo más suave, a lo que van un par de veces y después no vuelven más", cuenta Denise.

La última Encuesta Nacional de Salud (2009-2010), muestra que efectivamente las mujeres son más sedentarias que los hombres. Según el informe, mientras ellos dedican en promedio 3,8 horas al día a realizar actividad física -lo que incluye recreacional, de trabajo y tiempos de traslado-, las mujeres solo dedican 2,7 horas.

Por otro lado, la encuesta reveló que también existen diferencias de género en la prevalencia de sedentarismo durante el tiempo libre: en ellos alcanza el 84% y en ellas llega al 93%.

¿Por qué?

"Este fenómeno se da en la mayoría de los lugares del mundo. Las mujeres realizan menos actividad física que los hombres a cualquier edad; diferencia que permanece hasta que son adultos mayores. Ahí el nivel de ejercicio es similar o incluso ellas son más activas", explica Sandra Mahecha, deportóloga de Clínica Meds.

Según explica, la principal razón de esta realidad es totalmente cultural. "Fisiológicamente no hay ninguna razón que lo explique. Pero desde la infancia incentivamos a las niñas a realizar actividades menos activas, como jugar con muñecas o con tacitas de té. En cambio a los niños les regalamos pelotas de fútbol y bicicletas. Eso determina ciertos patrones", advierte Mahecha.

Cuánto deporte se hace en la adultez depende en gran medida de cuánto se estimuló su práctica durante la etapa escolar, agrega Francisco Verdugo, jefe del Centro de Medicina del Deporte de Clínica Las Condes.

"Si durante la infancia y adolescencia no se incentivó la actividad física lo suficiente, es muy difícil que se cree el hábito. Después, en la adultez, cuesta un montón cambiar el estilo de vida", añade Verdugo. Las motivaciones para hacer ejercicio también varían según el género: "Ellas lo hacen más que nada por salud y estética, y ellos para divertirse y competir".

La falta de tiempo también le juega en contra al sexo femenino. "Las mujeres que son mamás y/o dueñas de casa, necesitan más apoyo de otros para encontrar espacios para hacer actividad física", explica Mahecha.

Sin embargo, los expertos cuentan que el panorama está cambiando. "Las mujeres tienen mayor consciencia de su bienestar y se están preocupando más de su salud, por lo que tienen mayor interés en realizar algún tipo de ejercicio", afirma Covos.

"Por otro lado, en los colegios se está estimulando cada vez más a las niñas a jugar fútbol y a hacer más deporte, dejando atrás las diferenciaciones por género", complementa Verdugo.

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