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Representan el 2,9% de los migrantes con trabajo en el país:

Casi cinco mil extranjeros están en cargos directivos o gerenciales en Chile y el 30,5% de ellos se vincula al sector comercio

lunes, 17 de julio de 2017

María de los Ángeles Pattillo
Economía y Negocios
El Mercurio

Aunque la estadía de estos altos ejecutivos puede costar hasta tres veces más que tener un talento local en la misma posición, hay firmas que los prefieren, sobre todo las transnacionales.



De los poco más de 167 mil migrantes ocupados en el país, el 2,9% tiene cargos directivos o de gerencia, es decir 4.882 ejecutivos. En el caso de los trabajadores chilenos, solo el 2% del total se emplea a ese nivel (161.899 individuos), detallan cifras de Clapes UC sobre la base del INE al trimestre móvil marzo-mayo de 2017.

Este fenómeno se repite en los profesionales: los extranjeros con estos puestos representan el 13% de dicho grupo (21.815 personas), mientras que el 11,8% de los trabajadores nacionales tienen posiciones de esa categoría (949.434).

"Hay un mito de que los migrantes solo aportan empleo no calificado, y esto demuestra que es falso. De ser así, tendrían una muy baja participación en los grupos de directivos y profesionales y eso no es efectivo, incluso es mayor que la de los chilenos", destaca el economista y asesor senior de dicho centro de estudios, Juan Bravo.

A Gerhard Reinecke, especialista en políticas de empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no le extraña este escenario y lo atribuye, en parte, a la presencia de empresas transnacionales, que muchas veces traen talento del exterior. "Hay que tener en cuenta que, en promedio, los extranjeros tienen más años de escolaridad que los locales, lo que se refleja en la distribución ocupacional", agrega.

Según un estudio de coyuntura laboral en América Latina y el Caribe de la OIT, publicado en mayo de 2017, el 79,4% de los inmigrantes en Chile tiene diez o más años de estudio.

De todas formas, Sergio Valenzuela, director académico en gestión de personal y relaciones laborales del Centro de Desarrollo Gerencial de la Universidad de Chile, señala que los altos ejecutivos extranjeros tienen la desventaja de ser más costosos que sus pares nativos para las empresas, lo que en ocasiones desincentiva la contratación.

En Unilever, por ejemplo, una expatriación significa entre dos y tres veces el costo general de un trabajador local. "En general, a la gente más senior se le da un paquete full , donde se le paga la casa y el colegio, por ejemplo", cuenta Fernando Eiffler, director de RR.HH de la firma en Chile.

Resiliencia y capacidad de adaptación entre las principales ventajas

La llegada de extranjeros es un impulso para la economía, coinciden los expertos. En empresas como Telefónica, que cuenta con trabajadores de más de 20 nacionalidades distintas, lo consideran una ventaja competitiva. "Debemos entregar los servicios que nuestros clientes necesitan, tenemos que entenderlos y eso se logra, justamente, con esa multiplicidad de origen de nuestros profesionales", señala Ana Karina Ulloa, gerenta de Desarrollo y RR.HH. de la compañía.

En esa misma línea, Eiffler valora que se trata de personas que han salido de su zona de confort, por lo que tienen una fuerte resiliencia y capacidad de adaptación, habilidades muy valoradas en el contexto laboral. En el caso de Unilever, hay 41 extranjeros, y de estos, el 29,3% está en cargos directivos o gerenciales, en tanto el 43,9%, en posiciones profesionales.

Los ejecutivos foráneos en estos dos niveles también aportan con una visión de negocios más global, destaca Matías Palacios, director ejecutivo de Outplacement de PwC Chile. "La mayoría viene a trabajar duro, lo que genera competencia y tiende a subir el estándar del mercado", dice el ejecutivo.

Eso sí, la reacción del equipo local es fundamental para potenciar los beneficios de la nueva contratación. "Hay que trabajar con los pares chilenos de manera de generar instancias colaborativas, para conocerse más como grupo de trabajo. Este es un rol clave que deben liderar recursos humanos y la alta gerencia", asegura Valenzuela.

Tampoco hay que descuidar las señales que se envían en términos de desarrollo de carrera, sobre todo en las posiciones más altas, indica Eiffler: "Si por cada vacante gerencial que se abre, se trae a un extranjero, el talento el chileno ve que no hay oportunidades y se va a ir".

Profesionales se concentran en el sector tecnológico

De los directivos o gerentes foráneos, el 30,5% está en el área del comercio, es decir, 1.490 ocupados. En esta actividad, así como también en la agricultura, los cargos de mayor responsabilidad están sobre el promedio de migrantes ocupados en el mercado laboral total. De hecho, en el agro representan el 17,8% del total de directivos foráneos, según Clapes UC.

Asimismo, hay mayor concentración de profesionales versus el promedio total de migrantes en el mercado de la salud e industria de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), donde representan el 12,1% del total de ocupados en esta jerarquía independiente de la nacionalidad. Bravo destaca este fenómeno: "Estas personas lo que vienen a aportar es el know how (término en inglés para referirse al conocimiento técnico y administrativo), trayendo formas de hacer las cosas que acá no se saben, lo que significa mucho para el crecimiento económico, pues ese conocimiento se termina quedando el país".

A juicio de Valenzuela, la llegada de expatriados con alta calificación es más común en las actividades de menor desarrollo en el país: "Es decir, en industrias jóvenes, donde no hay mucha presencia de profesionales locales con suficiente formación académica y experiencia".

Frente a este escenario, Bravo cree que es necesario cambiar la legislación para adaptarse a las nuevas necesidades de mano de obra extranjera. "El Código del Trabajo impone una cuota y las empresas no pueden contratar más de un 15% de personal de origen extranjero. Esto atenta contra la eficiencia y obstaculiza la contratación formal, por lo que creo que debe eliminarse".

Eso sí, Eiffler estima que este límite afecta sobre todo a las firmas pequeñas: "En una organización de 100 personas es una restricción sensible, no así en otra de dos mil empleados, donde hay más margen para la contratación de extranjeros".

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