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Maggie MacDonnell:

Así fue la intensa semana en Chile de la mejor profesora del mundo

lunes, 26 de junio de 2017

Margherita Cordano
Educación
El Mercurio

Viajó desde el ártico canadiense hasta el sur extremo para invitar a postular a profesores destacados al Global Teacher Prize, el "Nobel de la Educación", premio que ella obtuvo este año.



A mediados del año pasado -cuando todavía era una desconocida enseñando en una escuela del ártico canadiense-, la profesora Maggie MacDonnell recibió un correo que le informaba que había sido nominada al Global Teacher Prize, el premio con el que anualmente se reconoce al mejor docente del mundo. MacDonnell nunca antes había escuchado hablar del reconocimiento; mucho menos sabía que el primer lugar se hacía acreedor de un millón de dólares de parte de la Fundación Varkey en Dubái.

"Por cuatro meses, los niños que me nominaron me estuvieron pidiendo que aceptara la postulación, pero yo lo dejaba pasar. Pensaba que mi internet era malo, que no tenía el tiempo para responder el correo o me convencía de que no era merecedora del título. Mirando en retrospectiva, creo que estaba un poco loca... ¡Me estaba negando la posibilidad de ganar un premio que transformaría no solo mi vida, sino que la de mis estudiantes!", contó entre risas a los profesores y alumnos que esta semana la recibieron en la escuela Salvador Sanfuentes de Santiago.

Hasta ahí llegó después de una invitación de Elige Educar, organización que por segundo año organiza la versión local del Global Teacher Prize (ver recuadro).

Empatizar con otros

Tras aceptar su nominación solo dos días antes de que venciera el plazo, Maggie MacDonnell terminó siendo reconocida con el Global Teacher Prize por haber creado una serie de programas de habilidades blandas para sus alumnos. Entre ellos se cuenta uno de nutrición saludable, además de otro dedicado a la promoción del deporte entre los jóvenes.

El premio de un millón de dólares permitió que estas iniciativas se expandieran y dieran origen a otras propuestas, como la de recuperar la tradición del kayak entre los inuit, la comunidad indígena que predomina en Salluit, la villa donde MacDonnell enseña. El lugar solo es accesible por avión y durante el invierno, las temperaturas pueden alcanzar hasta -25 °C.

"¿Ustedes llaman a esto invierno? El clima actual de su capital se parece a nuestro verano; esta temperatura me agrada", comentó la canadiense a los estudiantes de enseñanza básica que la escucharon durante el lanzamiento del concurso local. Poco antes, un niño de nombre Cristóbal le había preguntado si la ciudad de donde venía era la misma del Viejo Pascuero.

Durante su paso por Chile, Maggie MacDonnell participó como expositora en seminarios, y se reunió con el Colegio de Profesores, con decanos de facultades de Educación, con la ministra de Educación, Adriana Delpiano, y con la Presidenta Michelle Bachelet.

"Este es un esfuerzo mundial por destacar una de las profesiones más importantes que puede tener un país. Lo que ha venido a hacer Maggie es compartir esa vivencia interior que sienten los buenos profesores y que hace que educar sea mucho más que un trabajo profesional: educar también es empatizar con el otro, realmente declarar una pasión por lo que se hace", comentó Adriana Delpiano.

"Ese entusiasmo es evidente en ella. Hace dos semanas justamente se graduaron un montón de alumnas que habían abandonado el colegio y a quienes Maggie convenció de volver a clases. Las empoderó recordándoles lo valiosas que eran y lo necesario que era que estudiaran para que se volvieran un aporte todavía más grande a la sociedad. Les repetía que las personas necesitaban de su sabiduría", comenta Louisa Argun, estudiante de enfermería de 22 años, ex alumna del establecimiento donde MacDonnell enseña y una de las dos personas que la acompañaron durante su paso por el país.

Junto a ella estaba Cynthia Gaudreault-Snowball, quien suma créditos universitarios ayudando a crear los programas antimatonaje en el distrito donde MacDonnell hace clases. A futuro, su sueño es sacar su título de psicóloga.

"Hace tres semanas, Maggie llegó a decirnos que viajaba a Sudamérica y que le encantaría contar con nuestra compañía, porque sus logros eran los de todos. Eso dice mucho de cómo es ella", cuenta Gaudreault-Snowball, quien pasó dos de los seis días que estuvo en Chile en el sur: las tres canadienses fueron invitadas a celebrar el año nuevo mapuche, We Tripantu, en Quelhue, el pueblo de La Araucanía donde enseña Eligio Salamanca, ganador del Global Teacher Prize Chile en 2016.

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