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Marlene de la Fuente

"Rafael Garay nos hizo mucho, mucho daño"

sábado, 24 de junio de 2017

Por Estela Cabezas Aguirre
Reportaje
El Mercurio

La señora del conductor de noticias de Chilevisión,Iván Núñez,fue una de las que más dinero invirtió en Think & Co. Pero también fue clave para destapar el fraude del ingeniero comercial. Aquí,por primera vez, detalla la trama de manipulaciones en la que cayó junto a su marido.



Hay un episodio que Marlene de la Fuente, periodista, esposa del conductor de Chilevisión Noticias Iván Núñez describe con detalle, para reflejar el día en que confirmó todas sus dudas de que ambos habían sido estafados. Ocurrió el 27 de julio de 2016, cuando, según relata, ella llevaba un mes y medio tratando de que Rafael Garay, a quien le había entregado 76 millones de pesos para que los invirtiera, le devolviera el dinero.

A esas alturas, el dueño de Think & Co. ya había dicho públicamente que padecía un cáncer al cerebro incurable, pero ella pensaba que esa situación no era un impedimento para pedirle a Garay el dinero, el cual necesitaba para emprender un negocio.

-Además, él había dado entrevistas en los medios de comunicación y se veía bien. Pero pese a que por teléfono me dijo varias veces que me iba a entregar la suma, con fecha y hora, nunca cumplió.

A fines de julio comenzó a sospechar de Garay, y por eso, ese día, le pidió a su marido que fuera a la casa del ingeniero comercial y le exigiera, en persona, la plata.

-Le dije: "Iván, por favor, anda ahora porque sino, voy a ir yo". Me respondió: "Marlene, él me acaba de decir que no vaya". "No me importa, anda igual. Y si se siente mal, le llamas un médico".

Marlene de la Fuente se acomoda en su silla para contar la insólita historia que le dijo Núñez a su regreso:

-Garay lo esperaba en el pasillo (del edificio). Me comentó que lo notó borracho y que cuando entró al departamento estaba todo desordenado. Entonces vio que estaba con una chica y que él se comenzó a inyectar algo que, según le explicó, era para el dolor. Y ahí arma su show. Vomita, llora, abraza a Iván, le dice que se va a morir. Y, para que lo recuerde siempre, le entrega unas colleras de zafiro. Le dice que eran de Frank Sinatra y que su padre se las había comprado al cantante en Las Vegas. Iván le agradece y no se las acepta, pero él le insiste una y otra vez, mientras llora desconsolado. Cuando llega a la casa, venía con la cara desencajada y me cuenta todo esto. Yo le pregunto: "Te dijo cuándo me va a devolver el dinero". Él me responde: "Pero, mi amor, si él se va a morir" y me pasa las colleras. Las miro y le digo: "Sabes que esto no es de Sinatra, ¿verdad?". "No, no es", me reconoce. Ni siquiera eran de zafiro, más bien parecían de plástico. Yo miraba a mi marido y ya no entendía nada.

Entrando a la familia

La amistad entre Iván Núñez y Rafael Garay comenzó en 2007, en la radio Futuro. El periodista conducía un programa de noticias y varias veces lo invitó para hablar de economía. En ese período, él se había hecho conocido por sus continuas apariciones en programas de televisión para explicar en sencillo temas financieros.

-Iván y él se relacionaron por el deporte, hablaban mucho de eso. Luego, Garay lo invitó a entrenar kudo en su centro deportivo en Bellavista -recuerda ella.

Pronto, Marlen de la Fuente se dio cuenta de que se habían vuelto muy cercanos. Lo notó, dice, porque Núñez se refería a él con mucho cariño. También porque Garay lo llamaba para preguntarle todo sobre sus apariciones en los medios. Agrega que cuando cerró su centro deportivo, Rafael Garay iba a la casa de ellos para seguir entrenando a Núñez.

Fue así como ella empezó a conocerlo.

-Me lo topaba seguido en la casa. Después siempre me escribía por Whatsapp que quería mucho a Iván. Me decía que para él era una persona extremadamente admirable, como profesional y como persona. En esa época, yo sentía que había que ayudarlo, que no había que dejarlo solo. Él me decía que estaba solo en el mundo. Una vez me contó, llorando, que su papá lo había abandonado a los 8 años, que lo había tirado a la calle. Y me relató en varias ocasiones todo lo que había sufrido para salir adelante. 

-¿Le creyó?

-Sí. Pero todo lo que él contó era mentira. Y por eso te digo, lo que realmente me duele y me daña es la vulnerabilidad que yo tuve en mi propio hogar con este señor. Porque en esta casa se le atendió, se le quiso, nos preocupamos por él. Pero él todo lo manipuló.

Marlene de la Fuente asegura que nunca supo cuándo su marido le pasó los 56 millones de pesos a Rafael Garay para que hiciera inversiones, pero señala que a ella la persiguió mucho para que le pasara los 76 millones de pesos que ella tenía depositados en el banco.

-Era fruto de mi trabajo desde los 15 años, más unas herencias.

La semana pasada, Rafael Garay, que hoy permanece en prisión preventiva acusado de estafar, mediante el sistema piramidal, a 36 personas por un total de 1.750 millones de pesos, prestó su segunda declaración a la fiscalía, en la que dijo que todos los denunciantes lo buscaron por Facebook o Twitter.

-En mi caso eso no es verdad, él me insistió por más de un año que le pasara mi plata. Cuando ya se había generado una amistad, él me habló de sus inversiones, me dijo que invertía en dólares y en oro y que me podía manejar mi plata. Yo no estaba segura de hacerlo, pero luego Iván me aconsejó que lo hiciera. Ambos confiamos, porque creíamos que era una persona honorable.

En su declaración ante la fiscalía, Garay admitió que durante los últimos años vivía un período de alcoholismo, pero Marlene de la Fuente asegura que nunca lo vio borracho.

-Cuando estábamos con él, tomaba agua mineral sin gas. Yo lo conocí como un deportista full que ayudaba a la gente, que pedía plata para apoyar a los niños de escasos recursos. Nunca supe de su lado B, el del Passapoga, el del tipo al que le gustaba la noche. Mi marido tampoco lo sabía, porque si hubiera sido así, le habríamos pedido la plata de vuelta, ni loca de pasarle todos nuestros ahorros a un vividor.

Cuando decidió invertir con él, cuenta que buscó información de Garay en internet.

-Era mayo de 2015 y no encontré nada raro. Después firmé los papeles del traspaso de dinero frente al abogado de Rafael, Ángel Valencia. Pero en el año que estuve con él nunca recibí un peso, por eso para mí esta no era una estafa piramidal. Con él tenía el mismo trato que con el banco. Mensualmente recibía una cartola donde él me informaba en qué empresas había invertido y cómo nos había ido.

-Garay declaró a la fiscalía que Núñez nunca le preguntó en qué iba a invertir la plata.

-Una más de las mentiras de él. Yo tengo esos documentos donde él dice cuáles son las inversiones que hacía.

En junio de 2016, Marlene de la Fuente e Iván Núñez se enteraron por la prensa de que Rafael Garay tenía cáncer al cerebro. Ella reconoce que le pareció raro que no se los hubiera dicho personalmente, pero aún así le ofrecieron ayuda y acompañamiento.

-Lloramos mucho al saber de su enfermedad, era un tema delicado para nosotros. Dos personas muy cercanas a mí murieron de cáncer muy jóvenes, así que sabía de qué se trataba. Empezamos a hablar más seguido con él. Lloraba, se quejaba, gritaba de dolor al teléfono. Era tremendo. Durante esos meses nos contó que había perdido la audición, que ya estaba empezando a perder la visión y la memoria, y que se le dormían las manos. Lo llamaba todos los días para ver cómo estaba, cómo amanecía. "Hola, Rafael, ¿en qué te puedo ayudar?, ¿quieres que te lleve a la clínica?, ¿qué puedo hacer por ti?, ¿qué podemos hacer como familia?". Pero él nunca aceptó nuestra ayuda.

-¿De qué manera lo acompañaron?

-Yo le pedí a mi marido que, después de su trabajo, que sale a las once de la noche, lo pasara a ver, cosa que hacía casi todos los días. Le decía: "Mira, nosotros tenemos una linda familia, somos felices, tenemos hijos sanos, estamos todos bien, por lo tanto tenemos que hacernos cargo de él, porque este señor está solo, es nuestro deber". Iván le compraba comida, se la dejaba en conserjería y después volvía a la casa a cenar.

Las colleras

Una semana después de conocida su enfermedad, a fines de junio de 2016,  De la Fuente decidió pedirle a Rafael Garay que le devolviera su dinero. Lo necesitaba para comprar un terreno y armar su propio negocio.

-Siempre pensé que era una persona con muy buena situación, y jamás imaginé que podría no devolverme la plata -dice.

Garay, al principio, le dijo que sí, que hablaría con Ángel Valencia, su abogado, para ver las fechas.

Entonces, ella comenzó a llamarlo día por medio o cada dos días para preguntarle cómo se sentía y recordarle que le depositara el monto.

El 1 de julio, Rafael Garay le escribió un Whatsapp a Iván Núñez contándole que estaba en Francia. Le dijo que había ido a la clínica Gustave Roussy, en París, donde trabajaban los mejores doctores para su enfermedad.

Sobre ese viaje, Marlene de la Fuente recuerda un episodio que describe como "terrible".

-Un día, a las cuatro de la mañana, suena el teléfono. Era una llamada internacional. Iván contestó y escuchó a Rafael Garay quejándose y gritando de dolor, mientras sonaba de fondo un aparato de esos que controlan el corazón y se escuchaba un par de mujeres, supusimos enfermeras, hablando en francés. Él le dijo: "Hermano, aquí estoy dando la lucha por la vida, pero sé que voy a morir". Hoy creo que él bajó programas computacionales e hizo un tipo de audio, yo me imagino, porque él nunca estuvo en la clínica. Este señor no tuvo piedad con nosotros; esa noche lloramos, empezamos a ver quién podía viajar a acompañarlo. Con mi marido quedamos muy mal.

-¿No le preguntaron detalles de su tratamiento o de la clínica?

-Le preguntamos por el nombre del médico, porque si su familia no estaba con él, nosotros lo íbamos a ayudar. Pero él respondió que no podía dar ninguna información, porque había firmado un contrato de confidencialidad.

Marlene de la Fuente cuenta que luego trató de contactarse con la clínica, pero que no lo logró porque solo hablaban francés.

-A su vuelta, el 15 de julio, todo fue igual: los llantos de él y yo que le pedía mi plata. También le ofrecimos ayuda, acompañarlo a sus exámenes médicos, porque se supone que no podía manejar. Pero él no aceptó. Eso me parecía muy raro.

El 18 de julio, Iván Núñez y el resto de las personas que le habían pasado su dinero recibieron un mail en el que se leía que había decidido cerrar Think & Co., y que devolvería todo el dinero a sus clientes. Marlene de la Fuente, que no recibió ese correo, dice que entonces estaba con su esposo en Las Vegas y que este le respondió el mensaje.

-Le dijo que era el hombre más honesto y correcto que conocía.

Pero hasta ese minuto, él aún no le daba una respuesta de cuándo le iba a devolver el dinero. Por eso, ya en Chile Marlene de la Fuente le pidió a su marido que lo fuera a ver a su departamento para exigirle el dinero de ella. Ese fue el día en que Núñez solo volvió con las colleras.

En los mensajes de Whatsapp que el periodista le entregó a la fiscalía y que están en la carpeta investigativa, aparece una conversación del 29 de julio de 2016, dos días después de aquella visita, cuando Núñez le dice que va a devolverle las colleras. 

Rafael Garay: Gracias por todo ayer. Abrazo.

Iván Núñez: Nada. Estoy aquí, cuando quieras (...) Tengo lo de tu papá guardado para cuando lo quieras de regreso.

Garay: Gracias. Pero ese regalo es importante para mí, es para que tú lo tengas.

Núñez: Descansa. Un abrazo. Aguanta. Eres muy fuerte y valiente.

La situación tensó al matrimonio, al punto de que Marlene de la Fuente reconoció meses después ante fiscalía que había atravesado por un proceso desesperante y agotador, y que producto de eso su relación con su marido había sido "de ausencia y silencio absoluto".

Finalmente, Garay le dio una fecha a Marlene: el 5 de agosto.

-Ese día lo llamé. Él me pidió que hablara con el abogado, Ángel Valencia, porque se sentía muy mal. Llamé al abogado y me respondió que eso lo tenía que ver con Rafael. Otro día, lo mismo: que no puedo porque estoy muy enfermo, llama al abogado; lo llamo y él no sabe nada, que lo vea con Rafael. El abogado siempre me decía que no era su asunto, porque él se iba a hacer cargo de las platas una vez que Rafael muriera. Y me decía también: "Marlene, tú tienes que tener consideración porque este hombre tiene un glioblastoma grado cuatro y está haciendo la devolución a todos sus clientes. Lo que él hace es tremendo". Y ahí yo pensaba: "Dios mío, qué mala soy, ¿por qué estoy actuando así?". Y de nuevo volvía a pasar el tiempo y de nuevo a lo mismo. Ahí me comenzó a parecer rara su actitud. Garay siempre me decía que estaba muy mal, que le quedaban pocos días de vida. Pero cuando le insistía, cambiaba el tono, enojado, casi que me gritaba: "¡Cómo me estás preguntando eso, no ves que estoy muy enfermo y voy a morir!", me decía.

Un día, cuenta, llamó a Garay y él le dijo que se había juntado con su abogado para hacer un traspaso de bienes, y que habían hablado de su plata para devolvérsela.

-Me pidió que llamara a Ángel Valencia para que nos pusiéramos de acuerdo, pero él me dijo: "No, yo no he visto a Rafael". No entendí nada. Me dieron una explicación rara y comencé a llenarme de dudas. Yo creo que a mi marido lo volví loco insistiéndole que le cobrara a Garay mi plata. Yo le decía: "Iván, tienes que entender que esta es una oportunidad que yo tengo de negocio, la he esperado tanto tiempo". Una vez me dijo: "Mire, mi amor, aquí hay algo que es diez veces más importante, que es la enfermedad de él. Hay que dejarlo tranquilo para que haga su tratamiento".

Escape a Francia

Según declaraciones de Garay a su abogado, llegó a tener una cartera de 490 clientes. Pero según estableció la investigación policial, él solo tenía 36 clientes, que le entregaron desde 20 millones a 200 millones de pesos para invertir. Entre ellos, el matrimonio Núñez De la Fuente le confió uno de los montos más altos.

Por lo mismo, Marlene de la Fuente dice que estaba angustiada cuando supo que Garay realizaría otro viaje a París a principios de septiembre.

-Necesitaba hablar con él, confrontarlo, pero no había podido encontrarlo. La última vez que lo llamé, me dijo: "Marlene, voy a Concepción a despedirme de mi familia". "¿Vas manejando?", le pregunté. En su estado, era raro. Ahí pensé: "Perdí". Solo me quedaba hacer la denuncia por estafa o apropiación indebida, pero no le iba a hacer eso a una persona que estaba con cáncer y que tiene que hacerse un tratamiento.

Garay partió a Francia el 5 de septiembre.

-Cuando no regresó en la fecha en que dijo que lo haría, llamé a Ángel Valencia y le dije que ya que Garay no le había escrito a nadie ni había vuelto y que tampoco me había regresado mi dinero, iba a denunciarlo por apropiación indebida.

Dice que el mismo día Valencia le respondió con un correo. Allí se lee: "Atendidas las circunstancias, por una razón de prudencia, hemos resuelto que, de no recibir respuesta o información sobre el estado de salud o fecha cierta del regreso de Rafael Garay dentro de este fin de semana, presentaremos una denuncia por presunta desgracia el próximo día martes 20 por la mañana. Copio esta mail también a la casilla de Rafael, para que esté al tanto de la situación, si revisa su email".

Marlene de la Fuente cuenta ese fin de semana, junto a Núñez, bajó una aplicación de traducción instantánea al francés y que llamó a la clínica Gustav Roussey.

-Ahí me enteré de que Rafael no había estado nunca como paciente.

El 20 la denuncia por presunta desgracia aún no se había tramitado.

-Ahí llamé a Valencia y le dije que mañana a primera hora iba a presentarla yo y que diría que esto era una estafa piramidal.

Al otro día, según informó la prensa, Valencia interpuso la denuncia. También declaró a los medios que se había sentido amenazado por Iván Núñez y que haría una acción judicial en su contra.

-Pero no, no era él quien estaba presionándolo. Era yo.

-¿Entonces su marido ya creía que era una estafa?

-No, Iván pensaba que Garay estaba botado en alguna parte de Francia, que no había alcanzado a llegar a la clínica y que había muerto antes. Yo, a esa altura, sabía que había sido estafada y hasta pensaba que probablemente no existía la enfermedad... A ese hombre solo le entregamos cariño y afecto, y él solo nos entregó lo peor que te puede entregar un ser humano.

-¿Qué sintieron cuando se enteraron de que, en efecto, el cáncer era mentira?

-Ahí Iván me dijo: "Él no es la persona que yo pensé que era". Mira, la gente puede decir que nos engañaron por tontos. Pero no, nos engañaron por ser generosos.

Ante la justicia

El 23 de septiembre, Marlene de la Fuente interpuso la denuncia por apropiación indebida contra Rafael Garay. Recuerda que fue la primera en entregar antecedentes al fiscal José Morales, a cargo del caso, a quien le dijo que no había logrado establecer que el ingeniero comercial hubiera estado internado en la clínica en Francia.

-El  fiscal sonrió y me dio a entender que era obvio que no tenía cáncer -dice ella.

Cuando la PDI pidió su captura a las policías internacionales, en Santiago se incautaron sus fichas médicas en dos clínicas. En ellas, según se informó, no hay registros de cáncer, pero sí de depresión y alcoholismo.

Finalmente se estableció que estaba en Rumania, donde fue detenido a la espera de su proceso de extradición, solicitado por la justicia chilena.

Marlene de la Fuente dice que, hasta hoy, la situación que vivió con Garay le ha traído costos.

-Todo lo que nos ha pasado ha sido súper difícil. Porque emocionalmente cada vez estás más dañada. Esto debe ser lo más parecido a cuando tienes un sufrimiento grave y solo cuando pasa el estrés comienzas a darte cuenta de cuán dañada estás.

-Estando en Rumania, Garay dijo a los medios que podría contar cosas que hizo Núñez, "inapropiadas siendo un hombre casado con cuatro niños".

-Me da absolutamente lo mismo lo que diga Rafael Garay, porque después de haber inventado para todo el país un cáncer, no hay nada más que decir.

Según Marlene, desde que Rafael Garay llegó a Chile para ser investigado por las 36 denuncias de estafa en su contra han recibido "llamados extraños" en su casa y en sus celulares. Pero no quiere ahondar sobre eso. Solo dice que los antecedentes están en manos del fiscal Morales y del abogado del matrimonio, Sabas Chahuán.

-Es evidente que él ahora se está victimizando. Es una estrategia que usa para conseguir que la gente empatice con él. Quiere dar la sensación de que quiere cooperar con la justicia, pero no es cierto. Él no está cooperando. La justicia chilena lo tuvo que ir a buscar, lo tuvo que encontrar y lo tuvo que extraditar. Incluso pidió asilo político. El dinero que entregó, 500 mil pesos, es nada en comparación con lo que se robó y que debe tenerlo enterrado por ahí. Yo ahora lo conozco, antes no sabía quién era. Él está actuando un nuevo papel, el del arrepentido para lograr bajar su condena.

Hoy Rafael Garay está en prisión preventiva mientras dure la investigación del caso. El juicio no empezará antes de tres meses y arriesga, según la fiscalía, una pena de hasta 10 años.

La recuperación

Hace una semana, Marlene de la Fuente inauguró un nuevo negocio. Dice que ha hecho lo necesario para sanarse y que Iván Núñez ha superado el shock.

-Él es un hombre fuerte, somos una familia fuerte.

-¿Qué pasó con las colleras de Frank Sinatra?

-Ahí están, en un cajón, en el olvido.

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