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Ministerio de Defensa ruso asegura que es "altamente probable" que hayan matado al líder del grupo yihadista:

A tres años de su proclamación, el "califato" del Estado Islámico se derrumba

viernes, 23 de junio de 2017

Francisca Maturana y Javier Méndez
Internacional
El Mercurio

La milicia terrorista destruyó la icónica mezquita de Mosul, desde donde anunció su proyecto de dominación política y territorial.



Hace tres años, un Estado Islámico que se encontraba en su mayor apogeo, con la conquista de amplios territorios en Medio Oriente, proclamó su "califato" desde la ciudad iraquí de Mosul. Hoy, el escenario es radicalmente diferente y el proyecto de organización política y territorial del grupo terrorista está cada día más cerca de derrumbarse.

Las imágenes reveladas por el Pentágono mostraron ayer cómo los miembros del EI, acorralados por las fuerzas gubernamentales, hicieron explotar la Gran Mezquita de Al-Nuri y el minarete de Al-Hadba del siglo XII, en el casco antiguo de Mosul. El lugar tenía gran valor para los yihadistas, ya que fue desde ahí donde el 29 de junio de 2014 su líder, Abu Bakr al Bagdadi, anunció el establecimiento de un "califato islámico", solo horas después de que el rostro del yihadista chileno Bastián Vásquez diera la vuelta al mundo a través de un video donde aseguraba que la milicia borraría las fronteras entre Siria e Irak.

La decisión de hacer estallar el templo fue vista como una señal de debilidad del grupo. El Primer Ministro iraquí, Haidar al Abadi, afirmó ayer que la destrucción era un "reconocimiento oficial de derrota" por parte del EI. Un análisis similar hizo el enviado especial de Naciones Unidas en Irak, Jan Kubis, que consideró la destrucción de la mezquita un "signo de su colapso".

Buscaban ganar tiempo, a la vez que impedir la imagen simbólica de la derrota que hubiera supuesto la toma de la Gran Mezquita por el Ejército -que se encontraba a 50 metros- y ver ondear la bandera iraquí sobre su alminar, dijeron las autoridades locales.

Los tres centenares de yihadistas que, según los analistas militares, aún resisten en la segunda ciudad iraquí habían sembrado de explosivos el recinto y amenazado con hacerlo saltar por los aires. Sin embargo, el EI no admitió su acción y acusó a Estados Unidos de haberlo bombardeado, lo que fue desmentido tanto por las fuerzas estadounidenses como por las iraquíes

La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, afirmó que la destrucción de esta mezquita "es otra prueba de que el EI no tiene respeto por la identidad, la cultura o la religión iraquí".

La coalición militar internacional que lucha contra el grupo y que está liderada por Washington subrayó que "la batalla por la liberación de Mosul aún no ha sido completada". "Seguimos volcados en proporcionar apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes", agregó.

A pesar de los avances, el principal obstáculo para las fuerzas locales sigue siendo la presencia de más de 100 mil civiles en el interior del casco antiguo, que están siendo usados como "escudos humanos" por el EI para evitar ser bombardeados.

Ni mando ni control

Más allá de los enfrentamientos en Mosul, el grupo ya no es lo que solía ser. Además, de haber perdido grandes partes de su territorio en los últimos dos años, como también sus recursos, gracias a los ataques de la coalición, el EI podría encontrarse sin un líder, un hecho que también podría estar representado por el derrumbe del minarete.

El viceministro de Relaciones Internacionales ruso, Oleg Syromolotov, afirmó que de acuerdo a "información del Ministerio de Defensa, es altamente probable" que un ataque aéreo de su país haya matado a Al Bagdadi en Raqqa a fines de mayo. En esa ciudad de Siria, la alianza también tiene acorralados a los yihadistas.

"El grupo no necesita que Al Bagdadi siga existiendo, de todas formas seguirá decreciendo. Los restos aislados, sin embargo, podrían causar problemas durante años, como lo han hecho con Al Shabab en Somalia", dijo a "El Mercurio" John Mueller, experto del Cato Institute.

El EI perdió en 2016 casi un cuarto del territorio que controlaba en Siria e Irak, según un estudio de la consultora de seguridad IHS Markit. Además, la caída de sus ingresos procedentes del contrabando de petróleo -que pasaron de 500 millones de dólares en 2015 a 260 millones el año pasado-, las extorsiones y su menor capacidad para reclutar a nuevos miembros, estarían también entre los factores del debilitamiento militar del EI.

Aunque para los iraquíes de Mosul, donde miles han muerto y dos tercios de sus 1,8 millones de habitantes han huido, la destrucción de Al-Nuri y su famoso minarete es solo el último intento de borrar su historia. Es la breve historia del EI la que parece estar cada vez más cerca a su fin.


La UNESCO mostró ayer su "disposición a ayudar, restaurar y rehabilitar el patrimonio cultural (de Irak)".






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