jueves, 15 de junio de 2017
El Mercurio
Oliver Alexander Flögel
Gerente General de Microsoft Chile y Socio de Scale Capital
En diciembre de 2010, Chile tenía un índice de penetración de internet total del 30,61%. En el mismo mes, pero del año 2016, el país llegó a un 76,27%. ¿Qué cambió? Por supuesto, contamos con mayor tecnología, con la que las personas, las empresas y el Estado de están transformando digitalmente. De la misma forma, las alianzas público-privadas, han marcado hitos en donde cada día más personas puedan tener acceso a herramientas tecnológicas, que una década atrás, no tenían.
Esto no es sólo para vanagloriarse de que somos un país hiperconectado. No, al contrario. Lo anterior es para señalar que la vía digital puede ser un motor que complemente lo que estamos acostumbrados a tener como sostén de nuestra economía, educación y, en concreto, del desarrollo.
El Estado está haciendo esfuerzos para modernizar su estructura y funciones, de cara a los ciudadanos. Ello se vislumbra en la modernización que distintas reparticiones han tenido en los últimos años, con plataformas que han dinamizado los servicios públicos, la atención en tribunales, la implementación de sistemas para que los emprendedores puedan operar sus pymes de una forma más rápida y completa, sin burocracia. Además, entre otras medidas, se encuentra el proyecto de Fibra Óptica Austral –FOA-, que conectará a través de esa tecnología, a las regiones más australes del país, para entregar mejores servicios y conectividad de primera línea a miles de chilenos que carecen de ella. Pero esta medida no sólo beneficiará a quienes se encuentren en esa zona, pues, además, el país podría transformarse en la puerta digital de Latinoamérica. Esto, porque el FOA podría también ser parte del proyecto Cable Transpacífico Asia – Latinoamérica, con el que se buscaría conectar a Chile y a China a través de la fibra óptica. Si bien ambos proyectos están en proceso de estudio, es un acierto que la Subtel esté desarrollando iniciativas tendientes a fortalecer esa digitalización que tanto buscamos y que, desde las distintas industrias, sin dudas, debemos apoyar y reforzar desde nuestros negocios, para que Chile sea efectivamente, un Hub de conectividad.
El mundo digital es un universo de oportunidades y beneficios. Un buen porcentaje de las más de 24 millones de conexiones móviles que tiene hoy el país, están siendo utilizadas mucho más que para hablar por teléfono o revisar las redes sociales. Son bastantes las personas que tienen en sus smartphones y notebooks, sus propias oficinas y desde ahí, dirigen un negocio que es sustento para ellos y otras familias. La nube, en ese sentido, es fundamental. Puede entregar acceso remoto a una persona que esté en el norte de Chile, para revisar y operar un negocio que se encuentra en Punta Arenas o, en cualquier parte del mundo que tenga acceso a internet.
El comercio y la economía digital, también están siendo favorecidos con este desarrollo de conectividad de Chile. La posibilidad de vender sin tener una tienda física o, si tienen una tienda física, entregar sus productos a través de solicitudes hechas por clientes a través de plataformas web o apps móviles, abriendo nuevas posibilidades de negocios y generando empleos que antes no se contemplaban.
También, la conectividad y la transformación digital tienen entre sus innegables beneficios, uno que tal vez no sea tan conocido: la protección al medio ambiente. El uso de la nube, además de fortalecer los negocios y hacerlos más eficientes, ayuda a tener menos gasto energético, porque se utilizan servidores virtuales tanto para las operaciones, como para el almacenamiento de información, correos e incluso, para los juegos en línea, como lo es en nuestro caso, pues en Microsoft, hemos sido neutros en emisiones de carbono desde 2012, incluyendo nuestros datacenters.
En 25 años de presencia en el país hemos liderado el desarrollo digital desde el sector tecnológico privado y hemos sido pioneros en la masificación e implementación de las Tic para todos los ciudadanos. Empresas como Google y Amazon ya han declarado sus intenciones de seguir invirtiendo muy fuerte en Chile de manera de seguir potenciando un ecosistema digital que sin duda será transcendental para el crecimiento económico de Chile
Que hoy nos encontremos en una posición de liderazgo y ad portas de transformarnos en el nuevo centro de conectividad para Latinoamérica, es símbolo que los esfuerzo públicos y privados van el camino correcto.
Tenemos frente a nosotros oportunidades que, bien abordadas, marcarán un antes y un después en el quehacer nacional y, por qué no, latinoamericano. Este es un año de definiciones. En diciembre, el país decidirá quién será la persona encargada (y también su programa de gobierno) de dirigir el rumbo de la Nación desde marzo de 2018, hasta el 2022. Independiente del sector político del que venga y de la discusión que se de en los próximos meses en torno a la elección, creo que debe ser importante el apoyar iniciativas como las que hoy estamos viendo, junto con considerar que se trata del futuro de un país que es líder en la Región.
El Estado está haciendo esfuerzos para modernizar su estructura y funciones, de cara a los ciudadanos. Ello se vislumbra en la modernización que distintas reparticiones han tenido en los últimos años, con plataformas que han dinamizado los servicios públicos, la atención en tribunales, la implementación de sistemas para que los emprendedores puedan operar sus pymes de una forma más rápida y completa, sin burocracia. Además, entre otras medidas, se encuentra el proyecto de Fibra Óptica Austral –FOA-, que conectará a través de esa tecnología, a las regiones más australes del país, para entregar mejores servicios y conectividad de primera línea a miles de chilenos que carecen de ella. Pero esta medida no sólo beneficiará a quienes se encuentren en esa zona, pues, además, el país podría transformarse en la puerta digital de Latinoamérica.
