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¿Qué piensa el Ejército brasileño de la actual crisis política?

domingo, 28 de mayo de 2017

Amanda Marton Ramaciotti
Internacional
El Mercurio

Pese a que se habían resistido a involucrarse en la tormenta que vive el país, los militares fueron desplegados esta semana en Brasilia por orden del cuestionado Presidente Michel Temer.



Cuando el Presidente Michel Temer decidió esta semana desplegar 1.500 militares en Brasilia para frenar las violentas protestas de sus opositores en la Explanada de los Ministerios, finalmente entró en escena el último actor que faltaba en la crisis brasileña: el Ejército.

Aunque habían tratado de mantenerse al margen del escándalo que involucra a políticos, empresarios y publicistas, las Fuerzas Armadas no se han mostrado indiferentes a la tormenta que vive Brasil. En particular, el jefe del Ejército, general Eduardo Dias da Costa Villas Bôas, se ha encargado de aclarar el punto de vista de los militares ante la crisis institucional, económica y social del país.

Designado por la hoy destituida Presidenta Dilma Rousseff (2011-2016) para comandar el Ejército, Villas Bôas es conocido en el país por ser un militar de perfil conciliador, pero de posturas firmes.

Cuando Temer ordenó el despliegue de militares en la capital el pasado miércoles, el comandante aseguró que "la democracia permanece" y que está garantizado el derecho a las manifestaciones. También precisó que tanto el Ejército como la Marina y la Fuerza Aérea siempre actuarán "en el sentido de preservar la democracia, de cumplir la Constitución y de garantizar el funcionamiento de las instituciones".

Cuando ese mismo día fue consultado al pasar por un grupo de personas sobre una intervención militar -un tema sensible en un país que vivió una dictadura entre 1964 y 1985-, Villas Bôas contestó molesto: "Ah, ¡por favor!", no dando crédito al escenario que se le planteaba.

"No es tarea del Ejército"

No es la primera vez que Villas Bôas expresa su rechazo a esa posibilidad. Algunos tímidos pedidos, que empezaron en las manifestaciones contra Rousseff, siguieron durante el proceso de impeachment que llevó a su destitución y continúan hasta hoy, cuando Temer es investigado por presunta corrupción, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.

En marzo de 2016 -con Rousseff todavía en la Presidencia y crecientes protestas en su contra-, el general dijo en una entrevista con la revista Veja que encontraba "lamentable" que en un país democrático como Brasil la sociedad solo viera en las Fuerzas Armadas una posibilidad de solución. Villas Bôas añadió que, previo al impeachment , algunos políticos le preguntaron sobre la posibilidad de decretar Estado de Defensa, a lo que él respondió que "no es tarea del Ejército derrumbar o fiscalizar un gobierno".

Tras la apertura de investigación por presunto financiamiento irregular de la dupla Dilma-Temer en diciembre del año pasado, y cuando algunas personas acampaban afuera de sedes del Ejército pidiendo intervención militar, el general las calificó de "malucas" (locas).

Pero, recientemente, el general admitió que ese pedido responde a ciertas necesidades del país. "Indica que las Fuerzas Armadas son la referencia de los valores éticos y morales y del padrón de eficiencia y nacionalismo de los cuales la sociedad se siente carente", dijo el alto oficial, en un acto del Instituto Fernando Henrique Cardoso.

Karla Falcão, historiadora de la Universidad Federal de Pernambuco, explica que en los últimos años fueron pocas las veces que las Fuerzas Armadas actuaron de manera visible, pese a la polarización política del país y frente a algunos extremistas que piden una intervención militar.

"El Ejército no ha actuado sin ponderar las consecuencias de sus acciones. Por el contrario, parecen reconocer, más que nunca, las prerrogativas constitucionales que fundamentan su acción", señala Falcão, quien recuerda que cuando los militares tuvieron que actuar en Pernambuco por una huelga de la Policía Militar, los ciudadanos estaban asustados por la presencia del Ejército en las calles, pero "fue más por un tema estético que por una falla de los militares".

Medalla para Moro

El Ejército brasileño también ha demostrado, a través de Villas Bôas, ser un acérrimo defensor de la operación Lava Jato, que investiga el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras. El general expresó que la operación de la Fiscalía "es la gran esperanza de que se produzca algún cambio en el país".

En una ceremonia en la que condecoró con la medalla de Mérito Militar al popular juez Sérgio Moro, quien lidera las investigaciones anticorrupción, el jefe del Ejército advirtió ante la presencia del Presidente Temer sobre la "aguda crisis moral" que vive el país por la multiplicación de los escándalos de corrupción, solo una semana después de que el Supremo Tribunal Federal anunciara la apertura de investigaciones por los desvíos en Petrobras contra 98 políticos; entre ellos, ocho ministros del actual Mandatario.

"La aguda crisis moral expresada en incontables escándalos de corrupción compromete nuestro futuro", dijo el general en el discurso que fue ampliamente difundido por los medios locales y donde apuntó a las autoridades que anteponen "sus intereses personales y corporativos por encima del interés nacional". A su juicio, son ellos quienes atentan contra la identidad nacional, el proyecto de nación del país y "el alma de nuestra gente".

Sin embargo, el general también aclaró que "no hay atajos fuera de la Constitución".

"El país, su pueblo y su Ejército no sucumbirán al pesimismo y a la división", recalcó.

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