Carpas de indigentes se toman por las noches lugares emblemáticos del centro de Santiago
domingo, 28 de mayo de 2017
ÓSCAR SAAVEDRA y PABLO REED FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ALVÚJAR
Nacional
El Mercurio
Grupos de personas en situación de calle, reacios a resguardarse en albergues, ocupan iglús para protegerse de las bajas temperaturas. Se instalan sin problemas frente a policías de ronda, transeúntes y turistas.
Medianoche y en el centro de Santiago la temperatura apenas sobrepasa los cinco grados. Las escasas personas que deambulan por la Plaza de Armas caminan rápido y visten gruesa ropa de invierno. A algunas apenas se les ven los ojos entre sus bufandas y gorros. Hay una que se detiene, frota sus manos y, a diferencia del resto que se pierde por las calles aledañas, permanece en el lugar. Dormirá allí, tal como en las jornadas previas, en dos carpas cubiertas con un plástico negro, las que instaló con otros indigentes en el odeón que da al Paseo Estado. El grupo en situación de calle llegó durante la tarde. Cerca de las 20:30 horas, cuando todavía estaban los jugadores de ajedrez, que por años se han congregado en el lugar, y los curiosos que miran sus partidas, los ocupantes del escenario -que de día recibe al Orfeón de Carabineros y otras bandas musicales y compañías folclóricas- comenzaron con los preparativos para armar sus tiendas. Son pequeñas y verdes, tipo iglú, de las que en el retail cuestan unos $10 mil. Las montaron sin problemas delante de transeúntes y turistas. Y frente a la policía uniformada: un par de funcionarios de ronda y una patrulla que está de punto fijo en el otro extremo de la plaza, al lado del Monumento a los Pueblos Originarios, en Compañía con Paseo Ahumada. Tendieron la ropa de cama, que quedó en el odeón durante toda la jornada, y se repartieron la comida que consiguieron en los alrededores. Mientras una mujer que tose persistentemente se saca los zapatos y entra a una de las carpas, Carlos (34) cuenta que a sus acompañantes los conoce desde niño y que juntos han hecho toda su vida en la calle. Dice que es oriundo de La Pintana, pero que es acogido en muchos sectores, como Independencia. Para él, el recibimiento incluye compartir drogas con los anfitriones. A medida que anochece, el centro se vacía. Desaparecen los oficinistas, y acuden los camiones de basura que limpian los desechos de los dos millones de peatones que circulan diariamente, y los cartoneros separan el papel que les sirve para su negocio. También aparecen más indigentes y carpas en distintos sectores del casco histórico. En la Catedral Metropolitana, junto a la estatua del cardenal José María Caro, se ubica un nuevo iglú. El hombre que lo ocupa no tiene relación con sus vecinos de la plaza, a los que avista desde lejos. Unas cuadras al sur, en Huérfanos con Paseo Ahumada, hay otras tres carpas: dos que están juntas y la de un tercero, a unos veinte metros, quien con una parka cubre su torso desnudo y unos pantalones cortos. En sus pies lleva unos bototos. En el Teatro Municipal ocurre algo similar. Varios jóvenes se cubren en dos carpas. Sin embargo, el espacio es insuficiente y uno no alcanzó a entrar. Colocó una colchoneta, se tapó con unas mantas y se durmió junto a una botella de bebida y una bolsa blanca con basura. La presencia policial no es menor. Las patrullas transitan frente a las distintas carpas, como la que se sitúa en Moneda, entre Estado y San Antonio, sin realizar controles. En este caso, los carabineros ven a un joven sentado en una silla roja en la vereda, al lado de un iglú en el que está su pareja, y circulan sin siquiera cruzar una palabra. Consultado sobre cómo se inspecciona a los indigentes que pernoctan en el centro, Carabineros declinó referirse al tema. "Ocupación ilegal" En la Municipalidad de Santiago, Débora Vidal, de la subdirección de Servicios Sociales, explica que efectúan "visitas periódicas a las personas en situación de calle. En estas se les realiza un diagnóstico para identificar su perfil y en base a eso se determinan cuáles son las acciones a seguir. A todos se les invita a participar de los programas y subsidios mediante los cuales los apoyamos". No obstante, algunos indigentes son reacios a cobijarse en los albergues, como el dispuesto en el Estadio Víctor Jara, que hoy tiene capacidad para 150 personas, y en las próximas semanas aumentará a 300 plazas. Vidal expresa que "lamentablemente, muchas de estas personas prefieren seguir en la calle en vez de aceptar nuestra ayuda, y buscan resguardarse del frío en distintos lugares. Por lo general, cuando rechazan nuestro apoyo, se da aviso a Seguridad Vecinal, Dirección de Aseo y a Carabineros para que activen sus procedimientos y protocolos relacionados con el resguardo de los bienes de uso público y evitar su ocupación ilegal". En las carpas de Huérfanos con Ahumada, sus ocupantes admiten ser renuentes a recibir apoyo de terceros o resguardarse en albergues: "No nos gustan las reglas, eso de acuéstate acá o allá. Adentro, con harta ropa no se pasa tanto frío. Es como un camping en uno de los mejores barrios de Santiago. De aquí me voy temprano a la 'oficina'", afirma un joven al cerrar su tienda por dentro.
Las bajas temperaturas continuarán en los próximos días en Santiago, con mínimas entre los 4 y los 6 {+o} C, según pronóstico de la Dirección Meteorológica.
