Nueva Zelandia se convirtió el viernes en la undécima potencia espacial tras el lanzamiento de un cohete de la empresa Rocket Lab desde el primer centro espacial privado del mundo, situado en la península de Mahia de la Isla Norte. El fundador y CEO de la compañía, Peter Beck, calificó de "buen vuelo" el lanzamiento, aunque el cohete no logró llegar a la órbita prevista. Este lanzamiento de prueba sentará las bases para el envío de vuelos espaciales comerciales de carga de forma regular durante este año. El objetivo de la startup neozelandesa, cuya matriz es estadounidense, es ofrecer lanzamientos semanales a sus clientes por unos 4,9 millones de dólares. El año pasado solo hubo 82 lanzamientos espaciales en todo el mundo.