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El Presidente norteamericano no se unió al consenso del resto de los gobernantes:

Líderes del G-7 cierran su cumbre divididos por postura de Trump sobre cambio climático

domingo, 28 de mayo de 2017

Amanda Marton Ramaciotti
Internacional
El Mercurio

Mandatario aseguró que decidirá "la próxima semana" si EE.UU. seguirá o no en el Acuerdo de París. Su única concesión fue una promesa para "combatir el proteccionismo".



Por primera vez en la historia del G-7, sus miembros fracasaron en zanjar sus diferencias sobre el cambio climático. El Presidente de EE.UU., Donald Trump, no suscribió la postura del resto de los líderes, que mostraron su compromiso total con llevar a cabo las promesas del Acuerdo de París de 2015 sobre la reducción de emisión de gases de efecto invernadero.

"Estados Unidos de América está en proceso de revisión de sus políticas sobre cambio climático y sobre el Acuerdo de París y, por lo tanto, no está en posición de unirse al consenso sobre estos temas", indicó el comunicado final de la cumbre del G-7 en Taormina, Sicilia.

Fiel a su estilo impredecible, Trump se había comprometido a clarificar la posición de EE.UU. sobre el cambio climático antes de la cumbre, pero llegó sin una respuesta a la cita con los otros seis jefes de Estado y de Gobierno por estar "reflexionando" sobre el asunto y no cedió a la presión de sus aliados. "Vino para aprender, y la posición que adopte será la mejor para EE.UU.", aclaró su consejero económico, Gary Cohn.

Al término del encuentro, y a su pinta, el Mandatario estadounidense anunció con un tuit que decidirá "la próxima semana" si se retira o no del pacto.

Dicho acuerdo, firmado en diciembre de 2015 en París por los líderes de 195 naciones -entre ellos, el entonces Presidente de EE.UU., Barack Obama-, es parcialmente vinculante y busca ir abandonando una economía basada en los combustibles fósiles, con la meta final de que, con esto, el aumento de la temperatura del planeta sea menor a 2 °C respecto de los niveles preindustriales.

Los jefes de Estado y de Gobierno de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido y los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, dijeron "comprender" el proceso de EE.UU. y reafirmaron "su fuerte compromiso de implementar rápidamente el Acuerdo de París".

La Presidencia francesa se rehusó a hablar de un "fracaso" en las negociaciones con EE.UU., aunque reconoció que no estaba satisfecha con la situación.

Por su parte, la Canciller alemana, Angela Merkel, defensora del pacto contra el calentamiento global, fue más allá y dijo que "todo el debate sobre el clima fue muy difícil, por no decir muy decepcionante". "Tenemos aquí una situación de seis contra uno, lo que significa que no hay todavía ninguna señal de si EE.UU. permanecerá o no en el Acuerdo de París", añadió.

Los "seis" trataron, por separado y en conjunto, de convencer al Presidente estadounidense de permanecer en el pacto. Sus miedos de que EE.UU. se aparte del compromiso global es justificado: en 2016, durante su campaña electoral, Trump criticó duramente el Acuerdo de París y el cambio climático, un fenómeno que llegó a calificar de "invento" de los chinos, y se mostró escéptico sobre la influencia del hombre en el calentamiento global. Ya en el poder, decidió iniciar un proceso para revisar si al país le conviene seguir formando parte del pacto.

Los expertos coinciden en que la presunta retirada de EE.UU. del acuerdo dificultará la lucha contra el calentamiento global. El país, el segundo contaminador mundial, se había comprometido a intentar reducir hasta un 28% sus emisiones para 2025 (frente a 2005).

"Será aún más difícil cumplir con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media mundial", dijo a "El Mercurio" Henrik Selin, profesor de política medioambiental de la Universidad de Boston.

La salida de Washington, comentó a este diario Martin Beniston, director del Instituto de Ciencias del Medio Ambiente de la Universidad de Ginebra, "podría estimular a otras naciones -en particular China, la más contaminante del mundo- a liderar la lucha contra el cambio climático o, por otro lado, servir de excusa a los países que no estaban demasiado entusiasmados con el acuerdo a retirarse también". Según el experto, "entraríamos en un período de incertidumbre y demoras en la necesaria implementación del pacto".

Pese a que el mundo está ahora a la espera de la decisión de Trump sobre su permanencia o no en el Acuerdo de París, la cumbre G-7 pudo llegar a otros compromisos.

Bajo presión de sus aliados, el Presidente de EE.UU. respaldó el combate al proteccionismo, después de haber dado repetidas advertencias de que defenderá los intereses de su país. Cuando era candidato, Trump amenazó con fijar aranceles unilaterales a los bienes provenientes de México y China y dijo que sacaría a Washington del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a menos que fuera renegociado atendiendo sus reclamos.

"Al final, los convencimos de que incluyeran la lucha contra el proteccionismo y las malas prácticas comerciales en el comunicado final, por lo que fue un paso adelante", dijo un diplomático europeo a Reuters.

Trump se mostró satisfecho con el acuerdo sobre los esfuerzos para atajar las prácticas que distorsionan los intercambios globales. "Acabo de abandonar la cumbre del G-7, donde he tenido estupendas reuniones, especialmente sobre comercio", dijo en Twitter. "Trabajaremos para eliminar todas las prácticas que distorsionan el comercio para impulsar una auténtica igualdad de condiciones", añadió el Mandatario al emprender su viaje de regreso a Washington tras una gira de nueve días por Medio Oriente y Europa.

"Fue una reunión tremendamente productiva donde fortalecí los vínculos de EE.UU.", evaluó Trump. "Tenemos grandes lazos con otros países y, con algunos de nuestros aliados más cercanos, concluimos una semana verdaderamente histórica", remarcó.

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